El sector logístico sigue soportando sobrecostes derivados de la pérdida de conectividad y de daños en polígonos y naves provocados por la DANA. Así lo confirma a este Diario la CEV que insiste: “La reconstrucción sigue siendo incompleta” y “necesitamos una administración más ágil y más coordinada”.
Valencia. Como la sociedad valenciana, la Confederación Empresarial de la Comunitat Valenciana (CEV) vivió la DANA “con una mezcla de dolor e impotencia, pero también con el orgullo de ver cómo las empresas y los trabajadores respondían con una solidaridad ejemplar”. La CEV vertebró la ayuda de toda España e impulsó actuaciones de recuperación como el informe “Rehacer, transformar. Propuestas para el futuro tras la DANA”. Pero ¿qué opinión le merecen las actuaciones desarrolladas durante estos 12 meses a la CEV?
“Este ha sido un año de contrastes: de recuperación parcial en algunos sectores, de estancamiento en otros y de profunda reflexión sobre cómo afrontamos los riesgos. La mayoría de los sectores han logrado recuperar entre un 80 y un 100% de su actividad, pero también que hay negocios (especialmente en comercio, hostelería y transporte) que no volverán a abrir sus puertas”, detalla la patronal.
Además, el balance que hacen de las ayudas es irregular. “En cuanto a las ayudas públicas, tanto la Generalitat como el Gobierno central han movilizado recursos, pero solo el 9% de los 16.639 millones anunciados por el Estado son ayudas directas a empresas, una cifra claramente insuficiente frente a la magnitud de los daños”. La Generalitat Valenciana ha destinado el 24,4% de los recursos solicitados por los damnificados a empresas privadas y el 74,2% a familias “y aunque se valora su mayor agilidad y facilidad de acceso, las ayudas han sido insuficientes y además han tenido que tributar”.
“Todavía hay autónomos y pequeños transportistas que se enfrentan a un entorno incierto porque no han podido renovar flotas ni acceder a créditos del ICO o del IVF, y reclaman más ayudas directas y menos trabas administrativas”
Y el Consorcio de Compensación de Seguros “ha sido determinante”, pero la percepción general es que “los pagos han llegado tarde y con excesiva burocracia”.
En conjunto, apunta la CEV, las empresas coinciden en que las ayudas privadas, de fundaciones y redes empresariales (como la Fundación CEOE o iniciativas lideradas por empresarios valencianos) “han tenido un impacto real más inmediato”.
Asimismo, “el sector logístico e industrial, aunque resiliente, sigue soportando sobrecostes derivados de la pérdida de conectividad y de daños en polígonos y naves. Aun así, muchas empresas han demostrado una extraordinaria capacidad de reorganización y cooperación”, confirma la CEV que valora “muy positivamente esa respuesta colectiva”, aunque insiste en que “es imprescindible extraer lecciones como que no podemos seguir gestionando emergencias con mecanismos pensados para otro tiempo. Necesitamos una administración más ágil y más coordinada”.
Lo que queda por hacer
Preguntada por cuáles son las actuaciones pendientes en relación con las empresas del sector logístico, desde la CEV explican que, “a pesar de los avances, la reconstrucción sigue siendo incompleta”. “En el sector logístico, los problemas más graves se concentran en los accesos a los polígonos industriales. L’Horta Sud, la Ribera y el eje del Turia continúan sufriendo cortes, deterioros y embotellamientos que lastran la operativa diaria y aumentan los costes. Además, hay obras hidráulicas críticas pendientes. Sin esas obras, el riesgo de nuevas inundaciones es real y recurrente”.
Por otro lado, “todavía hay autónomos y pequeños transportistas que se enfrentan a un entorno incierto porque no han podido renovar flotas ni acceder a créditos del ICO o del IVF, y reclaman más ayudas directas y menos trabas administrativas”.
“En el sector logístico, los problemas más graves se concentran en los accesos a los polígonos industriales”
En este escenario, hay que “acelerar la ejecución de las obras hidráulicas y viarias comprometidas; mejorar los accesos y drenajes en polígonos logísticos; simplificar los procedimientos administrativos de ayudas e indemnizaciones, y, sobre todo, abordar la reconstrucción con visión metropolitana, coordinando municipios, empresas y administraciones bajo una planificación única que integre movilidad, sostenibilidad y prevención”, detalla la CEV.
Tras la catástrofe: no hubo pausas
Sobre cómo se actuó tras la tragedia, desde la CEV recuerdan que, en los primeros días su prioridad fue movilizar recursos con rapidez y canalizar la ayuda que llegaba. “Fueron muchísimas las empresas, grandes y pequeñas, de todo el país, las que se ofrecieron para colaborar, y desde la Confederación coordinamos esa solidaridad junto a la CEOE y la Fundación CEOE. Identificamos necesidades concretas y pusimos a disposición maquinaria, grúas, vehículos y material especializado, especialmente en las zonas más afectadas”.
Asimismo, “la respuesta del sector logístico fue ejemplar. Empresas de transporte y distribución pusieron su infraestructura al servicio de los equipos de emergencia, ayudando a restablecer suministros básicos y a limpiar polígonos inundados”.
También se organizaron campañas de apoyo a trabajadores y pymes afectadas, canalizando donaciones a través de plataformas como Alcem-se. “Y mantuvimos reuniones con los sindicatos UGT-PV y CCOO-PV para proteger el empleo, y remitimos al Gobierno propuestas para aumentar las ayudas directas, reducir la burocracia y activar un plan integral de reconstrucción”.
Pero la actuación de la CEV no se limitó a la emergencia. En los meses posteriores elaboró el informe “Rehacer, transformar. Propuestas para el futuro tras la DANA”, un documento que marca una hoja de ruta para convertir la reconstrucción en una oportunidad de transformación.
“Ese estudio plantea una visión integral basada en cinco pilares: modernización del modelo económico y logístico, apostando por áreas industriales más sostenibles y conectadas; nueva gobernanza territorial del área metropolitana de Valencia que integre movilidad, planificación y gestión de riesgos; infraestructuras resilientes ante el cambio climático, con inversiones estratégicas en drenaje, laminación y accesos; movilidad metropolitana segura y eficiente, que refuerce el transporte público y la intermodalidad; y una población más preparada y protegida mediante sistemas de alerta y cultura del riesgo”, concluye la CEV.