Así se puso ayer de manifiesto en Tarragona por parte de los ponentes de la jornada que, sobre el short sea shipping, organizó la Asociación Española de Promoción del Transporte Marítimo de Corta Distancia (Short Sea Promotion Centre-Spain).La intervención más crítica fue la de Francesc Sánchez, director general del Puerto de Tarragona, quien evitó caer en la autocomplacencia y criticó la existencia de "una monopolización de los servicios de transporte marítimo de corta distancia", al estar la mayor parte de ellos "en manos de un único gran grupo operador", algo que ha sido posible al ser éste "el principal receptor de los fondos de la Unión Europea" destinados a la promoción de este modo de transporte.Como ocurre en todos los sectores, "si no hay una oferta diversificada -con distintas navieras en juego-, el gap con la carretera se mantendrá", añadió Francesc Sánchez.El director general del Puerto de Tarragona también se mostró escéptico sobre el resultado que están teniendo las subvenciones que la UE destina al short sea shipping, aspecto en el que coincidió Carlos Arola, responsable de Arola Aduanas y Consignaciones, quien se mostró a favor de que las empresas que inician un servicio de transporte marítimo de corta distancia "no tengan derecho a una subvención antes de poner en marcha la línea, sino cuando se acredita que ésta funciona y que se están sacando camiones de la carretera", para evitar que se pongan en marcha servicios que desparecen en cuanto concluyen las subvenciones, como ya ha ocurrido. Para Carlos Arola, lanzar un servicio de short sea shipping "es una apuesta empresarial como otras" y el empresario tiene que asumir el riesgo que le toca.Francesc Sánchez también evidenció durante su intervención la excesiva burocracia que sufre todavía el transporte marítimo de corta distancia, lo que le resta agilidad y, por tanto, competitividad, y la escasa flexibilidad de la operativa portuaria, principalmente en lo que respecta a la estiba, lo que también penaliza y resta atractivo al short sea shipping.Más optimista se mostró Pilar Tejo, directora técnica del Short Sea Promotion Centre-Spain, quien optó por poner de relieve las mejoras que se han llevado a cabo en los puertos para minimizar las barreras citadas por Francesc Sánchez. Tejo insistió en que "la carretera y el marítimo son los dos únicos modos que están absorbiendo los grandes crecimientos del transporte de mercancías de la UE" y, en este escenario, subrayó que "el short sea shipping es complementario a la carretera, nunca un sustituto". La responsable del Short Sea Promotion Centre-Spain añadió que "el transportista tiene que ver al barco como una infraestructura más de transporte".Pero en el uso que el transporte por carretera hace del short sea es donde radica otra de las debilidades de este último. "En mi opinión, el transportar cabezas tractoras y conductores, salvo casos muy concretos, es una barbaridad porque estamos derrochando tiempo y dinero", puntualizó Francesc Sánchez. El director general del Puerto de Tarragona puso el acento en la necesidad de que funcione el transporte de los semirremolques en los buques sin conductor y sin cabeza tractora, aunque esto es difícil mientras se mantenga la actual estructura del sector de la carretera, caracterizado por una elevada atomización, con tan solo una media de entre dos y tres camiones por empresa.