A veces, algunas veces, el sector vive épocas convulsas en todos sus frentes. En otras ocasiones le toca a un gremio específico experimentar ese momento de especial intensidad.
No son las ferias ni los congresos los que marcan que esa época sea interesante para este o aquel gremio. Son los movimientos del mercado, que se reflejan en el sector transitario como en pocos o ninguno. Las “agencias de viajes de la mercancía” viven intensamente las vibraciones del sector logístico y de todo lo que les rodea y les da vida. Por eso ahora les toca una de esas épocas que pone a prueba, otra vez, la salud, la fortaleza y el anclaje de un colectivo acostumbrado como pocos a la adaptación. Nadie discute que no hay que ser el más fuerte, sino el que más rápido y mejor se adapta a las cambiantes circunstancias. Que se lo digan a los transitarios.
En estos tiempos, ya no es ningún secreto que el mero servicio de intermediación ha quedado obsoleto, inservible, tirado en la cuneta, arrollado por el tren del progreso logístico. A estas alturas, nadie ignora que el tirano mercado quiere más, mucho más. Hoy, la mayoría de las empresas transitarias que siguen adelante, lo hacen porque han sabido, hace tiempo, adaptar y multiplicar su oferta de servicios. Además de su tradicional rol de “agencia de viajes de la mercancía”, han asumido el papel de transportistas, almacenistas, operadores logísticos… Lejos de dejar ahí el listón de la exigencia, estos últimos años a los transitarios se les ha multiplicado el más difícil todavía y han tenido que seguir en el frente, sumando nuevos retos a su capacidad de adaptación habitual. Encargarse de que las mercancías lleguen de un lugar a otro en plena pandemia o hacerlo casi sin contenedores, sin espacio en los buques y con unos precios de los fletes multiplicados… ha supuesto un doble salto mortal sin red. ¿Cómo intentan salir airosos de este más difícil todavía? Básicamente con su arma de siempre: profesionalidad y capacidad de adaptación.
Los transitarios, FETEIA y las distintas ATEIAs que les dan la fuerza de la unidad del colectivo, han puesto al otro lado de la balanza de la tormenta perfecta su conocimiento, experiencia y especialización, para volver, poco a poco, a recuperar el pulso de unas empresas a las que se ha vuelto a poner a prueba, como siempre pero más.
En Diario del Puerto – Grupo Diario creemos que es el momento de volver la vista y el análisis hacia los transitarios. Nos hemos propuesto revisar su intensa actualidad y trazar, partiendo de ella, sus líneas de futuro, que son, ni más ni menos, que las líneas de futuro del sector logístico nacional e internacional.
Para esa labor de análisis hemos realizado la obra que tiene en sus manos, completada con la reciente celebración de uno de nuestros Desayunos Informativos, en formato webinar, dedicado a ese gremio, con las opiniones de algunos de los profesionales que más lo conocen.
Para poner el foco en los transitarios hemos volcado todas nuestras armas de convocatoria, de comunicación, de análisis y de periodismo. El resultado son esas dos iniciativas: este libro y el webinar llevada a cabo el 28 de octubre pasado. Ambas son transmisoras de un mismo mensaje: escuchar a los transitarios es escuchar a la logística. Escuchar a la logística es la única manera de entender la economía, la actual y, lo que es más importante, la que nos viene en un futuro inmediato.
