El lehendakari Iñigo Urkullu, acompañado de la consejera de Salud Gotzone Sagardui, ha visitado este miércoles las instalaciones del Centro Logístico de Boroa, puesto en marcha en marzo por Dachser y situado en la localidad vizcaína de Amorebieta, donde se almacena la reserva estratégica para hacer frente al Covid-19 acordada entre Gobierno Vasco, diputaciones forales y EUDEL.
El lehendakari ha explicado que este centro logístico ha desempeñado “una tarea clave” durante los momentos peores de la pandemia. “Hoy es el lugar desde el que se articula la nueva estrategia de aprovisionamiento y distribución de material a todos los ámbitos esenciales de Euskadi, ha añadido. Gracias al acuerdo entre las instituciones vascas, en Boroa se guarda cantidad suficiente de una veintena de materiales hasta marzo del próximo año valorados en 80 millones de euros.
Según Urkullu, la creación de este stock supone un ejemplo de colaboración interinstitucional a favor del bien común. Las instituciones vascas han trabajado en el diseño de esta reserva estratégica con la previsión de posibles rebrotes buscando la manera de respuesta más eficaz a las nuevas necesidades creadas a raíz del Covid-19 para garantizar la seguridad del personal esencial.
Distribución
Desde este lugar se distribuye a más de 700 puntos de destino entre los que se encuentran hospitales, centros de salud, residencias, servicios municipales de toda Euskadi y centros educativos de la red pública. Asimismo, ha querido agradecer su implicación al conjunto de profesionales tanto de la planta como de Osakidetza y del Departamento de Salud añadiendo que cuidar y garantizar la seguridad de los profesionales es prioridad para el Gobierno Vasco. “Muchas gracias a todos por el esfuerzo que habéis hecho y estáis haciendo para conseguir este objetivo”, ha finalizado.
Reserva estratégica
Desde el comienzo de la pandemia, la necesidad incesante de material se multiplicó, no sólo en Euskadi, sino en todo el mundo. Entre los meses de enero y mayo de este año, en comparación con el mismo periodo de 2019, Osakidetza multiplicó por 18 el consumo de mascarillas de alta protección (se ha pasado de 22.000 a 415.000); se han multiplicado por 26 los guantes de alta protección, pasando de 58.000 a 1.500.000. Lo mismo ha ocurrido con el consumo de batas, gel hidroalcohólico, gafas de protección o buzos. A pesar de las dificultades, durante ese período Osakidetza abordó una compra intensiva de material para poder hacer frente a esas necesidades de consumo. En ese contexto, en marzo se puso en marcha este centro con el fin de poder recibir, almacenar y distribuir de manera eficaz todo el material.
Posteriormente, las instituciones vascas han trabajando de la mano para establecer las cantidades necesarias para responder a las nuevas necesidades surgidas en la pandemia así como en su distribución. Así, teniendo en cuenta las necesidades, se ha creado un stock o reserva estratégica de cerca de una veintena de materiales.