El pasado mes de febrero, la Administración convocaba el concurso para llevar a cabo las obras, una licitación que quedó desierta. En septiembre, la Agencia Tributaria volvía a la carga sacando a concurso de nuevos las obras. En esta segunda ocasión, el contrato de obras salió a concurso por un valor estimado de 379.426,38 euros, mientras que en el anterior fue de 297.436,17 euros.
A partir de la adjudicación e inicio del contrato, que se prevé sea en breve, el pliego contempla un periodo de ejecución de seis meses lo que significa que, si todo marcha según las previsiones, la Aduana podría reabrirse antes del verano de 2020. Este hecho supondría una excelente noticia para la comunidad portuaria que lleva reclamando la apertura de este centro desde que fue clausurado en el año 2012 por cuestiones de seguridad.
El edificio, de 450 metros cuadrados, albergó en su día la Aduana Marítima de Castellón y un archivo en planta baja; la vivienda oficial del Administrador de la Aduana en planta primera y la unidad de Vigilancia Aduanera en la planta segunda.
Con este proyecto se pretende implantar una oficina administrativa en la totalidad de la planta baja, dejando sin uso el resto de plantas, con la excepción de un espacio en planta primera para albergar la sala de comunicaciones, de ocupación esporádica. Un total de 18 personas trabajarán en el edificio de la Aduana. Las obras consistirán, entre otras actuaciones, en el refuerzo estructural, la sustitución de la cubierta, la impermeabilización de terrazas y la implantación de oficinas en planta baja.
El inmueble contará con nuevos aseos privados y un aseo público adaptado a la normativa vigente en materia de accesibilidad y la habilitación de una rampa en la puerta principal de acceso.