El presidente nacional del Partido Popular, Pablo Casado, criticó ayer en Melilla que el “el Gobierno de España no dijera nada” sobre el “contencioso no avisado, no informado” del cierre unilateral de Marruecos de la aduana con Melilla. Durante una visita a la ciudad autónoma, Pablo Casado se mostró extrañado porque se trata de “un tema perjudicial” para los intereses económicos de Melilla.
Igualmente, el dirigente popular criticó que el Ejecutivo no tratara de solventar “una situación inédita en los últimos 60 años”. “Lo que me extrañó es que el Gobierno de España no dijera nada. Yo esperaba que, al menos, el ministerio de Exteriores o el ministerio de Economía hablara sobre esta cuestión y que el presidente del Gobierno se pusiera a disposición del presidente de la Ciudad Autónoma”, apuntó.
“La aduana comercial en la frontera de Melilla permanece cerrada sin que el gobierno del PSOE se preocupe o explique sus consecuencias. Hemos venido a Melilla a interesarnos por esta situación preocupante”, matizó.
La crisis
El origen de la crisis con Marruecos se sitúa en mayo de 2017, cuando la Delegación del Gobierno español en Melilla implantó una nueva organización en este puesto fronterizo. Desde esa fecha, según denunció la patronal ANESCO, se ha producido una importante pérdida de actividad portuaria que se vio agravada tras la decisión adoptada el pasado mes de julio por el Ministerio de Economía y Finanzas del Reino de Marruecos por la que únicamente se permiten despachar para la importación las mercancías que hayan sido descargadas en el vecino puerto marroquí de Nador. Como consecuencia de esta medida unilateral se ha bloqueado la entrada de productos exportados desde Melilla hacia Marruecos. A esta situación, precisamente, es a la que se refirió ayer el líder del Partido Popular.
Según ANESCO, “la situación está acarreando una pérdida relevante de actividad empresarial en toda la cadena logística melillense, con impacto en las empresas prestadoras de servicios portuarios, transitarios y transportistas, y con la consecuente pérdida de puestos de trabajo derivados de la bajada de la actividad comercial del puerto estimada ya en casi un 50%”.