La amenaza de la sostenibilidad ha llevado a todas las industrias globales a encontrar soluciones económicas y viables para la reducción de gases contaminantes en sus operativas. Dentro del maremágnum de energías alternativas que el mercado empieza a ofertar, una de ellas está cobrando protagonismo sobre las otras: el hidrógeno.
La amenaza de la sostenibilidad ha llevado a todas las industrias globales a encontrar soluciones económicas y viables para la reducción de gases contaminantes en sus operativas. Dentro del maremágnum de energías alternativas que el mercado empieza a ofertar, una de ellas está cobrando protagonismo sobre las otras: el hidrógeno.
Pese al empuje de la electricidad y la progresiva implantación del gas natural, el hidrógeno aparece como fuente de energía y una alternativa viable.
En Europa, el transporte contribuye aproximadamente a la cuarta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero, siendo el transporte por carretera la mayor fuente de emisiones (93%) del total de las emisiones del transporte.
Por ello, para el sector del transporte y la logística, como una de las industrias más contaminantes, el hidrógeno supone una gran alternativa para reducir las emisiones, debido a que es una de las energías que más potencia ofrece y que menos contamina.
El hidrógeno como combustible tiene altas prestaciones en todos los modos de transporte, aseguran los expertos. Y, aunque según un estudio de la Comisión Europea, en 2030 tan solo el 1% del parque móvil de camiones de la Unión Europea se moverá a través de hidrógeno, el porcentaje podría crecer hasta llegar el 35% en 2050.
Según los expertos, el hidrógeno podrá cubrir el 25% del total de la energía mundial para mediados de siglo.
“Ya sabemos que el hidrógeno es ahora mismo el futuro”, señala Fernando Palacín, director de la Fundación para el Desarrollo de las Nuevas Tecnologías del Hidrógeno en Aragón, “pero para los fabricantes, el futuro del hidrógeno es ahora”, añade Palacín en referencia a las inversiones que las industrias deben realizar ya para adaptarse a las normativas de descarbonización y sostenibilidad, incluida la industria del transporte. Actualmente, el hidrógeno se puede obtener a través de dos procesos.
El primero, a través de la conversión del gas natural; un método no efectivo puesto que, aunque es más económico, multiplica las emisiones de dióxido de carbono.
El segundo proceso hace referencia a la electrolisis. Este método permite obtener hidrógeno a través de la separación de los componentes del agua almacenándolo en pilas de combustible, manteniendo así un proceso de extracción totalmente eficiente y sostenible.
El hidrógeno como combustible tiene altas prestaciones en todos los modos de transporte.
Industria logística
El hidrógeno cuenta con multitud de aplicaciones dentro de la industria. El ámbito logístico es quizás donde mayores aplicaciones puede tener este tipo de tecnología, puesto que permite mayor productividad y eficiencia, con suficiente autonomía para las operativas.
Su principal aplicación se da en el uso de carretillas impulsadas por pilas de combustible de hidrógeno en los almacenes logísticos.
Ejemplo de ello es el caso de FM Logistic, que incorporó en 2014 una treintena de carretillas propulsadas por pilas de hidrógeno en Francia. “Además del beneficio sostenible que nos ofrece, el uso de estas carretillas en nuestro almacén nos permite obtener mayor potencia en menor peso”, asegura Pablo Gómez, director de FM Logistic en Iberia.
“España cuenta, además, con una gran ventaja para la obtención del hidrógeno. Su situación geográfica y su clima, mayormente soleado, le permite aprovechar la energía solar para la generación de hidrógeno”, señala Gómez.
FM Logistic tiene previsto en 2020 transformar su centro logístico de Illescas en un almacén sostenible con la instalación de paneles fotovoltaicos que generen la energía necesaria para el funcionamiento del almacén. Esta nave contará además con una hidrogenera para el suministro de sus carretillas de hidrógeno.
Actualmente, explican desde la Fundación para el desarrollo del Hidrógeno de Aragón, los principales problemas que presentan las carretillas de baterías electroquímicas son los largos tiempos de recarga y la escasa autonomía de las mismas.
En un mismo turno de trabajo de ocho horas, un operario debe reemplazar al menos una vez las baterías de la carretilla por unas cargadas, perdiendo entre 15 y 30 minutos.
Con una carretilla de hidrógeno, la recarga se realiza de modo inmediato, entre dos y tres minutos, y una única carga permite operar durante todo el turno de trabajo.
Dentro del proyecto Life+ Zero-Hytechpark, la Fundación para el Hidrógeno ha realizado la transformación de una carretilla elevadora eléctrica de baterías en una carretilla eléctrica con pila de combustible.
La recarga de una carretilla de hidrógeno se realiza en tres minutos proporcionando una autonomía de ocho horas.
Esta carretilla obtiene hasta 18 kW de potencia, dispone de una integración completa con almacenamiento de hidrógeno incluido y permite un tiempo de recarga de entre dos y tres minutos, con gran autonomía.
El proyecto Life+Zero-Hytechpark, coordinado por la Fundación Hidrógeno Aragón y en el que participan como socios el Parque Tecnológico Walqa, el Parque Tecnológico de Andalucía y el Parque Científico y Tecnológico de Bizkaia, tiene como objetivo, entre otros, desarrollar elementos de movilidad eléctrica integral para aplicaciones logísticas y de entornos urbanos como hidrolimpiadora portátil y carretilla elevadora, ambas con pila de combustible.
Ámbitos
Al ámbito de la manipulación ya sea en almacenes o en terminales (ferroviarias, marítimas) hay que unir necesariamente entre los mayores potenciales del hidrógeno el ámbito de la automoción, con importantes proyecciones ante los permanentes retos medioambientales que plantean las nuevas energías alternativas en desarrollo.