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Sin margen para la autocomplacencia

Sí, 2014 fue un año récord para la carga aérea en España. Sí, se logró un máximo histórico que consolida al sector y lo catapulta hacia nuevos objetivos. Sí, Madrid-Barajas recuperó la senda del crecimiento y Zaragoza se mantuvo intratable. Y sí, de nuevo la carga nacional se situó en ratios positivos. Ahora bien, no hay margen para la autocomplacencia. La ralentización sufrida en el cuarto trimestre demuestra que es necesario perseverar para mantener e incluso incrementar las cotas alcanzadas.

  • Última actualización
    28 septiembre 2018 19:16

Sí, 2014 fue un año récord para la carga aérea en España. Sí, se logró un máximo histórico que consolida al sector y lo catapulta hacia nuevos objetivos. Sí, Madrid-Barajas recuperó la senda del crecimiento y Zaragoza se mantuvo intratable. Y sí, de nuevo la carga nacional se situó en ratios positivos. Ahora bien, no hay margen para la autocomplacencia. La ralentización sufrida en el cuarto trimestre demuestra que es necesario perseverar para mantener e incluso incrementar las cotas alcanzadas.En 2014, los aeropuertos españoles movieron un total de 685,2 millones de kilos, lo que representa un 7,3% más que en 2013 y 11 millones de kilos más que en 2011, año del anterior récord.La clave esencial de este logro fueron los aeropuertos de Zaragoza y Vitoria. El primero sigue imparable y cerró 2014 con 86,3 millones de kilos y de nuevo con un crecimiento por encima del 20%. Por su parte, Vitoria vive un nuevo renacer y logró 44,6 millones de kilos y un crecimiento del 19%.Si no fuera por ambos, 2014 hubiera sido un año positivo para la carga en España pero poco más. Y es que Madrid-Barajas, otrora motor indiscutible de las mercancías en la Península y que todavía aglutina más del 50% del total de la carga manejada, bastante tuvo en 2014 con regresar a la senda del crecimiento y cerrar con 366,6 millones de kilos (+5,8%). Ante todo porque esta cifra se sitúa 28 millones de kilos por debajo de su récord particular de 2011, lo que da una idea de lo que tuvieron que acelerar el año pasado Zaragoza y Vitoria.Barcelona, por su parte, que aún aguanta como segundo aeropuerto carguero de España, logró vencer su irregular evolución a lo largo del ejercicio y cerrar 2014 con un crecimiento del 2,4% y 102,6 millones de toneladas, lo que también es récord histórico particular.Dicho todo esto, si nos atenemos al tráfico del último trimestre de 2014, no se puede bajar la guardia.Tras haber llegado a crecer por encima del 10% en algunos meses del ejercicio, la tasa mensual fue retrocediendo de forma constante desde octubre hasta el +3% de diciembre, con Vitoria y Zaragoza impertérritos en sus grandes ratios, pero con Madrid y Barcelona mostrando algunos signos de debilidad. En diciembre, por ejemplo, el Aeropuerto de Barcelona retrocedió un 2,1% y Madrid-Barajas un 0,2%.Esta inestabilidad en los dos mayores aeropuertos y la gran dificultad de mantener crecimientos un año más en torno al 20% para Vitoria y Zaragoza invitan a pensar en un 2015 para la carga aérea que requerirá gran esfuerzo. En el cuarto trimestre se creció un 4,32%, frente a por ejemplo el 9,81% del tercero.Por lo que respecta al origen de la mercancía, la carga internacional asumió en 2014 el mayor peso en la consecución del récord histórico. En el conjunto del ejercicio, la red AENA alcanzó un tráfico internacional de 564,08 millones de kilos, lo que representa un 8,1% más que en 2013, cuando la carga internacional alcanzó los 521,3 millones de kilos. Llegó a crecer por encima del 11% en el primer y en el tercer trimestre, si bien en el cuarto el ratio quedó en el +5,2%.Por lo que respecta a la carga nacional, fue muy importante su comportamiento pese a su menor contribución al total. En 2014, la mercancía nacional por fin creció de forma sostenida y sólida a lo largo del ejercicio después de muchos años de retroceso, con un incremento del 4% hasta los 121,4 millones de kilos y frente a los 116,7 millones del año 2013, según las estadísticas de AENA. Eso sí, en el cuarto trimestre no creció (+0,08%), siendo uno de los principales motivos de la ralentización de finales del ejercicio.