Entre enero y marzo la economía española dio muestras de haber emprendido un sólido despegue con permanentes revisiones al alza de las previsiones de crecimiento para el conjunto del año, toda vez que en el primer trimestre del año el incremento del PIB superó el 2,6%.Este excelente resultado siguió respaldado por el comercio exterior, motor en los peores momentos de la crisis y pilar esencial a la hora de la recuperación. Basta señalar que, tras el salto cualitativo de los últimos años, las exportaciones siguieron creciendo entre enero y marzo a un ritmo del 4,4% en valor y del 3,7% en volumen.Además, como muestra de la revitalización del consumo interno, las importaciones crecieron un 2,5% en valor y un 3,9% en volumen, eso sí, ratios inferiores a los del segundo semestre de 2014.Esta buena marcha de la economía se tradujo en una mejora sustancial de los ingresos del sector logístico, sólido en su niveles por encima del 4%. En concreto, en el primer trimestre de 2015 el crecimiento fue del 4,4%.Ahora bien, las estadísticas de tráficos no dieron síntomas de mejoría tan rotundos, con aspectos preocupantes en distintas materias.El tráfico portuario creció apenas por encima del PIB, un 2,8% en concreto, lastrado por el tráfico de contenedores en general y por la mala evolución entre los meses de enero y marzo tanto de la import-export como del tránsito.La carretera siguió con su lenta recuperación y su crecimiento del 6,2% no puede ocultar el importante retroceso en el tráfico internacional.Por lo que respecta al ferrocarril, su crecimiento del 5,1% se debió a la buena evolución del vagón completo, pues el intermodal retrocedió de manera significativa.En la carga aérea, igualmente, el crecimiento del 1,9% de los kilos transportados por los aeropuertos españoles no puede ocultar el dubitativo arranque de año de Vitoria y Zaragoza, hasta ahora motores del sistema aeroportuario.La economía, por tanto, despega con contundencia pero aún hay numerosas sombras que impiden desatar la euforia.