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El SIL marca la senda de la recuperación

Descontado el efecto "luz al final del túnel", el Salón Internacional de la Logística de Barcelona (SIL) inauguró ayer su 17ª edición con el objetivo de constatar la recuperación de la economía y de que la logística sea a la vez motor y termómetro de los nuevos tiempos. Con un acto austero en las formas y parco en los simbolismos, arrancó una edición en la que visitantes y expositores han puesto las expectativas muy altas.

  • Última actualización
    28 septiembre 2018 18:32

Sin corte de cinta, sin entrega de premios y sin autoridades de relumbrón. Así arrancó ayer una nueva edición del SIL, con los pasillos esperanzadoramente llenos y la imposibilidad de abstraer el centro de la conversación de los nuevos tiempos políticos y, tal vez, logísticos.

El mejor ejemplo fue Xavier Trías, alcalde en funciones de Barcelona, cuya figura terminó por polarizar los discursos inaugurales. Tras los gestos de complicidad, comprensión y afecto que en diversos momentos del acto recibió por parte del secretario de Estado de Infraestructuras, Julio Gómez-Pomar, Trías asistió a la reivindicación de su labor por parte de Santi Vila, conseller de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat de Catalunya, quien "en estos tiempos en los que parece que el mensaje es que hay que defender a los más desfavorecidos" recordó que "no hay mejor defensa para ellos que generar riqueza y eso es lo que ha hecho el alcalde Trías y eso es lo que se está haciendo desde ámbitos como el Puerto de Barcelona o el Aeropuerto de Barcelona".

Trías, quien recordó que "en estos días cada vez que voy a un acto parece un funeral" y quiso dejar claro que "no estoy de funeral", sí advirtió de que en esta nueva etapa que se abre en Barcelona, pero también a nivel de todo el país, "la industria debe seguir siendo un pilar fundamental, igual que el comercio, igual que el turismo, igual que las nuevas tecnologías e igual que la logística", subrayando estos sectores como fundamentales para la economía y pilares del crecimiento por encima de los conceptos que quieran imponer los nuevos gestores.

Las palabras de Trías estuvieron precedidas por las de Julio Gómez-Pomar, secretario de Estado de Infraestructuras, quien huyó del tono de balance de la legislatura marcado desde principios de año por la ministra de Fomento, para, ante todo, valorar la coyuntura del sector logístico y poner en valor el sistema portuario y las políticas de accesibilidad ferroportuaria, resaltando la "próxima conclusión del reglamento del Fondo de Accesibilidad"; el papel del transporte por carretera, subrayando los planes para desviar camiones de las carreteras nacionales a las autopistas de peaje; y, excepcionalmente, el papel del transporte aéreo de mercancías, clave en la logística de alto valor.

Pomar encabezó con Trías un anodino recorrido por los pasillos del SIL donde abundó el "qué hay de lo mío señor secretario", con numerosas interpelaciones a Gómez-Pomar sobre diversos temas pendientes del ministerio, y apenas hubo lugar para los efectos de imagen y marketing, tal vez porque a los expositores no les inspiraban las autoridades de este año, tal vez porque han preferido invertir en esta ocasión en más espacio y no tanto en herramientas operativas y/o visuales.

El único expositor que se permitió hacer una demostración fue Correos con su Homepaq, activando uno de sus terminales para entregas y recogidas del que el responsable del operador postal extrajo varios pendrive con forma de buzón que repartió entre las autoridades, volcadas, ante la falta de otros efectos visuales, en buscar la foto moviendo brazos y dedos índices ante cualquier maqueta o mapa.

Tal vez lo más visual fue el recorrido por el espacio dedicado al Ejército de Tierra y a la Unidad Militar de Emergencias (UME), con diversos ejemplos de las intervenciones y equipamientos necesarios para estas actuaciones. Es curioso cómo la denostada presencia de los militares en otros eventos logísticos y en otras ferias nacionales se transformó ayer en uno de los aspectos de los que más orgullosos se encuentran los organizadores de esta edición del SIL, cuyo presidente, Enrique Lacalle subrayó el nacimiento de la logística en el seno del ejército y la trascendencia de que esta institución esté presente por primera vez en el Salón de la Logística.

Del apresurado y denso recorrido de las autoridades por la feria hay que destacar por último dos detalles: por un lado, el fugaz encuentro de Enrique Lacalle con Alain Bagnaud, director general de SITL Europe, con quien el SIL se disputa el ser considerada la segunda feria más importante de Europa. Brevedad y corrección en el intercambio de saludos entre ambos directivos, que en los últimos días han debatido públicamente sobre el verdadero carácter internacional de los certámenes logísticos.

Por otro lado, se puso de relieve el indudable atractivo que ha generado ante la opinión pública el tren Madrid-Yiwu, que conecta las mercancías entre España y China en 21 días y que fue objeto de conversación en el stand de Renfe. El secretario de Estado quiso poner de manifiesto la complejidad de este servicio comentando informalmente las palabras que intercambió con el maquinista durante la reciente partida del primer convoy Madrid. "¿Y ahora rumbo a China? -Sí, sí, pero yo me bajo en Burgos".