Para lograr convertirse en el primer centro distribuidor del área euromediterránea, el Puerto de Barcelona debe mejorar la competitividad logística con una oferta de servicios integrados de calidad; seguir desarrollando el concepto de puerto en red y crear alianzas entre los agentes de la actividad portuaria para formar cadenas logísticas competitivas.De esta forma, el puerto no solo contribuirá a la competitividad de sus clientes gracias a la prestación de servicios eficientes, sino que reforzará su papel como motor generador de riqueza en su área de influencia, otra de las metas consideradas básicas por los dirigentes de la autoridad portuaria.Todos estos retos están recogidos en este III Plan Estratégico, que ha sido definido por el presidente Sixte Cambra como "un plan que no es del puerto, sino de la comunidad portuaria de Barcelona" y que, con horizonte en 2020, fija también algunos hitos concretos como alcanzar en ese año un tráfico total de 70 millones de toneladas y tres millones de TEUs.Respecto a los tres ejes estratégicos que se fijan en este nuevo plan, que sigue a los anteriores de 1998 y 2003, en lo relativo al crecimiento se deja claro que éste "no es una finalidad en sí misma, sino una fuente de creación de riqueza en el entorno" y se le relaciona con el segundo eje, la competitividad, en tanto que "para crecer hay que captar nuevos tráficos en áreas donde el puerto no es actualmente la primera opción y, por lo tanto, generar una oferta logística más eficiente, atractiva y competitiva que la existente y que la de los competidores".En cuanto a la sostenibilidad, el Puerto de Barcelona hace referencia tanto a la sostenibilidad económica como a la social y la medioambiental, para lo cual es imprescindible impulsar la intermodalidad.Los tres ejes estratégicos marcados llevan a fijar en el Plan un total de 13 objetivos, que se concretan en diversas metas específicas, como son: incrementar los tráficos estratégicos hasta los 1,2 millones de vehículos nuevos, 14 millones de toneladas de hidrocarburos y 3 millones de cruceristas; alcanzar un 55% de cuota de mercado en el noreste interior de la península, un 20% de Madrid y un 15% del sur de Francia; reducir un 25% los costes de manipulación asociados a los contenedores y los costes portuarios de empleo por metro cuadrado; disponer de los accesos viarios y ferroviarios y tener una terminal de ferroutage en el puerto o en un entorno cercano; disponer de los accesos viarios y ferroviarios al enclave en el año 2018; contar con la terminal E de cruceros en 2017; alcanzar el 90% de las inspecciones físicas de la Aduana en menos de 17 horas; tener 110 empresas adheridas a la Marca de Calidad; ahorrar 150 millones de euros anuales en externalidades ambientales y alcanzar los 20 millones de visitantes en el Port Vell.