Precisamente, el servicio de datos en la nube es el reto inmediato de la firma y en el que trabaja actualmente. Gracias a la plataforma en la es posible garantizar que los datos no son alterados y se apoya la seguridad de la cadena de frío. Según aseguran sus responsables, Coollogger está trabajando en una patente para dar mayor transparencia a la cadena de frío.
La creación de Coollogger respondió al deseo de satisfacer la necesidad entre los clientes de Ozeano Urdina de un sistema que controle parámetros ambientales, como la temperatura o la humedad, durante el transporte internacional de productos frescos, de forma fácil y segura.
Coollogger ha recogido un concepto que ya existía y lo ha adaptado a una nueva realidad, donde todo gira alrededor del poder de la información. Además del servicio de monitorización, ofrece una base de datos en la nube y un sistema de economía circular para reutilizar/recuperar los dispositivos y reducir las pérdidas de sus clientes, así como reducir el impacto medioambiental.
En tiempo real
Los distintos modelos de dataloggers de Coollogger recogen varios parámetros, desde el más básico, sólo de temperatura, a los más complejos que miden humedad, luz o posición, entre otros. Todos estos datos son fundamentales, por un lado, para garantizar que se mantiene la cadena de frío y, por otro, para determinar responsabilidades en caso de que se rompa.
La compañía ha solicitado una patente que posibilita el flujo transparente de esa información entre los distintos participantes en la cadena logística, desde el exportador al importador o las autoridades sanitarias.
“Estamos pasando de dataloggers pasivos a equipos que emiten en tiempo real, y que se comunican con sus plataformas a través de distintas redes de transmisión, desde el clásico GPRS, a las nuevas redes IoT, añade Coollogger sobre las grandes posibilidades que ofrece la tecnología actual.