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Los transitarios vienen reivindicando su labor como solucionadores de problemas y también como líderes de cambios. Para recoger la voz de los transitarios, sus inquietudes y reivindicaciones, Diario del Puerto Publicaciones entrevista a Enric Ticó, presidente de la FETEIA-OLTRA.
Nuestro reto pasa por seguir velando por impulsar la cadena logística, conocer mejor la aduana y poder realizar las operaciones de import/export de manera eficiente y segura
¿Cómo definiría el contexto que viven en estos momentos las empresas transitarias?
La situación en estos momentos está relativamente tranquila, teniendo en cuenta de dónde veníamos el primer semestre del año. El gran tema que nos ha preocupado los últimos meses es la situación creada por la aplicación del Reglamento de los Consorcios Marítimos, con un grado de tensión en nuestra comunidad elevado. Todos entendimos en su momento a que se debía el reglamento Consorcia, aprendimos cosas que nunca habíamos aprendido, pero el precio del transporte se disparó por muchos motivos, lo que provocó tensión con los clientes y, por otro lado, la gestión de los contenedores por parte de las navieras fue, para calificarlo con cierta indulgencia, poco ágil durante mucho tiempo.
¿Dónde reside el problema?
Si nos ponemos en la piel del otro, se entiende que está siendo un periodo muy duro para todos, que se acentúa con la incertidumbre de la guerra. Se entiende, incluso, que el servicio no sea el esperado. Pero el problema reside en que esto se ha producido en un contexto en el que, gracias a la normativa europea (el Reglamento Consortia), las navieras han aprovechado para crecer, comprar e intentar hacerse los dueños de toda la cadena logística. Este es un cóctel complicado y difícil de gestionar, y que repercutirá negativamente en el bolsillo de los consumidores.
¿Cuál es la posición de los transitarios entonces?
En FETEIA-OLTRA, en el marco de CLECAT, hemos sido muy activos porque consideramos esta situación una injusticia. No pensamos que una integración vertical sea la ideal para la cadena logística, dado que todo el circuito quedaría en unas pocas manos. Por ello, hemos liderado esta batalla. Un reto que veíamos muy complicado hace un año, del que hoy estamos esperanzados al haber conseguido ser escuchados en el Europarlamento.
¿Qué pasaría si no lo consiguen?
Cuando éramos jóvenes, vivíamos en el marco de la única empresa: Iberia, Campsa, etc. con todo lo que ello conlleva. Hemos luchado por la competencia, incluso sufriendo las consecuencias de este cambio de mentalidad. La cuestión es que, si no era bueno que todo estuviera en unas mismas manos antes, no lo es ahora tampoco. Y es menos concebible aún que sea la Unión Europea quien favorezca esta situación.
Las navieras han aprovechado para crecer, comprar e intentar hacerse los dueños de toda la cadena logística
Dice que están esperanzados en que se solucione la situación...
Encontramos una vía directa: el diálogo con los grupos parlamentarios en Bruselas. Su respuesta fue muy positiva. Todo ello, se tradujo en preguntas parlamentarias trasladadas a la Comisión, que ponen sobre la mesa la problemática. Desde que se han producido estas preguntas, se está moviendo alguna cosa a escala europea, abriéndose la puerta a plantear la revisión que demandamos. Nuestra petición es muy clara: que se derogue esta norma que atenta contra la libre competencia.
¿Son optimistas, entonces?
Nuestra obligación es luchar y tenemos esperanza. Fue muy significativo el cambio de actitud del gobierno norteamericano y del presidente Joe Biden. Aunque es verdad que no hay navieras americanas potentes, eso no significa que no pueda suceder lo mismo en Europa, por difícil que parezca. También está ayudando el ligero descenso de los fletes, pues todo problema añadido aumenta la tensión existente.
¿Cuáles son las previsiones de cara a los próximos meses?
Tras un primer semestre muy duro, hemos visto que las previsiones de recuperación de principios de año no se cumplían como pensábamos, como consecuencia de la guerra y de la crisis general que los expertos vienen señalando desde hace meses. Dado que la economía y muy especialmente el dinero es cobarde, en cuanto aparece la palabra “peligro”, se frenan muchas inversiones. El transitario no produce, sino que nuestro trabajo consiste en que lo que producen otras empresas se mueva; si hay más conflictos, desciende la producción, se producen más dificultades a la hora de organizar un tránsito y ello conlleva más trabajo para el transitario.
¿Es en épocas de crisis como la actual cuando se pone en valor la figura del transitario?
Así es. Históricamente el papel del transitario se asociaba al del intermediario, pero esto hoy ya no es así. Somos solucionadores de problemas y así lo reivindicamos. Cuantos más problemas deben afrontar las empresas importadoras y exportadoras, mayor necesidad tienen de recurrir a un transitario. Por tanto, nuestro reto pasa por seguir velando por impulsar la cadena logística, conocer mejor la aduana y poder realizar las operaciones de import/export de manera eficiente y segura.
Nuestra petición es muy clara: que se derogue la norma que atenta contra la libre competencia
Y más ahora que vienen fechas señalas como el Black Friday o Navidad...
Tenemos esperanza en el 11 de noviembre y Navidad, pero todo parece indicar que se mantendrá la bajada de demanda, pues esta tendencia ya está siendo sostenida. No obstante, esto no está teniendo un efecto de mejora en la prestación de servicios, pues se mantienen los blank sailings y retrasos. Por tanto, seguiremos con una situación muy complicada. Por todo ello, en estos momentos, para un cargador o una empresa de impor/expor, prescindir de los servicios de los transitarios es un auténtico suicidio.
¿Qué pasa con el aéreo?
Las previsiones son de mantenimiento, con un diagrama plano y repuntes concretos. Si bien la evolución estaba siendo positiva y las expectativas eran de un crecimiento sostenido, parece que la guerra de Ucrania y el aumento de costes derivados de la subida de los precios del combustible y la energía, y también el impacto de los cierres en China, están suponiendo una caída de la actividad. No parece que los puntos vayan a solucionarse a corto plazo, por lo que pienso que la demanda no crecerá o incluso se verá reducida. Cabe decir que las aerolíneas reaccionaron muy rápido frente a la situación creada por la invasión de Ucrania, y reorganizaron rutas y circuitos inmediatamente.
“Por fin está habiendo relevo generacional en el sector”
¿Qué hay del relevo generacional en el sector?
Se está produciendo un marcado relevo generacional en nuestro sector. Tengamos en cuenta que estos últimos diez-quince años hemos afrontado una gravísima crisis económica, recientemente una disruptiva crisis sanitaria, y ahora una seria crisis energética. Estas crisis superpuestas han provocado un gran cansancio en el mundo empresarial y en las personas que han liderado brillantemente sus compañías. Es el momento del relevo.
¿Cuál es el perfil de los nuevos socios?
Las altas que estamos viendo son mayormente nuevas empresas de pequeño tamaño, de entre tres y cinco trabajadores, generalmente gente joven, especializados en comercios y mercados muy específicos. Y quizá sea este el modelo, quizá el futuro pasa por llenar contenedores juntos, ¿Por qué no? La pyme es y seguirá siendo un puntal económico.
¿Podríamos decir que está habiendo un cambio de tendencia en el sector?
Al menos en el ámbito asociativo sí. Ciertamente, detectamos dos tendencias. Por una parte, el relevo generacional, con gente joven, algunos de los cuales están tomando responsabilidad en sus empresas y buscando implicarse en el mundo asociativo. Además, ahora buena parte de la juventud valora de forma distinta el asociacionismo, a través del cual se establece un sistema de competencia colaborativa, imprescindible en el momento actual. En temas como la digitalización, el camino es la asociación.
¿Algún consejo para estas nuevas generaciones?
Especialización, previsión y unión. Debemos seguir apostando por los nichos de trabajo existentes, pero sobre todo en los que prevemos que pueden ir apareciendo en un futuro inmediato. Si alguien hubiera previsto que el incremento de costes de la energía provocaría la falta de cubitos de hielo en el supermercado y hubiera invertido en la fabricación de los típicos receptáculos para fabricarlos en el propio congelador, se hubiera hecho millonario.
“Hemos resuelto muchos conflictos trabajando con la administración aduanera”
¿En qué estado de salud se encuentra la relación con la Aduana y el resto de las administraciones?
La Aduana es uno de los grandes problemas del transitario, en general. La prueba es que la comisión que impulsa más iniciativas en la Federación es la de Aduanas. Es por ello que, trabajando juntamente con la administración aduanera, hemos resuelto muchos conflictos, resultado de un diálogo fluido y una buena relación con dirección y subdirección. También es cierto que seguimos padeciendo problemas derivados del Brexit y del bloqueo en general que hay en Gran Bretaña, pero hay que reconocer que se ha trabajado muy bien por parte tanto de la Aduana como de la Embajada Británica en España. Precisamente, uno de los elementos que hacen muy necesaria la existencia de una Federación Empresarial es que desde ésta observamos la evolución del mercado internacional e intentamos encontrar soluciones antes de que se produzcan los problemas.
¿Qué demandas quedan pendientes?
Vamos bien, pero con temas fosilizados. Hay diversas cuestiones que, como Federación, hemos de seguir defendiendo: Ventanilla Única Aduanera, fomento de la intermodalidad o la digitalización, que suelen ir mucho más retrasados que los operadores. Como reflexión más general, demandamos que la Administración sea más receptiva a las peticiones de las asociaciones, puesto que buscamos el beneficio general del sector y, a veces, es muy difícil conseguir cualquier avance. Asimismo, pedimos que se apoyen más en nosotros para sacar adelante sus iniciativas. Vaya, jugamos en el mismo equipo, pero a veces se creen Messi.
“El blockchain es absolutamente imprescindible”
¿El futuro pasa por el blockchain?
Precisamente las conclusiones del congreso celebrado en Asturias en 2019 recogen que el blockchain es una realidad actual que supone un ahorro de burocracia y un aumento de la seguridad. Por tanto, cualquier empresa que quiera competir, debe trabajar en una cadena de confianza, que es la base del blockchain.
De ahí, el desarrollo de Usyncro. ¿Cuál ha sido su acogida?
Desde la comisión de tecnología de FETEIA-OLTRA desarrollamos, junto a Usyncro, un blockchain diseñado para la actividad de los transitarios, desde el conocimiento de su labor específica como impulsores y garantes de la cadena de suministro. También es cierto que, a pesar de la necesidad detectada en cuanto a su uso, el ritmo de implementación de esta herramienta está siendo más lento del que esperábamos y es por ello que, en el Congreso de Algeciras, seguiremos planteado su necesidad.
Con todo, ¿qué nota le pone al transitario en esta asignatura?
Un 3. La herramienta en sí es de 10, pero el uso que se está haciendo de ella apenas alcanza el 5%. No estamos sacando todo el partido que podríamos obtener de dicha herramienta y es una lástima.
“El transitario del futuro debe ser digital, transparente y global”
¿Es suficiente la oferta formativa existente en estos momentos entorno a la actividad del transitario?
Sí. En estos momentos, la formación disponible para los transitarios es la adecuada. De hecho, una de las características positivas de la crisis sanitaria ha sido el desarrollo de los cursos de formación online, que permiten el acceso a un mayor número de empresas pequeñas y medianas en todo tipo de entornos.
Por otra parte, cabe poner en valor toda la oferta de formación profesional existente, aunque seguimos cojeando en el aspecto de la formación dual. Quiero poner en valor la oferta que las distintas ATEIAs están realizando, hasta el punto que este año desde FETEIA hemos renunciado a las ayudas del Ministerio de Fomento. Hoy por hoy no nos hacen falta, especialmente por el exceso de burocracia que llevan emparejados.
¿Cómo debe ser el transitario del futuro?
En tres palabras: digital, transparente y global. El transitario del futuro deberá de ser digital, lo que le permitirá ser completamente transparente con el cliente. Creo que también ofrecerá cada vez más servicios de valor añadido pudiendo convertirse en una especie de consultor. De hecho, ciertos expertos consideran que será más protagonista en las planificaciones logísticas de los clientes o que gestionará datos sobre emisiones en las cadenas de transporte. Y, sin duda, con espíritu global, pues así lo exigirá el despacho centralizado europeo.