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Una desaladora en el desierto

El gusto de la especie humana por las obras faraónicas viene de antiguo, no en vano el nombre de faraónicas que reciben las construcciones grandiosas y fastuosas. Igual que el gusto por levantar asentamientos en lugares inhóspitos en los que la vida se desarrolla en condiciones duras y complicadas, extremas en muchos casos.

  • Última actualización
    28 septiembre 2018 16:36

Una buena muestra de ello es esta fotografía que corresponde a las obras de construcción de una gran desaladora en el desierto. Poco importan el desierto y el país. Lo que realmente deberíamos preguntarnos es si de verdad vale la pena derrochar tanto esfuerzo y dinero para vivir en lugares que no reúnen los requisitos para ello. Y no solo eso, también deberíamos pensar en los daños ambientales que ocasionamos exprimiendo los recursos naturales necesarios para la vida en sitios en los que éstos escasean. ¿Somos conscientes de la herencia que dejamos a generaciones futuras con estas acciones?