Si se alcanza esa cifra de 60 millones de toneladas, supondrá que desde ahora y hasta el año 2024 el tráfico de mercancías por ferrocarril experimentará en el país un crecimiento anual del 10%, indicó el presidente de Puertos del Estado. Para que esto sea una realidad, las conexiones ferroviarias con los puertos son vitales porque en estos momentos los puertos españoles son los grandes alimentadores de la red ferroviaria ya que, según José Llorca, el 60% de los tráficos ferroviarios actuales tienen como origen o destino un puerto. El año pasado, los puertos generaron 13,5 millones de toneladas de tráfico ferroviario, una cifra que supone un incremento del 9% con respecto a 2013.Estos son algunos de los datos que se pudieron oír ayer en torno al ferrocarril durante el foro del proyecto Clyma, que analiza la sección Lyon-Madrid del Corredor Mediterráneo para definir las necesidades operativas y de servicio de este tramo, de forma que las conclusiones sean extrapolables al resto de tramos de la infraestructura.
Posición común con Europa
José Llorca aseguró durante su intervención que el Gobierno español "coincide plenamente" con la posición del coordinador europeo del Corredor Mediterráneo, Laurens Jan Brinkhorst, respecto a las potencialidades de esta infraestructura, que podría captar hasta el año 2030 un volumen de carga de 40 millones de toneladas.Brinkhorst, quien también participó ayer en la reunión de Barcelona, se mostró convencido de que "ahora sí que estamos haciendo una auténtica política europea de infraestructuras", tras crearse grupos de trabajo específicos para cada uno de los corredores de transporte prioritarios para la Unión Europea (UE) y haber empezado a trabajar en las necesidades reales de cada uno de ellos y en las soluciones que es necesario aplicar.
Más colaboraciónSobre el Corredor Mediterráneo, Brinkhorst subrayó que las dos medidas más urgentes y necesarias en estos momentos son hallar un mecanismo de cooperación conjunta entre España y Francia y poner en marcha un órgano en el que se integren el sector empresarial y las administraciones locales y regionales francesas y españolas para presionar a los Gobiernos de ambos lados y agilizar, de esta forma, la eliminación de problemas en las secciones transfronterizas del Corredor, que son los tramos que presentan una mayor complejidad.Brinkhorst no desaprovechó la ocasión para aconsejar a España que no se olvide de mirar hacia el este del continente porque, aunque parezca un lugar lejano, en unos diez o 15 años estarán conectados ambos extremos y abogó también porque en el sur del continente los puertos empiecen a cooperar como ya se está haciendo en el norte porque es la única forma "de vencer a la fuerte competencia que nos viene del exterior", principalmente de Asia, explicó. "En Europa a todos nos gusta ir a nuestro aire, incluso a España, pero tenemos que tener un objetivo común y colaborar para lograr su consecución", concluyó el coordinador europeo del Corredor Mediterráneo.De colaboración y alineación de las administraciones también habló el conseller de Territorio y Sostenibilidad, Santi Vila, quien felicitó "el compromiso de las autoridades del Estado español" para invertir en los accesos a los puertos, como es el caso del de Barcelona.El conseller destacó la necesidad de "profundizar en la mejora del uso del ferrocarril" y recordó que "es muy importante la iniciativa privada" porque al final son las empresas quienes deciden cómo y por dónde mueven sus mercancías.
Desafíos del sistemaSanti Vila destacó que hoy en día el "gran desafío" en el sistema de transportes es "la conectividad de los puertos y el ferrocarril", aspecto en el que coincidió con Sixte Cambra, presidente del Puerto de Barcelona, quien añadió a estas necesarias infraestructuras de conexión la "colaboración entre los agentes logísticos para lograr unas cadenas de suministro competitivas" y "un marco legal que facilite la competitividad del sector logístico español".Sixte Cambra recordó que con una apuesta convencida por la intermodalidad ésta da sus frutos y puso como ejemplo el Puerto de Barcelona, que ha registrado en los últimos años un crecimiento exponencial de las cargas que se mueven en ferrocarril, llegando en la actualidad a mover entre 105 y 110 trenes semanales.También el presidente del Puerto de Tarragona, Josep Andreu, hizo referencia a la necesidad de que exista un "compromiso real" con esta intermodalidad y con el ferrocarril para lograr que el Corredor Mediterráneo sea una realidad.Andreu destacó la importancia que tiene llevar a cabo proyectos como Clyma, que busca adecuar los servicios que se ofrecerán en torno a la infraestructura en función de la demanda potencial que ésta tenga, y reclamó el espacio que le corresponde al Puerto de Tarragona en el Corredor. "El Puerto de Tarragona es perfectamente complementario al de Barcelona y a medio y largo plazo hay espacio para los dos", aseguró Josep Andreu, quien reclamó también "una gestión transparente para que podamos desarrollarnos ambos".Durante la jornada, se sucedieron las presentaciones de los diferentes trabajos que se realizan dentro del proyecto Clyma y que parten siempre de unas premisas claras, como son la sostenibilidad ambiental, la gestión eficiente de los recursos y el transporte bajo de emisiones en un marco intermodal integrado.