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Cadena de suministro 4.0

No es un secreto que el sector logístico mundial ha experimentado un cambio tremendo en los últimos años. Hasta hace no mucho, este sector tenía una función puramente operativa, haciendo de nexo de unión entre los departamentos de ventas y producción de las empresas, teniendo como objetivo primordial que los clientes recibieran aquello por lo que pagaban en tiempo y forma.

  • Última actualización
    23 noviembre 2021 10:23

Ahora, la cadena de suministro va mucho más allá de ese “simple” cometido, habiendo desplazado a los procesos de planificación avanzados para garantizar la integración total de las operaciones entre los proveedores y los clientes, haciéndola más segura, ágil y flexible.

El término 4.0, tan de moda hoy en día para describir la nueva era tecnológica en la que nos encontramos, implica el uso masivo del internet de las cosas (IoT), la robótica avanzada o la aplicación de análisis de datos (big data), por poner solo algunos ejemplos, en la cadena de suministro. Todo ello para lograr operaciones de abastecimiento, producción y distribución más eficientes, las cuales mejoran significativamente el rendimiento de la cadena de suministro y en consecuencia la satisfacción de los clientes finales.

Porque no podemos desviarnos del verdadero objetivo de esta revolución, que es que la cadena de suministro 4.0 nace para ofrecer un mejor servicio al cliente final. El punto central de la cadena ya no es el producto, lo es el cliente.

La digitalización y las nuevas tecnologías utilizadas en este ámbito nos permiten controlar toda la cadena desde su mismo origen hasta el punto exacto de destino. La exhaustiva analítica de datos de extremo a extremo que ofrece la tecnología integrada nos permite mejorar las comunicaciones con el cliente, rastrear problemas, anticiparse a futuros escenarios, predecir comportamientos y necesidades, actuar más rápida y eficientemente, además de acelerar el proceso en todas sus etapas.

La irrupción de las nuevas tecnologías en el sector está generando una espiral de dinamismo que permite ganar eficiencia y aumentar la productividad. Pero la tecnología no solo trae consigo eficiencia y productividad, la automatización y digitalización de procesos también asegura una reducción de costes para las compañías. De hecho, según estudios realizados por importantes consultoras a nivel mundial, las empresas que digitalizan agresivamente sus cadenas de suministro esperan aumentar sus ingresos anuales entre un 4% y un 5%.

Además, el gran atractivo del sector logístico es su crecimiento ante ciclos económicos expansivos. La lucha de los grandes gigantes mundiales por copar el mercado y dominar el comercio internacional solo hace que aumentar la necesidad de innovar en un sector con tanta competencia y que se estima que supone aproximadamente un 12% del PIB mundial. En las cifras que nos manejamos, un aumento de la eficiencia de un 4-5% significa ahorrar cientos de millones.

Sin embargo, al mismo tiempo, esta vorágine también implica la entrada de nuevos competidores y de start-ups que aprovechan sus capacidades tecnológicas para eliminar ineficiencias del modelo tradicional y sus modelos de negocio, al tiempo que se convierten en actores clave para el sector.

Acontecimientos extraordinarios, como los vividos estos dos últimos años, y las cada vez más elevadas expectativas de los clientes, han puesto de manifiesto la fragilidad algunos puntos del modelo tradicional de la cadena de suministro. La crisis ha actuado como catalizador del cambio hacia una cadena de suministro más tecnológica, más ágil, omnicanal, resiliente y sostenible. Este escenario hace que la cadena de suministro 4.0 sea el presente y futuro del sector, con lo que sus profesionales tienen que estar preparados para estos cambios y adaptarse cuanto antes al nuevo paradigma.

Los profesionales 4.0 que necesita el sector

Hace unos años, el responsable de la cadena de suministro de la mayoría de las empresas tenía un rol funcional basado en varias áreas discretas del negocio, pero no disponía de una visión amplia y global del negocio como se requiere actualmente. La forma en la que un profesional del sector ha de pensar ha cambiado drásticamente, necesitando una visión 360 del negocio y una perspectiva completa de toda la cadena de valor.

Hoy en día todas las fases de dicha cadena están interconectadas y dependen entre sí, con lo que una visión sesgada de solo algunas áreas de la misma ya no es una opción viable para ninguna empresa.

La cadena de suministro ha cambiado a la vez que lo hacían los consumidores, las necesidades y los negocios, con lo que los trabajadores no tienen otra opción que adaptarse a dichos cambios. La clave ya no es solo ser eficiente para el negocio, sino que se busca el crecimiento interno, la profesionalización de las funciones y sobre todo la generación de valor a largo plazo.

Si a todo esto le sumamos la irrupción de la tecnología y su completa inmersión en la cadena de suministro, el sector necesita unos profesionales 4.0, con un gran know-how de las particularidades del sector y que además incorporen en su mochila de aptitudes el conocimiento y manejo de las diferentes verticales tecnológicas que han aparecido en el sector en los últimos tiempos.

Drones, blockchain, inteligencia artificial, realidad aumentada, edge computing, ciberseguridad, etc. son términos que se han vuelto vitales en el día a día de las empresas, con lo que haberlos escuchado de pasada alguna vez ya no es suficiente, hay que conocerlos y saber en qué ámbitos de la cadena aplicarlos para producir un salto de eficiencia en los procesos de la empresa. El crecimiento y el uso de internet está cambiando la manera de relacionarnos, con lo que esto mismo se reproduce en las relaciones entre clientes y proveedores.

Además de la tecnología, hay que añadir una derivada más a todo eso, que es la profunda orientación global e internacional que requiere el mercado y sobre todo un sector como el logístico. La nueva cadena de suministro se apoya profundamente en las redes de colaboración internacionales como un factor crucial para el éxito, con lo que afianzar alianzas estratégicas entre los diferentes socios y mantener un enfoque flexible a nivel global es imprescindible para progresar en el sector.

Formación y habilidades

La capacidad y flexibilidad de adaptarse a las circunstancias permite la diferenciación que se necesita para destacar del resto. Pero es que, además, los cambios constantes e imprevistos que surgen sin previo aviso no dejan otra alternativa. Los fabricantes necesitan poder explotar los nuevos canales, asegurando un abastecimiento flexible y una red logística sofisticada que les garantice el soporte necesario. La integración de la información y los procesos permiten aprovechar cada oportunidad en el instante oportuno, con lo que la tecnología se convierte en el principal aliado de la cadena.

Esta evolución de la estrategia hace que la gestión de la cadena deba tener un enfoque mucho más ágil y ajustado, lo cual requiere profesionales mucho más formados y con habilidades que antes no eran necesarias, lo que nos está poniendo a prueba a todos como responsables de gestión y profesionales del sector. El contexto actual ha acelerado el proceso de digitalización y ha puesto de manifiesto la necesidad de formar a los profesionales en las tendencias y tecnologías que van a incidir e impactar en la actividad del sector. Digitalización de procesos y plataformas inteligentes, e-commerce, estrategia digital, gestión ágil de proyectos, economía circular o sostenibilidad energética son solo algunas de las competencias que debería tener todo profesional de la nueva cadena de suministro.

Aparte de las ya mencionadas “hard skills” derivadas de una buena formación y una sólida preparación, hay que añadir una serie de habilidades denominadas “soft skills” que están prácticamente al mismo nivel que las primeras, pero que tiene que ver con atributos de la personalidad requeridos para este mundo 4.0.

Capacidad de comunicación, trabajo en equipo, gestión del tiempo, solución de problemas, liderazgo, manejo de las expectativas del cliente, gestión de la incertidumbre, pensamiento crítico… y un amplio catálogo que moldean de verdad el perfil de un profesional completo y talentoso. Pero si hubiera que destacar alguna entre todas ellas, estos últimos eventos nos han hecho poner el foco en la resiliencia y la flexibilidad.

Una personalidad disruptiva y un espíritu innovador van a resultar claves para transformar y mejorar procedimientos que ya nunca van a realizarse como antes. El sector esta demandado profesionales formados que no tengan miedo a los cambios, cuestionen los clásicos “esto se hace así desde siempre” y que observe desde diferentes puntos de vista para conseguir la mejor opción, no la sencilla o la obvia. El proceso de formación y crecimiento no termina en ningún momento, es constante y depende únicamente de cada uno, pero se está acelerando a una velocidad de autentico vértigo. Cada vez es más patente que la formación es algo continuo, incluso diario, y que no se debe abandonar, ya que teniendo en cuenta a la velocidad que va el sector y la tecnología si parpadeas ya estas a la cola del pelotón. La gestión de este conocimiento tiene que ligarse con una formación especializada y de alto valor añadido para conseguir la mejora continua del capital humano.

Atraer, formar y apoyar el talento es fundamental para introducirse y formar parte de este mundo 4.0 tan global y competitivo. Los profesionales de la cadena de suministro del mañana (y de hoy) tendrán que ser capaces de dirigir equipos de personas con habilidades múltiples e integrarlos completamente en la cadena de valor de la empresa, tomar decisiones en menor tiempo y con muchísima más información que antes, algo que no siempre es positivo si no sabe filtrarla y analizarla. Han de saber priorizar, necesitan adquirir una visión global de la realidad, enfocados en los objetivos a alcanzar y, sobre todo, deben tener muy claro cuál es su papel y qué es lo que se espera de ellos. Por eso, tienen que ser capaces de entender el impacto de sus decisiones en la cadena y actuar en consecuencia.

Borja Torres Grau Borja Torres Grau ha estudiado Ingeniería Industrial en la Universidad Politécnica de Valencia y tiene un máster en Organización y Gestión por Florida State University. Ha trabajado en diferentes empresas como Sacyr o URW y cuenta con más de 4 años de experiencia en dirección de proyectos tecnológicos. Se incorporó a Innsomnia en diciembre de 2020 y, desde entonces, ha trabajado en el área de Industria 4.0, Smart Ports y Agritech como consultor de innovación y project manager, gestionando proyectos de innovación abierta para diferentes corporaciones.Lleva un año como miembro de la oficina técnica en el proyecto Ports 4.0, el modelo de innovación abierta corporativa adoptado por Puertos del Estado y las autoridades portuarias españolas para digitalizar el sector logístico-portuario, asesorando a particulares, start-ups y empresas tecnológicas del sector para su participación en el programa.