El estudio presentado analiza las limitaciones de la línea Sagunto-Teruel-Zaragoza y pone el acento en el negativo impacto económico y medioambiental que supone la actual deficitaria infraestructura ferroviaria. Además de los presidentes de la CEV y CIERVAL estarán presentes representantes de las entidades y empresas colaboradoras en la realización del estudio (Autoridad Portuaria de Valencia, Ayuntamiento de Sagunto y las empresas Noatum y Logitren Ferroviaria, asociadas a la CEV).Según aseguró Navarro durante su intervención, "consideramos prioritaria la mejora de la actual conexión ferroviaria Sagunto-Zaragoza que en su actual estado, impide el flujo de tráfico ferroviario de mercancías entre los puertos de Valencia y Sagunto y la plataforma logística de Zaragoza. Una clara consecuencia de esta situación es la pérdida de competitividad de las empresas valencianas".Para el presidente de la CEV, "ahora que los indicadores económicos apuntan una inflexión en la evolución de nuestra economía es momento de trabajar para consolidar nuestro crecimiento y con él el empleo. Y no cabe duda de que las infraestructuras constituyen un elemento clave de competitividad. Sobre todo cuando otros territorios apuestan fuerte en este ámbito. Si no reaccionamos perderemos posicionamiento, llegaremos tarde y lo lamentaremos. Y ya tenemos muchas cosas que lamentar".En relación al estudio, Salvador Navarro aseguró que se pretende "que pueda ser incorporado a los trabajos que se están llevando a cabo entre las organizaciones empresariales y cámaras de comercio de Aragón y la Comunitat Valenciana y que tendrán un hito el próximo día uno de abril con el encuentro previsto en Teruel"."Sin embargo -continuó Navarro- la intención de la CEV al promover este trabajo es tener una hoja de ruta que nos permita una visión por fases y a lago plazo de lo que se debe hacer en los próximos años hasta que la conexión entre el Cantábrico y el Mediterráneo tenga los estándares adecuados a la capacidad de generación de riqueza del eje y deje de lastrar la competitividad de nuestras empresas".ConsecuenciasDentro de las consecuencias económicas del estado actual del Corredor, el estudio asegura que algunas de ellas son cuantificables y otras no ya que hacen referencia a "lo que no ocurre" por el estado de la línea. Entre las no cuantificables destaca "el desvío de tráficos desde el puerto de Valencia al puerto de Barcelona, lo que implica una pérdida de ingresos para la Autoridad Portuaria de Valencia; una pérdida de actividad para la Comunidad Portuaria de Valencia y la pérdida de masa para consolidar tráficos ferroviarios entre Valencia, Zaragoza y el País Vasco".Según figura en el estudio, "aunque el impacto económico no es cuantificable sí hay un dato que permite dar una idea de magnitud: el puerto de Barcelona tiene 21 servicios a la semana con Zaragoza frente a ninguno entre el puerto de Valencia y Zaragoza (vía Teruel)".El documento recoge que "los cargadores tienen como alternativas válidas, en términos de servicio y coste, la utilización de la carretera o la conexión de Zaragoza con el puerto de Barcelona. Estas alternativas tienen un efecto sobre los precios de transporte por lo que las empresas ferroviarias que quieren competir con la explotación del servicio entre Valencia y Zaragoza, bien sea por Teruel o por Tarragona, se encuentran atrapadas entre el precio de la carretera y el precio de la alternativa por Barcelona"."Es evidente -asegura el estudio- que utilizar vías alternativas al Corredor Cántabro-Mediterráneo para los tráficos actuales, tiene un impacto significativo tanto económico como medioambiental, ya que transportando el mismo número de toneladas se realizan anualmente 364.485 kilómetros más lo que implica un 87,5 % más de emisiones de CO2 y un gasto adicional de 1.658.407 euros anuales en combustible".