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El “Informe de riesgos de la cadena de suministro de alimentos, bebidas y agricultura de 2023” elaborado por WTW pone de manifiesto un incremento de los gastos derivados de los riesgos a los que se enfrenta la cadena de suministro.
MADRID. Las cadenas de suministro de alimentos, bebidas y agricultura están siendo sometidas a una fuerte presión por el conflicto ucraniano, que ha alterado las principales fuentes de trigo, fertilizantes y aceites vegetales, provocando una elevada inflación de los precios. “Aunque la industria ha aguantado bien hasta ahora, podríamos ver otra crisis alimentaria si el conflicto afecta a las cosechas futuras”, se recalca en el estudio.
Ninguna otra cadena de suministro es tan esencial para la vida como los alimentos, las bebidas y la agricultura, ni tan vulnerable a toda una serie de riesgos, desde las malas cosechas y enfermedades de los cultivos hasta la escasez de materias primas. Cuando las cadenas de suministro no funcionan correctamente, como ocurrió durante la crisis alimentaria de 2010-2011, pueden surgir problemas sociales importantes.
Las lecciones aprendidas salvaron en gran medida al mundo de una crisis similar durante la pandemia, ya que se almacenaron mayores volúmenes de alimentos esenciales en todo el mundo.
Sin embargo, las cadenas de suministro globales están siendo sometidas de nuevo a la presión del conflicto ucraniano, que ha alterado las principales fuentes de trigo, fertilizantes y aceites vegetales y ha provocado una elevada inflación de los precios. Aunque la industria ha aguantado bien hasta ahora, podríamos ver otra crisis alimentaria si el conflicto afecta a las cosechas futuras.
La encuesta de WTW a 100 directores de riesgo y cadena de suministro de una gran variedad de compañías de esta industria refleja esta sensación de volatilidad y de que las cadenas de suministro están siendo llevadas al límite.
Casi tres cuartas partes (el 73 %) de los encuestados en el ámbito de la alimentación, las bebidas y la agricultura afirmaron que sus pérdidas relacionadas específicamente con el riesgo de la cadena de suministro fueron mayores o mucho mayores de lo esperado en los últimos dos años, en comparación con el 65 % de todos los sectores.
Las experiencias y lecciones de este periodo han motivado a las empresas a aumentar su resiliencia frente a futuras perturbaciones. Una gran mayoría de los encuestados (un 68 %) afirmaron haber realizado algunas mejoras en su enfoque de la gestión de la cadena de suministro en respuesta a la pandemia. Otro 20 % dijo que había cambiado completamente su enfoque.
Trabajo conjunto
Cuando se les preguntó por las principales oportunidades para mejorar la gestión de la cadena de suministro, la primera prioridad fue la optimización de la planificación estratégica dentro de su organización (un 57 %), seguida de una mayor colaboración con los proveedores (un 54 %) y los clientes (el 54 %).
Estos resultados revelan el deseo de replantearse la forma de ver las cadenas de suministro de alimentos y bebidas, y trabajar más estrechamente con los socios para ajustar las estrategias de abastecimiento y aumentar así la capacidad de adaptación.
Otros resultados destacados fueron el lograr modelos más sofisticados (el 38 %), y avanzar en la transformación digital (el 33 %).
Por otro lado, el 79% cita la falta de soluciones aseguradoras como uno de los principales retos para hacer frente a los riesgos de su cadena de suministro durante el periodo que va de los tres a los cinco años.
Por otro lado, el 70% menciona los recursos naturales como el factor medioambiental que representa el mayor riesgo para la cadena de suministro de su negocio.
Finalmente, el 88% expresa que el riesgo reputacional tiene un impacto alto o medio en su cadena de suministro.
Seis pasos para aumentar la resiliencia de la cadena de suministro
El análisis de WTW comparte seis pasos para lograr aumentar la capacidad de adaptación a los cambios de una cadena de suministro:
• Desarrollar planes de continuidad para lidiar con disrupciones inesperadas.
• Diversificar la base de suministro, localizando proveedores alternativos que puedan intervenir rápidamente si un proveedor deja de operar o sufre un cierre repentino.
• Estudiar la posibilidad de operaciones de relocalización o de deslocalización a países cercanos.
• Implementar modelos tecnológicos que permitan el seguimiento y la visibilidad en tiempo real de toda la cadena de suministro.
• Fomentar relaciones sólidas y fluidas con los proveedores de logística. La disrupción se puede gestionar mejor cuando estas se dan.
• Utilizar datos y análisis de disrupciones pasadas para identificar patrones y desarrollar estrategias con el fin de evitar disrupciones futuras.
“Trabajar más estrechamente con los proveedores, como socios, puede ayudar mucho a las empresas a comprender mejor sus cadenas de suministro y abordar estos riesgos. Las herramientas y análisis de diagnóstico y monitorización de que disponen pueden ayudar a visualizar, cuantificar y evaluar los riesgos en toda la cadena y en ubicaciones específicas”, se señala en el estudio.