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Apuesta por las instalaciones de última generación

Gran parte de las inversiones que se realizan en almacenes de frío o bajo temperatura controlada se suelen realizar mediante la fórmula de llave en mano, debido a las características de almacenamiento que la logística del frío requiere para el control de los productos perecederos. La tendencia es invertir en instalaciones de última generación, con materiales de alto coste y calidad que garanticen seguridad e higiene en los procesos logísticos y con un menor consumo energético.

  • Última actualización
    05 febrero 2021 13:41

Las instalaciones reefer para el almacenamiento de productos perecederos, ya sean almacenes frigoríficos o cámaras de congelación, son equipamientos con un elevado coste de mantenimiento y generación de frío.

En España, según los datos de la consultora inmobiliaria CBRE, el mercado logístico ha estado marcado por una gran escasez de naves de grandes superficies de alta calidad y especialmente de naves de almacenamiento a temperatura controlada.

Esto ha provocado una obsolescencia del parque logístico en los últimos años y un incremento en el precio de las instalaciones reefer, cuyo coste siempre es mayor al de una nave logística tradicional debido a la utilización de materiales de aislamiento y específicos para la conservación y refrigeración de la mercancía perecedera.

Por ello, los operadores logísticos han tenido que buscar plataformas de última generación, con un menor coste energético y adaptadas a sus necesidades operativas. Desde 2014 se han empezado a desarrollar plataformas de frío mediante llave en mano o autopromoción, siendo esta fórmula la más habitual a día de hoy para desarrollar las naves de almacenamiento de frío.

De las palabras a los hechos

Algunos de estos proyectos, ejemplifican desde CBRE, son el almacén de 18.200 metros cuadrados de Carrefour en Barcelona, construido en 2017; otro almacén para Eroski en PLAZA (Zaragoza) de 29.000 metros cuadrados, para almacenamiento en seco y frío, de 2006; y un almacén de frío de 23.000 metros cuadrados en Torrejón de Ardoz (Madrid), desarrollado en 2014 para Carrefour.

Entre otros proyectos a riesgo, CBRE destaca el almacén de frío que Merlin Properties construyó durante 2017. Se trata de un activo de 35.000 metros cuadrados preparado para albergar actividades de logística en frío ubicadas en Getafe. Actualmente, la nave se encuentra arrendada casi al 50% a un operador 3PL. El almacén está construido y preparado para logística en frío, si bien el activo también se puede alquilar para actividades en seco.

La previsión del sector inmobiliario es que el desarrollo de estas plataformas continúe en los próximos años a un ritmo moderado, siempre acompañado del crecimiento en el tráfico español de productos perecederos y de la mercancía bajo temperatura controlada.

Normativa técnico-sanitaria

De igual manera que el transporte de productos perecederos está regulado, el almacenamiento de estos productos está también regido por la normativa técnico-sanitaria sobre condiciones generales de almacenamiento frigorífico de alimentos y productos alimentarios y por el Real Decreto 3099/1977 de seguridad para plantas e instalaciones frigoríficas.

Estos dos reglamentos son esenciales para que las empresas se aseguren de mantener las condiciones de temperatura, humedad y composición gaseosa idóneas para este tipo de mercancía.

Según señalan desde CBRE, existen dos tipos de naves de almacenamiento en frío según su estructura. Por un lado, se encuentran las naves logísticas con cámaras frigoríficas de congelación y refrigeración y, por otro, los almacenes frigoríficos en altura robotizados.

Cualquiera de estas dos estructuras, pueden estar construidas de cualquier material, al igual que una nave logística seca, si bien las zonas climatizadas, explican desde CBRE, siempre han de tener paneles frigoríficos y suelos con aislamientos. En el caso de que sea una nave de congelado, ésta ha de tener sistemas para evitar la congelación de los suelos.

Estos almacenes deben contener materiales aislantes, que deben tener baja conductividad térmica, ser poco higroscópicos, inodoros, incombustibles y neutros químicamente.

En los últimos años, la importancia del ahorro energético en los almacenes ha llevado a que múltiples operadores logísticos hayan implementado mejoras tecnológicas en sus almacenes e incluso hayan apostado por nuevas naves de última generación, las cuales tienen un menor consumo energético.

EL DATO

20% de ahorroLas naves de congelado y refrigerado tienen un consumo energético medio de 4kWh por metro cúbico al mes, mientras que en las naves de última generación este consumo energético medio se reduce a 2,7kWh por metro cúbico al mes, obteniendo un ahorro de hasta el 20% en el consumo.

Los operadores logísticos han tenido que buscar plataformas de última generación, con un menor coste energético y adaptadas a sus necesidades operativas