La reciente rebaja de tipos de interés de la Reserva Federal, pese a una inflación que se mantiene inequívocamente por encima del objetivo de la autoridad monetaria, fue justificada por la debilidad creciente en el mercado laboral del país. Como revela el gráfico superior, la cifra de creación de empleo en los últimos meses se sitúa por debajo del 10% del promedio generado durante la Administración Biden (2021-2024, con un millón de nuevos empleos netos al trimestre), y constituye el peor dato desde septiembre de 2010, todavía entonces bajo la influencia de la Gran Recesión.
Pese al empeño de Donald Trump en acusar a la Fed de estos resultados (por una política monetaria presuntamente muy restrictiva) y su insólita decisión de despedir a la responsable del Bureau of Labor Statistics, institución que mide, entre otras muchas variables económicas, la evolución del mercado laboral (el primer dato con el nuevo director ha sido peor que el precedente), son las políticas de la propia Administración Trump las que están complicando la generación de empleo. Primero, por los despidos masivos (y parálisis en la contratación) en el sector público, incluyendo educación e investigación. Segundo, porque, según ha puesto de manifiesto la propia Fed, son las empresas importadoras y de venta minorista estadounidenses las que están absorbiendo el coste de la escalada arancelaria de Trump; por tanto, en su mayoría ni pagan los extranjeros, ni los consumidores, lo hacen esas empresas, que están reduciendo márgenes... y costes, conteniendo la contratación. Tercero, la incertidumbre que introducen los bandazos en las políticas de la Administración Trump y sus ataques a diferentes instituciones, Fed incluida, no ayudan en nada a las decisiones de inversión y contratación del sector privado.
Reflejado todo lo anterior en esos paupérrimos datos recientes de creación de empleo, lo cierto (véase también en el gráfico) es que la tasa de desempleo (en el 4.3% en la actualidad), apenas ha crecido dos décimas en lo que llevamos de 2025. ¿Cómo es posible? Porque la oferta de trabajo se ha reducido a la par que la demanda: los obstáculos a la inmigración (que ahora se van a extender a la más cualificada) y la expulsión de decenas de miles de trabajadores foráneos ya asentados en Estados Unidos (en su mayoría, aunque no todos, ilegales) explican esa contracción del número de trabajadores disponibles.
¿El resultado? Ese “curioso equilibrio” al que se refirió Jay Powell tras la última reunión de la Fed. Un equilibrio a la baja, debe subrayarse.