El sector de la construcción ha apreciado este año un mayor impulso en el segmento de la rehabilitación y en el de viviendas de obra nueva. Por su parte, la edificación no residencial y la ingeniería civil han avanzado, pero lo han hecho a un ritmo algo más lento que las otras dos grandes áreas, detalla Pedro Fernández, presidente de la Confederación Nacional de la Construcción (CNC).
¿Cuáles son las previsiones de cierre?
La mejor muestra de cómo se ha comportado el sector es que el empleo en la construcción está creciendo más del doble que la media en España. Las previsiones son positivas, aunque podían ser mejores si las licitaciones ligadas a los fondos europeos no hubieran sufrido retrasos. Creemos que el sector crecerá un 7% durante este año, en base a las proyecciones de la Federación Europea de la Industria de la Construcción recogidas por la patronal CNC. Las previsiones están en línea con las de Euroconstruct, que pronostica un avance del 5,5% para el segundo semestre y de un 6% para 2022.
No obstante, recientemente el Gobierno revisó a la baja las previsiones de crecimiento del sector del 6,1% al 3% para este año, en su actualización del cuadro macroeconómico. Este recorte refleja el corte de digestión a la hora de ingerir los fondos europeos ya que el retraso en la licitación de los proyectos ligados a las ayudas comunitarias puede generar “cuellos de botella” en las diferentes administraciones públicas. No obstante, el sector crecerá un 10,4% en 2022.
¿Qué retos presenta el próximo año 2022 para el sector?
El principal reto que tiene el sector es poner en valor su atractivo para convertir la construcción en una opción mucho más interesante para los jóvenes, mujeres y desempleados que hay en España, sobre todo ahora que, con la llegada de los fondos europeos, se agudizará la falta de mano de obra que ya estamos sufriendo.
Hay una falsa creencia de que el sector de la construcción sigue siendo arcaico o antiguo, que no se han introducido métodos constructivos más modernos, pero el sector es dinámico y se está adaptando, poco a poco, a la introducción de la tecnología, la digitalización, etc. Por ejemplo, las nuevas formas de energía necesitan del sector para su implementación y puesta en marcha y lo hacen posible las empresas de la construcción. Si mejoramos la imagen del sector, si lo prestigiamos, lograremos captar la atención de los jóvenes y las mujeres, a quienes ahora necesitamos más que nunca.
¿Qué problemáticas preocupan actualmente al sector?
La gran preocupación es la falta de mano de obra cualificada. El sector cuenta con 1,3 millones de trabajadores y para ejecutar los fondos Next Generation en tiempo y forma pronosticamos que se necesitarán alrededor de 700.000 trabajadores más, ya que el sector estará presente, de manera directa o indirecta, en siete de cada 10 euros que lleguen a España provenientes de Europa.
La falta de mano de obra también nos ha llevado a pedir al Gobierno en la reforma de la FP un plan específico de certificaciones puesto que, de no ponerse en marcha, no se cubrirá la fuerte demanda que hay de trabajadores y está en juego el ritmo de recuperación y crecimiento que experimente la economía española.
¿Se han recuperado las empresas de los efectos de la pandemia?
La realidad muestra cómo se produjo una gran caída y una rápida recuperación. Si miramos la Estadística de Empresas de la construcción inscritas en la Seguridad Social se aprecia como el número ha alcanzado cifras pre COVID ya que antes de la crisis sanitaria la cifra era de 131.322 y actualmente se sitúa sobre las 132.630 empresas.
Además, a tenor de la cifra de ocupados en el sector, se aprecia la misma tendencia. A cierre del primer trimestre de 2019 el número de trabajadores era de 1,28 millones mientras que la cifra se ha incrementado hasta por encima de los 1,32 millones, a cierre del segundo trimestre de 2021.
¿Cuáles son las demandas del sector para las administraciones?
Entre las principales demandas que tenemos con las administraciones está contabilizar como indefinido el contrato fijo de construcción y derogar la Ley de Desindexación.
Desde CNC hemos pedido al Gobierno que no modifique el contrato fijo de obra en su objetivo de reducir la contratación temporal debido a la particular naturaleza de su actividad. Esta modalidad contractual es específica para el sector y ofrece estabilidad a los trabajadores. Además, ha hecho que la construcción goce de cierta flexibilidad permitiendo que la afiliación haya crecido con fuerza en el último año y recupere los niveles previos al impacto de la crisis.
También hemos pedido la derogación de la Ley de Desindexación para garantizar la viabilidad de los proyectos y la estabilidad de los contratos, ante la escalada del precio de las materias primas. La solución sería el establecimiento de un sistema que reequilibre y tenga en cuenta las alteraciones de precios posteriores a la presentación de ofertas. Más si cabe con la llegada de los fondos europeos, ya que la viabilidad de muchos proyectos podría estar en peligro por culpa del sobrecoste que sufren la mayoría de las empresas por lo que, en caso de no revisarse los precios, podría resultar preferible abandonar una obra o proyecto que asumir el incremento de los costes.
Finalmente, ante la aprobación del proyecto de Ley Orgánica de Ordenación e Integración de la Formación Profesional, hemos defendido la adecuación de unidades formativas en FP a las necesidades del trabajador para cubrir la falta de mano de obra cualificada que actualmente sufre el sector.
EL DATO
700.000El sector de la construcción cuenta con 1,3 millones de trabajadores. Para ejecutar los fondos Next Generation, la CNC prevé que se necesitarán alrededor de 700.000 trabajadores más.