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LOGÍSTICA · El Pacto Verde Europeo tiene como objetivo último alcanzar la neutralidad climática en el año 2050

Europa apuesta al 55 la reducción de sus emisiones netas en el horizonte 2030

La Unión Europea se mantiene firme en su decisión de liderar la reducción de emisiones y la transición ecológica con el objetivo de alcanzar la neutralidad climática en 2050.

valencia. Para ello se puso en marcha el Pacto Verde Europeo en el año 2019, con iniciativas que abarcan el clima, el medio ambiente, la energía, el transporte, la industria o la agricultura.

El hito intermedio es el año 2030 y la ambición de reducir al menos el 55% las emisiones netas con respecto a los valores de 2030, el popularmente conocido como paquete “Fit for 55”.

El objetivo de este paquete de propuestas se resume en garantizar una transición equitativa y socialmente justa; mantener y reforzar la innovación y la competitividad de la industria de la Unión Europea, a la vez que se garantizan unas condiciones de competencia equitativas con respecto a los operadores económicos de terceros países y, finalmente, sustentar la posición de liderazgo de la Unión Europea en la lucha mundial contra el cambio climático.

Iniciativas

¿Qué incluye el paquete Fit for 55? Las medidas que abarca esta iniciativa incluyen el régimen de comercio de derechos de emisión de la Unión Europea, el Fondo Social para el Clima, el Mecanismo de ajuste en frontera por carbono, los objetivos de reducción de emisiones de los Estados miembros, normas en materia de emisiones de CO2 de turismos y furgonetas, los combustibles de aviación sostenibles y los combustibles descarbonizados en el transporte marítimo y la infraestructura para los combustibles alternativos, entre otros.

Con respecto al Reglamento sobre la infraestructura para los Combustibles Alternativos establece que, para finales del año 2030, existirá una red de recarga al menos cada 60 kilometros en las carreteras principales, las incluidas en la red básica de las redes transeuropeas de transporte.

Asimismo, en el caso de los vehículos pesados, recoge que habrá “al menos dos estaciones de recarga en cada zona de estacionamiento segura y protegida para finales de 2027 y cuatro para finales de 2030”, según la propia Unión Europea.

En cuanto al transporte marítimo, en los puertos más concurridos, el Reglamento establece que al menos “el 90% de los buques portacontenedores y de los buques de pasaje tendrán acceso al suministro de electricidad en el puerto”, que también deberá estar presente en los fluviales.

Para los aeropuertos, la norma señala que todos los puestos de aeronaves sitiuados al lado de la terminal deberán tener suministro de electricidad en 2025, y todos los de estacionamiento de aviones deberán contar con este suministro en 2030. Podrán quedar exentos aeropuertos con menos de 10.000 vuelos anuales.

EL ETS DE LA CARRETERA

El Fondo Social para el Clima, establecido temporalmente entre 2026 y 2032, asignará un precio del carbono para los combustibles fósiles del transporte por carretera. Las empresas que venden combustible deberán comprar derechos de emisión, cuyos ingresos podrán usar los Estados miembro. Se prevé un presupuesto de hasta 65.000 millones de euros de financiación a los Estados.

Mecanismo de ajuste en frontera por carbono: que el esfuerzo no sea en balde

Europa quiere asegurarse que sus esfuerzos por descarbonizarse no sean en balde. Para ello, una de las iniciativas incluidas en el Fit for 55 es el Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono (MAFC), cuyo objeto es garantizar, en plena conformidad con las normas del comercio internacional, que los esfuerzos de reducción de emisiones de la Unión Europea no se vean contrarrestados por un aumento de las emisiones fuera de sus fronteras debido bien a la deslocalización de la producción a países que no sean miembros, donde las políticas que se aplican a la lucha contra el cambio climático son menos ambiciosas que las de Europa, bien debido al aumento de las importaciones de productos intensivos en carbono.

Es en estos productos en los que se centra el MAFC, concebido para aplicarse en paralelo al régimen de derechos de emisión de la Unión Europea (ETS UE), así como para imitar y complementar su funcionamiento en lo que se refiere a las mercancías importadas. Europa prevé que irá gradualmente sustituyendo a los mecanismos de los que se ha dotado la Unión Europea para atajar el riesgo de fuga de carbono, en concreto, la asignación gratuita de derechos del ETS EU.

¿Cómo funciona? Mientras que en el caso de la producción en la Unión Europea, los productores tienen que cubrir las emisiones de CO2 con derechos de emisión del ETS EU, en lo referente a la producción fuera de las fronteras de la Unión Europea, los importadores europeos deben comprar certificados MAFC para compensar la diferencia de precios.

En cuanto a los productos que abarcará, en su 1ª fase comprenderá sectores con altas emisiones de carbono y alto riesgo de fuga de carbono: hierro y acero, cemento, abonos, aluminio, la producción de hidrógeno y la electricidad.

Este reglamento también abarcará determinados precursores y productos transformados. Las emisiones indirectas también estarán incluidas en el Reglamento de forma bien definida, según afirma la Unión Europea.

En cuanto a sus plazos de implementación, la primera fase comenzó el 1 de octubre de 2023 y finalizará el 31 de diciembre del presente año. Las obligaciones se limitan a la presentación de un informe por parte del importador, en el que se señalará la cantidad de cada tipo de mercancías, el total de emisiones implícitas reales, de emisiones indirectas y el precio del carbono en el país de origen.

El periodo transitorio continuará en la segunda fase de implantación, definida entre el 1 de enero y el 31 de enero de 2025. En la misma, los que deseen ser declarantes autorizados deberán solicitar la autorización lo que permitirá conocer los datos sobre la actividad y los productos afectados

La fase definitiva se iniciará el 1 de enero de 2026, en la que los importadores tendrán que llevar la contabilidad relativa a los productos importados, calcular sus emisiones implícitas, seguir el proceso de verificación y comprar y entregar los derechos de emisión.

Normas más duras para furgonetas y camiones

Las reducciones previstas de las emisiones de CO2 para las furgonetas, entre 2021 y 2024, establecen un límite de 147 gramos por kilómetro. La reducción prevista entre 2025 y 2029 es del 15%, que sube hasta el 50% en el periodo entre 2030 y 2034 y que será del 100% a partir de 2035, siempre en comparación con los objetivos de 2021. La Unión Europea incluye una cláusula de revisión que prevé que en 2026 la Comisión evalúe de manera exhaustiva los progresos realizados con respecto a la consecución del objetivo de reducción del 100 % de las emisiones para 2035 y la necesidad de revisarlo.

Esta revisión tendrá en cuenta los avances tecnológicos, en particular por lo que respecta a la tecnología de los vehículos híbridos enchufables y a la importancia de una transición viable y socialmente equitativa hacia el objetivo de cero emisiones.

En el caso de los vehículos pesados, el acuerdo del Parlamento y el Consejo de Europa sobre el Reglamento Euro 7 estableció normas más “adecuadas” para las emisiones de los vehículos con la pretensión de reducir aún más las emisiones contaminantes del aire procedentes del transporte por carretera y, por primera vez, abarca los turismos, las furgonetas y los vehículos pesados en un único acto jurídico. Asimismo, el acuerdo entre Consejo y Parlamento Europeo redujo los límites de emisiones del Euro 6 para camiones y estableció límites más estrictos para varios contaminantes, incluidos algunos que no estaban regulados en el Euro 6, como el óxido nitroso.

El acuerdo prevé distintas fechas de aplicación tras la entrada en vigor del Euro 7 y la Comisión Europea destacó que para 2035, la normativa “habrá reducido las emisiones totales de NOx de los turismos y las furgonetas en un 35% en comparación con Euro 6, y en un 56% en el caso de los autobuses y los camiones. Al mismo tiempo, las partículas procedentes del tubo de escape se reducirán un 13% en los turismos y las furgonetas y un 39% en los autobuses y los camiones, mientras que las partículas procedentes de los frenos de un turismo se reducirán un 27%”.