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La voz de alarma más obvia de la coyuntura exacta del comercio exterior español la encontramos en el tráfico portuario, cuyos datos hasta el mes de agosto arrojan cifras más que preocupantes en lo que respecta a la import-export.
En concreto, en términos totales, entre enero y agosto la importación a través de los puertos españoles descendió un 4,8% hasta los 130,16 millones de toneladas, mientras que la exportación sufrió un retroceso del 5,9% hasta los 57,69 millones de toneladas.
Con respecto a la importación, la caída viene motivada principalmente por el tráfico de graneles. Así, los graneles líquidos retrocedieron hasta agosto un 4,3%, mientras que en el caso de los graneles sólidos la caída fue del 9,2% hasta los 34,86 millones de toneladas.
La importación de mercancía general cerró este periodo de ocho meses con un crecimiento del 0,6%, si bien por ejemplo en el mes de agosto se produjo un descenso del 2,8%.
Por lo que respecta a la exportación, hay una clara responsable del descenso registrado y esa es la mercancía general.
En concreto, entre enero y agosto el total de mercancía general de exportación movida por los puertos españoles alcanzó los 27,67 millones de toneladas, lo que supone un descenso del 12,7% con respecto a igual periodo de 2022.
Sólo en el mes de agosto el descenso de la exportación de mercancía general superó el 17%.
Destaca el descenso acumulado en la exportación de mercancía general hasta agosto de autoridades portuarias como Valencia (-18,4%), Barcelona (-14%), Bahía de Algeciras (-9,7%) o Bilbao (-5,1%).
La exportación de graneles sólidos descendió un 2,3% y la exportación de graneles líquidos creció un 5,2%.
El tráfico import-export de contenedores descendió entre los meses de enero y agosto un 7,9% al situarse en los 3,95 millones de TEUs.