MADRID. La mesa redonda liderada por la coordinadora general de Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, María José Aparicio; Jesús Lancharro, director de Alquileres de Panattoni; y Julián Villena, director Asset Manegement Logística de Merln Properties, ha coincidido en que el futuro de las ciudades pasa por repensar el espacio urbano como un espacio logístico. No se trata solo de resolver los problemas de tráfico o emisiones, sino de diseñar desde cero entornos urbanos donde la movilidad, la distribución de mercancías y los servicios esenciales convivan con fluidez.
María José Aparicio ha explicado que el planeamiento urbanístico de la ciudad parte de una premisa clara: integrar movilidad y logística desde la fase inicial del diseño de ciudad. “Estamos hablando de planificar no solo calles o viviendas, sino también cómo se moverán las mercancías. Es una oportunidad única para hacerlo bien desde el principio”.
Jesús Lancharro ha advertido que operar en el centro de las ciudades sigue siendo costoso y complejo. Las restricciones a la entrada de vehículos, los horarios de carga y descarga, y la falta de infraestructuras específicas hacen que muchas empresas logísticas vean con dificultad su papel en el corazón de las urbes. “Hay que trabajar a fondo la parte legal y normativa, pero también dotar de infraestructuras al espacio urbano para que la logística no sea un problema sino una solución”. Igualmente ha indicado que la colaboración con el sector privado es imprescindible para implementar modelos viables: “No se puede regular desde la distancia; hace falta conocer la ciudad al detalle, barrio a barrio”. Para Lancharro, uno de los pilares fundamentales es reducir la fricción entre la actividad económica y las restricciones medioambientales sin perjudicar la operativa de los operadores logísticos. “La clave está en la flexibilidad normativa y en infraestructuras compartidas, como hubs de consolidación o microplataformas urbanas”.
Por su parte, Julián Villena ha diferenciado entre tres grandes tipologías de distribución: comercio electrónico, retail tradicional y canal HORECA. “Cada uno tiene una lógica propia, unos horarios y unos flujos que no se pueden tratar como si fueran lo mismo. La solución no es única, sino una combinación adaptada a cada tipo de actividad”. Ejemplo de ello son los nuevos barrios en desarrollo en Madrid, como Madrid Nuevo Norte, donde se está diseñando desde cero una “ciudad con mentalidad logística”. En estos espacios, ha propuesto separar físicamente los flujos de mercancías para evitar conflictos y colapsos: “No tiene sentido que un camión que abastece a un restaurante tenga que competir por espacio con el repartidor de última milla de e-commerce. Hay que separar flujos para ganar eficiencia y seguridad”.
Además, Julián Villena ha defenddido que el futuro de la logística urbana pasa por la consolidación de hubs logísticos dentro del tejido urbano, pequeños centros de distribución capaces de reducir la distancia y los tiempos de entrega sin congestionar las calles principales.
Todos están de acuerdo en que la DUM (Distribución Urbana de Mercancías) no se resuelve con una medida aislada, necesita una visión estratégica a largo plazo apoyada en el diálogo entre administración y empresas. También se ha destacado la necesidad de una mayor agilidad administrativa para implementar proyectos piloto, regular zonas de carga, experimentar con vehículos alternativos o reorganizar horarios de reparto.