Los productos perecederos, asegura Alexandre de Juniac, consejero delegado de IATA, “son un mercado en crecimiento en la industria de la carga aérea”. Tan solo de enero a septiembre de este año, por ejemplo, Iberia ha transportado 35.000 toneladas de perecederos (en sus vuelos), un 21% más que en el mismo periodo del año anterior. Esto da idea del peso de un mercado tradicional que sigue en constante evolución y exigencia de competitividad.
El transporte aéreo de productos perecederos en general y hortofrutícolas en particular requiere mantener durante todo el trayecto una temperatura específica y por ello tiene un alto riesgo por la cantidad de puntos críticos que hay en la cadena logística y que amenazan la cadena de frío.
Desde la carga en origen, la espera de la carga en pista, el tiempo en bodega (donde puede estar desde -18ºC a +20ºC), o el tiempo de espera en un almacén, hay numerosas amenazas externas a la temperatura del producto, lo cual requiere un tratamiento especial por parte de un transitario especializado en carga perecedera.
Es fundamental planificar, señala TIBA, transitaria, agente de aduana y operador logístico en España, “calculando no solo el tiempo de vuelo sino también los tiempos de espera en los trasbordos, los cut-off antes de cada vuelo y los tiempos necesarios para despacho”.
En marzo de 2019, la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) lanzó una nueva certificación para la industria para mejorar la manipulación y el transporte aéreo de productos perecederos: CEIV Fresh.
“Es esencial garantizar que estos productos delicados y de corta vida lleguen al cliente en buen estado y con las mínimas pérdidas”, señala el consejero delegado de IATA.
El certificado CEIV Fresh, añade De Juniac, “ofrece la garantía de que estos operadores van a actuar con los estándares y la calidad más alta en el transporte de productos perecederos”.
La caducidad y la temperatura de los alimentos y productos agrícolas perecederos hacen que su manipulación y transporte sean un desafío.
CEIV Fresh contempla estos exigentes requisitos basándose, principalmente, en el reglamento para el transporte de carga perecedera (PCR) diseñado por IATA a partir de la información procedente de expertos de la industria y gobiernos en materia regulatoria y operativa.
PIF único en Barajas
Una gestión rápida y eficiente de los trámites aduaneros es esencial para cumplir los tiempos de tránsito de mercancías, especialmente para el tráfico de productos frescos como las frutas y las hortalizas.
Uno de estos puntos clave se encuentra en los Puestos de Inspección Fronteriza (PIF) donde la agilidad y eficiencia es esencial para un correcto tránsito de las mercancías.
Varias organizaciones de logística y aduanas han llamado la atención sobre la actual gestión del PIF del Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas en cuanto a limitación horaria y de personal de la Administración para llevar a cabo los servicios de inspección ofrecidos en las instalaciones con PIF autorizado en Barajas, lo que, en opinión de la patronal UNO, “limita el crecimiento de los tráficos de carga aérea y la competitividad del aeropuerto”.
En este sentido, el Comité Facilitador de la Carga del Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas acordó en julio la constitución de un grupo de trabajo para analizar la creación de un PIF único en el Centro de Carga Área de Barajas.
En su primera reunión, los representantes de ATEIA Madrid solicitaron analizar la construcción de un PIF único en el aeropuerto madrileño, “teniendo en cuenta las inversiones millonarias que tiene previsto realizar AENA dentro del Master Plan para la zona logística de carga, y sobre todo por los importantes y graves perjuicios operativos y económicos que está generando la falta de esta infraestructura por la limitación de inspecciones de las mercancías en el día, los desplazamientos de los funcionarios a las instalaciones de las compañías de handling, la falta suficiente de espacio de estas empresas, la ausencia total en otras y en algunos momentos como el actual la retirada de autorizaciones administrativas para pasar los controles de las mercancías en las indicadas compañías por incumplimiento de los requisitos establecidos al efecto”, asegura ATEIA.
La inexistencia de un PIF único, añadieron el coordinador del PIF del Centro de Carga y varios representantes de las Inspecciones Especiales Paraaduaneras, produce un incremento de costes, un exceso de funcionarios, retraso en los controles a las mercancías y, derivado de esto último, un retraso de la disponibilidad de las mercancías por los importadores.