¿Cuál es su palabra logística favorita?
Soluciones.
¿Tiene algún apodo?
Mis amigos me llaman “el Secre”, en parte por mi profesión y también por mi afán organizativo.
Ciudad pendiente de visitar.
Roma con mi mujer y El Cairo para un viaje en familia.
Una ciudad para vivir.
“Madriz”, acabado en Z, que es como lo pronunciamos los madrileños.
Un libro.
La trilogía de “El Señor de los Anillos”.
Una película o serie.
Soy muy fan de la saga de “Star Wars”.
Un cantante/grupo/disco.
Joaquín Sabina.
Un cuadro o escultura.
Me impresionan “El Elogio del Horizonte” y “El Peine del Viento”, esculturas ambas de Eduardo Chillida, por el lugar donde están.
Un vicio.
Tengo tres: viajar, comer y salir, y los intento practicar en modo fusión: todos a la vez.
Una manía.
El orden.
Una pasión.
Soy de los míos a muerte.
Una persona a la que admire.
A mis padres, por el impacto que su ejemplo y valores han dejado en mí y en mis hermanos y, ahora, en sus nietos.
Personaje de ficción favorito.
Han Solo: leal, libre, ingenioso, algo canalla y un superviviente nato.
Un animal.
Tengo devoción por el cerdo ibérico.
¿Toca algún instrumento?
Sabía tocar la guitarra, pero llevo años sin hacerlo.
¿Cómo se llama el grupo de whatsapp de sus amigos?
“Cincuentañeros fiesteros”. Antes éramos los “cuarentañeros fiesteros...” Envejecemos, pero tenemos claro cuál es nuestro leitmotiv.
Cuando era niño, ¿qué quería ser de mayor?
Jugador de baloncesto.
Y en su próxima vida, ¿qué querrá ser?
No sé si hay una segunda oportunidad, así que hay que aprovechar esta vida a tope. Pero si la hay, me pido ser el jugador estrella de los New York Knicks.
¿Picking o packing?
Packing. Yo soy de juntar.
¿20 o 40 pies?
40 pies, porque el tamaño importa.
¿Ha pedido algún autógrafo en su vida?
Muchos, todos a jugadores de baloncesto. Aún conservo el de Fernando Martín.
¿Cuál es su masa máxima autorizada?
Lucho constantemente para no pasar de los 92 kilos.
Díganos el nombre concreto de una persona -fuera del ámbito político- a la que nombraría ministro o ministra de Transportes.
A Marcos Montero, por su conocimiento global del sector, capacidad de trabajo, integridad, pragmatismo y objetividad en la toma de decisiones.
¿Cuál es su mejor marca personal?
La lealtad: 33 años con mi mujer (con 3 hijos fantásticos), casi 28 años en la CETM, y más de 20 años reuniendo a mi círculo más cercano de amigos (los cincuentañeros fiesteros) en mi casa un viernes al mes.
Cuando no piensa en logística, ¿qué es lo que más le gusta hacer?
Escaparme a Asturias. Es mi contrapunto perfecto a “Madriz”: mar, naturaleza y tranquilidad, aunque la semana familiar de esquí es, sin duda, mi momento favorito del año.
¿Qué prefiere, fletar o flotar?
Fletar es más dinámico.
¿Qué le infunde más temor?
La falta de salud.
Si tuviera que trabajar directamente en una rama/eslabón concreto de la cadena logística, en una actividad/profesión determinada, ¿con cuál se quedaría?
Me quedo con mi puesto. Tenemos una visión global del mundo del transporte y la logística que me resulta muy gratificante.
¿Cuál es su máxima en la vida?
Ser feliz. Se lo recuerdo a mi mujer y a mis hijos cada día.
Le apasiona el sector logístico porque...
Movemos el mundo.