Por un lado, la experiencia acumulada en la organización de misiones nos ha permitido definir un modelo que combina el esfuerzo comercial y la labor institucional. Las 16 misiones comerciales que desde 1998 ha liderado el Port de Barcelona son la mejor prueba de ello. Además, Chile reúne unas condiciones inmejorables para acoger una acción de este tipo: se ha consolidado como la economía emergente más valorada de la región latinoamericana y una de las más reconocidas a nivel global para desarrollar inversiones. Es, pues, el momento propicio para establecer un punto de encuentro entre los empresarios chilenos y catalanes. Y en esta ocasión, además, compartimos agenda con otra misión empresarial del departamento de Empresa y Empleo de la Generalitat y ACCIÓ (la misión Cuatro Motores para Europa y Asociados), lo cual incrementa las posibilidades de encontrar ámbitos de negocio e interés común.En este escenario, el Port de Barcelona se postula como el mejor aliado de aquellas empresas chilenas interesadas en acceder de la manera más competitiva al mercado europeo. Nuestra misión es ayudar a las empresas en sus procesos de internacionalización e impulsar su penetración en nuevos mercados. Como elemento clave de la cadena logística, ejercemos esta función tanto para las compañías de nuestro entorno que quieren situar sus productos en países cada vez más lejanos, como para las economías del foreland (mercados alejados) interesadas en acceder al continente europeo y al emergente mercado del norte de África.Esta vez, nuestra misión desembarca en Santiago y Valparaíso: en ambas ciudades se celebrará una Jornada Empresarial con una representación institucional al más alto nivel y la presentación de los servicios del Port de Barcelona. Nuestra intención es dar a conocer al tejido empresarial chileno la oferta de servicios logísticos y la conectividad marítima y terrestre que lo sitúa como puerta sur de Europa y hub del Mediterráneo.Un país estable y una economía sólidaLas razones que nos han llevado a elegir Chile son múltiples: la fortaleza de los principales indicadores internacionales y nacionales (su PIB ha seguido creciendo de manera significativa durante los años de recesión), la estabilidad y solidez de su sistema financiero, el alto grado de apertura de su economía y la seguridad que ofrece a los inversores extranjeros. La evolución de Chile en los últimos años le ha permitido convertirse en el tercer país receptor de inversión extranjera en América Latina, después de Brasil y México. El grado de apertura y la vocación exportadora del país latinoamericano se pone de manifiesto en la red de Tratados de Libre Comercio que ha establecido con diferentes países. Chile suma ya 24 acuerdos comerciales con más de 60 estados (entre ellos, el reciente Acuerdo de Asociación Transpacífico), lo cual le da acceso a un mercado de más de 4.500 millones de consumidores.
La apuesta chilena por el desarrollo de los puertosLos puertos son un elemento prioritario del desarrollo del país: los 56 puertos chilenos gestionan el 95% de las exportaciones y el 60% de las importaciones del país. Además, Chile cuenta con un Plan Nacional de Desarrollo Portuario que contempla ambiciosos proyectos de mejora de las infraestructuras portuarias y su conectividad viaria y ferroviaria hasta el horizonte 2030. Este plan incluye el nuevo puerto de gran escala de la región de Valparaíso, previsto para 2020, y diferentes proyectos de puerto-ciudad. Precisamente en estos ámbitos (ampliación de instalaciones portuarias y desarrollo de puerto urbano), el Port de Barcelona acumula una amplia experiencia que, modestamente, pensamos que puede compartir con los enclaves chilenos. Hoy en día el Port de Barcelona está conectado con Chile a través de cuatro líneas regulares que aseguran una oferta competitiva para los clientes de ambos países. Catalunya representó, de promedio, el 26% de las exportaciones de España en Chile entre 2005 y 2013. En el año 2013 había cerca de 800 empresas catalanas exportando a Chile y actualmente diferentes compañías catalanas participan en 24 proyectos de inversión en el país sudamericano. Esta es una excelente base para la misión multisectorial que encabeza el Port de Barcelona. Nuestra experiencia indica que tras los viajes comerciales que llevamos a cabo, se produce un incremento en los volúmenes de carga entre el país visitado y la capital catalana, confirmando los efectos positivos de la acción comercial. Han sido representativos los crecimientos que se dieron tras las misiones de Turquía (+39%), India (+34%) o Brasil (+39%).Estamos convencidos que el puente bilateral que estableceremos ahora en Chile dará frutos igualmente positivos, tanto por el intenso programa institucional previsto como por los múltiples encuentros bilaterales que mantendrán los empresarios catalanes con sus homólogos chilenos.El Port de Barcelona se encuentra ahora en un momento decisivo: está más preparado que nunca tanto a nivel de infraestructuras, como en materia de productividad, eficiencia y calidad. La ampliación que hemos culminado nos ha permitido duplicar la superficie de nuestro enclave y elevar nuestra capacidad de carga hasta los 4 millones de TEUs. El Port de Barcelona y el conjunto de la Comunidad Portuaria nos enfrentamos ahora al reto del crecimiento: hemos asumido el compromiso de incrementar la actividad, atraer nuevos volúmenes de carga y reforzar nuestra posición en los mercados estratégicos del foreland. Chile es uno de ellos. Estoy convencido de que esta misión servirá para estrechar nuestros vínculos comerciales y abrir nuevas perspectivas de futuro.