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Crisis mundial, sin fecha de finalización

Es obvio que todo este contexto en nada ayuda a la actividad profesional de los transitarios. Si mantener la clientela siempre ha requerido de un gran esfuerzo, hoy es una tarea casi titánica, ya que “aspectos como la agilidad, flexibilidad y capacidad de reacción ante los imprevistos es la gran variable que se tiene ahora en cuenta”, reconoce Agustín Montori, presidente de la Comisión de Asuntos Marítimos de FETEIA-OLTRA. Hoy por hoy, por ejemplo, hay que invertir el triple de recursos para realizar las mismas gestiones para embarcar un contenedor que antes de la pandemia, tal y como advierten los expertos consultados.

  • Última actualización
    29 noviembre 2021 10:56

Desde el comienzo de esta crisis, FETEIA-OLTRA y las grandes asociaciones de cargadores llevan denunciando cierta opacidad por parte de las navieras a la hora de proporcionar información al resto de operadores logísticos, un extremo que los grandes operadores marítimos niegan. Sea como fuere, los transitarios afirman que “no hay interlocutores válidos, falla la comunicación y la que tenemos son respuestas poco detalladas”.

Así, tal y como vaticina Montori, las grandes transitarias internacionales, “con su dominio del mercado, tienen el futuro más asegurado”, mientras que las medianas y las pequeñas “tienen ante sí un panorama nada alentador”, aunque “la profesión pervivirá”.

El tamaño importa

En esta circunstancia, el tamaño de la empresa cargadora va a ser un factor muy determinante, algo que va a repercutir en la labor que desarrollarán los transitarios. “Hay que tener en cuenta que las grandes compañías que mueven 20.000 contenedores al año tendrán un mejor y más rápido acceso tanto a las navieras como a los operadores logísticos globales”, asegura Montori. En ese caso, “podrá gestionar con cierta facilidad sus envíos, ya que en estos momentos las navieras buscan cargas seguras y volúmenes altos”.

Las pymes con unos flujos de mercancías más modestos, al igual que en estos momentos, “van a tener más complicado encontrar espacios de carga”, algo que va a afectar de manera directa en la labor que ejercen los transitarios. Así, los expertos consultados recuerdan que son estas pymes las que más necesitan a las empresas del sector logístico, “ya que normalmente no cuentan con departamentos ni gente especializada en el comercio internacional”, por lo que esa labor de asesoramiento que ejercen los transitaros es, y será, fundamental. “Asumimos las necesidades del cliente como propias, nos implicamos, de ahí que nuestro rol siga siendo necesario”.

Sin beneficios

Tanto Montori como el resto de expertos consultados no se atreven a poner fecha exacta al final de esta situación, aunque sí hablan de tendencias a la hora de fijar el umbral de resistencia de las empresas transitarias, un umbral que, de nuevo, va a depender del tamaño. “Los más grandes, con un mayor músculo financiero, podrán ajustar más sus márgenes, mientras que los más pequeños tienen más complicada su supervivencia”, reconocen.

En la actualidad, según el representante de FETEIA-OLTRA, las pymes “juegan en estos momentos con un beneficio bruto de entre el 5 y el 8%, por lo que las ganancias reales de las transitarias de menor tamaño se reducen prácticamente a cero”, lamenta.

A pesar de esta situación, las transitarias con las que se ha puesto en contacto Diario del Puerto se muestran optimistas, y hacen de la cercanía con el cliente su principal baza frente a lo que denominan “los gigantes del sector”. Hoy en día, “trabajar con uno de los grandes operadores logísticos a nivel global tiene sus ventajas, pero también sus inconvenientes”, afirman los directivos consultados. “Nosotros, los no tan grandes, estamos siempre disponibles para los cargadores, y solucionamos sus dificultades con un servicio personalizado”, aseveran.

Las empresas transitarias ofrecen servicios para aquellos cargadores que no tienen ni los recursos ni el personal para implementar departamentos propios de logística. Externalización versus logística propiaUna de las alternativas que los cargadores han barajado durante esta crisis es la de crear departamento de transporte y logística. Sin embargo, hay imponderables que hacen lo hacen muy complicado. Jordi Espín, secretario general de Transprime Spanish Shipper’s Council, es partidario de la puesta en marcha de estas divisiones dentro de las empresas, aunque reconoce que es algo que no es fácil, “ya que cuesta dinero y tiempo”. En ese sentido, lo cierto es que las grandes empresas exportadoras e importadoras ya cuentan con estos departamentos, bien propios o bien externalizando el servicio, algo que beneficia a los transitarios.Por su parte, las empresas más pequeñas con actividad de import/export se encuentran ante serias dificultades a la hora de contar con este tipo de actividad interna. Se requiere una importante inversión de capital y un personal altamente especializado. Para Agustín Montori, el papel de los transitarios en este punto es fundamental, “porque ofrecemos estos servicios a empresas que no pueden implementar estos departamentos a nivel interno”.

Los transitarios asumen las necesidades del cliente como propias, nos implicamos, de ahí que nuestro rol siga siendo necesarioAgustín MontoriPresidente de la Comisión de Asuntos Marítimos de FETEIA-OLTRA