En un contexto donde la industria vasca es, cada vez, más exportadora, y la economía vasca, cada vez, más abierta, Euskadi se prepara para acoger infraestructuras competitivas que puedan ofrecer un transporte de mercancías multimodal atractivo. En este sentido, los puertos y aeropuertos, las plataformas logísticas y la nueva red ferroviaria se unen a una densa red de carreteras para configurar un gran activo para el futuro industrial de la Comunidad Autónoma. Euskadi es un territorio pequeño en el Atlántico pero grande a la hora de hacer cosas. Con dos puertos competitivos como Bilbao y Pasaia, una eficiente red de centros de transporte y plataformas logísticas, y un transporte por carretera reconocido por su profesionalidad, el ferrocarril sigue siendo el punto débil del sistema logístico vasco y a él dedica la Administración vasca gran parte de sus esfuerzos para conseguir que Euskadi tenga una conexión real con Europa.
Las mercancías transportadas por ferrocarril no llegan al 1% de lo que se mueve por carretera, lo que para el viceconsejero de Infraestructuras del Gobierno Vasco, Antonio Aiz, constituye un “desequilibrio” a revertir “con urgencia”. A pesar de que el ferrocarril creció el año pasado respecto a 2017 y de que la carretera decreció, el primero de los modos de transporte o no llega siquiera al 1% (concretamente, 0,66%) del total de las mercancías que mueven centenares de miles de camiones por los tres territorios vascos. Estas cifras muestran el “insostenible desequilibrio que se produce en nuestro sistema de transporte de mercancías”, señala Aiz, quien, para revertir esta situación, considera “urgente promover el transporte sostenible multimodal, con especial atención en el transporte ferroviario y en las plataformas logísticas”.
Euskadi se ubica en el eje y Corredor Atlántico Europeo, conformando un “nodo logístico estratégico” de primer orden. La condición, histórica, de camino natural de las comunicaciones y la conectividad de la Península con el centro de Europa, “nos posiciona junto con nuestro capital industrial y también humano en un lugar de partida extraordinariamente competitivo para el desarrollo económico y especialmente, también para el desarrollo del sector logístico”, explica.
Para ello, se han dado pasos para sentar los “cimientos” que permitan cambiar esta tendencia y propiciar “el crecimiento del modo de transporte ferroviario”. Uno de los hitos con una trascendencia muy notable en lo que respecta a la modernización de las infraestructuras de transporte vascas es la construcción de la nueva red ferroviaria europea de alta velocidad, la denominada Y Vasca, que supone “ver materializado un proyecto de Red Transeuropea que nos conectará a Europa y que conforma a Euskadi en el nodo del Corredor Atlántico”, subraya Aiz.
Ritmo insuficiente
Sin embargo, este proyecto no avanza al ritmo que las necesidades exigen. Ante ello, el Gobierno Vasco, a través de la consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras, Arantxa Tapia, ha reclamado a la Unión Europea que exija a los estados español y francés que completen el Corredor Ferroviario Atlántico. El Consejo Europeo de Essen celebrado en 1994 determinó los primeros 14 proyectos prioritarios de redes transeuropeas para favorecer el crecimiento, la competitividad y el empleo, “y han pasado ya 25 años”, recuerda Tapia. “Pero, desgraciadamente, hoy aún nos encontramos lejos de completar estas redes prioritarias”, lamenta. Por ello, “se hace ya no solo necesario, sino urgente, la conclusión del Corredor Ferroviario Atlántico. Estas redes no han avanzado al ritmo marcado y no pueden acumular más retrasos”, advierte. Por ello, Europa deberá “tomar buena nota y poner en marcha medidas para hacer que los estados cumplan los compromisos de la Unión”.
Tapia llama a “unir esfuerzos” y “colaborar más intensamente entre las diferentes regiones que componemos el Arco Atlántico para hacer un frente común ante Europa y los estados miembros”. En este sentido, “nuestro proyecto político común”, añade, “debe ser contar con un Corredor Atlántico conectado desde la triple perspectiva: medioambiental, económica y social”. “El transporte y la movilidad juegan un papel fundamental para cambiar y revertir una tendencia cada vez más insostenible”, resume.
El SIL reúne cada año la oferta logística vasca. Desde la izquierda: Ricardo Barkala, presidente de la Autoridad Portuaria de Bilbao; Antonio Aiz, viceconsejero de Infraestructuras del Gobierno Vasco; y Janire Bijueska, directora de Planificación del Transporte del Gobierno Vasco. Conexiones ferroportuarias
La consejera vasca ha identificado varias prioridades. La primera es finalizar los corredores prioritarios ya iniciados, “que arrastran un retraso alarmante en su ejecución”. A su juicio, “no pueden existir todavía fronteras ferroviarias, por lo que hay que garantizar también la interoperabilidad entre los estados con un mismo ancho de vía, sistemas de seguridad, etc.”. Para Tapia “no se pueden generalizar inversiones en redes ferroviarias que no respondan a unos mínimos criterios de rentabilidad socioeconómica; no se puede permitir la construcción de estaciones de alta velocidad en las que no hay personas usuarias o de líneas de alta velocidad que no tienen una mínima demanda”, denuncia.
Por otra parte, es necesario impulsar la intermodalidad; es decir, traspasar tráficos de la carretera al ferrocarril. “Es prioritario eliminar los cuellos de botella de la conexión atlántica y traspasar tráficos de personas y mercancías al ferrocarril. No podemos sostener por mucho más tiempo las retenciones y los colapsos que sufrimos en la frontera”. En este aspecto, cabe recordar que la construcción de la autopista ferroviaria desde Vitoria-Gasteiz hasta el norte de París, según un estudio realizado por el Ministerio de Fomento, en el inicio de sus servicios transportaría más de 1.400 vehículos pesados por día.
Asimismo, el Gobierno Vasco apuesta por promover las conexiones ferroportuarias para favorecer la intermodalidad entre el tráfico marítimo y el ferroviario. Por ello, la implantación de la alta velocidad atlántica debe estar conectada directamente a los puertos más próximos. Además, considera esencial promover las conexiones de las regiones del Arco Atlántico a las redes prioritarias. En el ámbito del transporte terrestre y de alta capacidad, el ferrocarril debe concebirse como el “eje vertebrador” sobre el que tiene que pivotar la movilidad, de personas y mercancías. “Tenemos que completar las redes prioritarias y, una vez que tengamos la red principal CORE concluida, fomentar las conexiones con las diferentes regiones. Como si se tratara de una arteria que se capilariza hasta llegar a todas partes, completando una red ferroviaria multinivel”, explica Tapia.
Críticas
Identificadas las prioridades, la consejera critica que algunos estados miembros están haciendo “todo lo contrario”. En este punto, considera “un grave error las políticas de planificación y programación de infraestructuras impulsadas, en nuestro caso, por el Estado español. No han respondido a verdaderas y justificadas necesidades, ni al carácter prioritario de los corredores europeos, sino a visiones cortoplacista e intereses clientelistas”.
Tapia asegura que España es el país con la red de alta velocidad “más infrautilizada del mundo, a pesar de ser el segundo, detrás de China, con más kilómetros de red”. La consejera cuestiona si “se va a ser capaz de superar una política de construcción de líneas de alta velocidad indiscriminada” mientras advierte sobre la Y vasca que “es hora de dejar de hablar de obra y retrasos, para comenzar a hablar del servicio, de la explotación de la línea”.