Son, por tanto, 140 años de historia los que acumula esta empresa, de capital cien por cien nacional, que vio la luz en la pujante Barcelona de la época como agente de aduanas de la Compañía Trasatlántica Española. J. Gibert ha sido testimonio de todo tipo de expansiones y contracciones económicas o sociales, fruto de los avatares históricos, y en su particular singladura ha seguido avanzando y adaptándose a todos los cambios y exigencias del sector hasta llegar al moderno operador logístico que es hoy en día.Mucho ha llovido desde que, en el año 1910, Joaquín Gibert Codina sucediera al socio fundador de la sociedad, cambiando su denominación por "Joaquín Gibert S. en C". Tanto como que a día de hoy, es la cuarta generación familiar la que está al frente de la empresa, representada en la actualidad por su administradora única, Isabel Gibert.
Experiencia y calidad
La experiencia y la calidad contrastada de sus servicios son dos de los pilares sobre los que desarrolla su actividad la transitaria J. Gibert, a los que se debería añadir la seguridad, rapidez y puntualidad en el transporte. En un rápido recorrido por otros hitos de la empresa, sus directivos destacan el ingreso en FIATA, allá por el año 1960; la obtención del título IATA para carga aérea, en 1975; o la apuesta que la empresa realizó por la ZAL del Puerto de Barcelona, a donde se trasladó en 1995, "abandonando las históricas oficinas de Vía Layetana". La compañía cuenta con el certificado de Calidad ISO 9001 (año 2002), el de Operador Económico Autorizado (2009) e incluso atravesó por una etapa de internacionalización de su negocio con la apertura de una oficina propia en China (2005-09).
J. Gibert, hoyEn la actualidad, J. Gibert cuenta con un experimentado equipo e inmejorables infraestructuras que, junto a la integración de la más moderna tecnología, le permite cumplir con las demandas de sus clientes, siendo un aliado en la gestión de los flujos de mercancías e información.J. Gibert está ubicada en la ZAL Prat, donde dispone de una oficinas de 400 metros cuadrados y un almacén cubierto de 2.000 metros cuadrados donde colaboran diez personas. La empresa ofrece una completa gama de servicios orientados a la reducción de los costes logísticos, añadiendo valor real a la cadena de suministro. Gestión de transporte marítimo, que supone el 80% de su negocio, transporte aéreo, terrestre, agencia de aduanas, servicios puerta a puerta, almacenaje, distribución y asesoría en comercio exterior forman parte del catálogo de esta empresa. En este sentido, cabe destacar que el almacén aduanero cuenta con acreditaciones como Depósito ADT, Depósito Aduanero Tipo A, Depósito Distinto de Aduanero y Expedidor / Receptor de Tránsitos, pudiendo efectuar asimismo cambios de ubicación.
La compañía, que factura del orden de los seis millones de euros anuales, tiene previsto cerrar el presente año con un aumento de sus ventas cercano al 15%. Un buen indicador con la mirada puesta ya en el que sin duda será su próximo hito, cuando en 2025 la empresa celebre su 150 aniversario.