Los tráficos están creciendo este año en el Puerto de Tarragona por encima de las previsiones que se manejaban a principios del ejercicio, que situaban el incremento de las cargas alrededor del cuatro o del 5% para 2015. El tráfico con terceros países está siendo clave en este crecimiento, que responde en buena medida al positivo momento por el que pasan algunos de los tráficos estratégicos del enclave, como son los productos energéticos -gasóleo, petróleo o gasolina, entre otros- o los agroalimentarios, reforzando la posición de este puerto catalán como granero del sistema portuario español.La buena marcha del enclave responde al éxito que están teniendo algunas de las estrategias elaboradas por sus directivos, entre otras la apuesta por el clúster químico ChemMed, puesto en marcha en marzo de 2014 y que se está consolidando en este ejercicio. Hub químicoEl Puerto de Tarragona es, sin duda, el hub logístico para la industria petroquímica en el Mediterráneo y a través de ChemMed se ponen en valor las sinergias existentes entre el sector químico tarraconense, el puerto y los agentes territoriales, ofreciendo un entorno idóneo para poder acoger nuevas inversiones.De hecho, el principal objetivo de este clúster es consolidar el tejido de las infraestructuras, instalaciones productivas y portuarias, industrias auxiliares, centros de investigación y niveles de formación del sector químico del área de Tarragona, que concentra el 25% de la industria química española.Tarragona es el primer complejo químico de España y del arco del Mediterráneo y las empresas instaladas en la zona producen 20 millones de toneladas de productos diversos, esencialmente combustibles y materias plásticas, mercancías que se mueven en buena parte a través del puerto catalán.Las potencialidades que tiene esta industria para el enclave son tales que la infraestructura más importante desarrollada por el Puerto de Tarragona en los últimos años ha sido, precisamente, la ampliación del muelle de la Química, que contribuye a consolidarlo como hub euromediterráneo en productos químicos e hidrocarburos.Se trata de una infraestructura que cuenta con una superfície de 36 hectáreas, 1.243 metros de línea de atraque y un calado que oscila entre los 13,5 y los 16,5 metros, permitiendo acoger a los mayores buques quimiqueros que navegan por el Mediterráneo. Y son unas cuantas las empresas que se han interesado por este muelle. De hecho, la Autoridad Portuaria de Tarragona mantiene regularmente contactos con nuevas empresas interesadas en instalarse en él. Y en un futuro está prevista la construcción de un nuevo muelle para dar servicio a los productos petrolíferos, el denominado Moll dels Prats.El desarrollo de esta importante infraestructura se enmarca, como no podía ser de otra manera, en las líneas estratégicas de crecimiento del Puerto de Tarragona, basadas en dar un impulso a la proyección internacional del enclave, diversificar los tráficos, desarrollar infraestructuras estratégicas, fomentar la sostenibilidad y trabajar para convertir a Tarragona en puerto de destino de cruceros.Aunque el muelle de la Química no es el único objeto de deseo de inversores interesados en este puerto. De hecho, también los concesionarias del enclave, en un claro compromiso con la instalación portuaria, manejan interesantes proyectos de ampliación o mejora de sus instalaciones y servicios, con un compromiso de inversión que supera los 40 millones de euros actualmente.
Asia a la vistaDentro de sus líneas estratégicas, el Puerto de Tarragona está redoblando su apuesta por Asia. De hecho, uno de los proyectos claves en este año 2015 está siendo la exploración del mercado asiático. Para ello, la autoridad portuaria contrató a una consultora en Shanghai que representa al puerto en la zona para localizar a empresas potenciales clientes del enclave y tomar contacto con ellas con el fin de incrementar los intercambios comerciales.Y es que, desde el Puerto de Tarragona consideran que pueden ofrecer al continente asiático en general y a China en particular su ubicación geoestratégica privilegiada en el Mediterráneo para tráficos en los que el enclave se ha hecho fuerte con el paso de los años, como son las cargas de proyecto, donde cuenta con infraestructuras especializadas, o los propios productos petroquímicos.