¿Cómo se han visto afectadas las empresas cargadoras por la pandemia del Covid-19? ¿Cuál ha sido su situación?
El impacto por sectores ha sido muy desigual, pero con un denominador común, las empresas cargadoras han tenido que hacer frente a bruscas variaciones de la demanda, con las repercusiones que ello tiene para la correcta gestión de la cadena logística. Asimismo, el descenso de la actividad comercial se ha reflejado en una dificultad del transporte para optimizar sus rutas, lo que ha llevado consigo un escenario de incremento de los costes de nuestros proveedores, que ha resultado en un incremento de los precios de transporte que abonan los cargadores.
¿Qué medidas han tomado las empresas para afrontar la pérdida o el incremento de su actividad?
Han buscado soluciones de transporte alternativas tanto a nivel de rutas como de modos de transporte y han desarrollado sinergias con otros cargadores para mantener la periodicidad de los envíos con los menores volúmenes de carga disponibles.
Información constante y directa
¿Las medidas adoptadas por el Estado para frenar la crisis del Covid-19 y la paralización de la actividad de las empresas han sido las adecuadas?
Se trata de medidas sanitarias y, aun a toro pasado, es muy difícil valorar si fueron las acertadas o no.
¿Qué se ha echado en falta por parte del Estado?
Una mayor concreción en la normativa que se iba publicando para asegurar el correcto funcionamiento del transporte de mercancías, una actividad esencial para abastecer a una población confinada en sus hogares.
También en relación a los tráficos de mercancías con las islas e inter-islas, echamos de menos un canal de información permanentemente actualizado sobre su funcionamiento.
El futuro
¿Cuáles son los retos a los que se enfrentan las empresas cargadoras a corto plazo?
En la situación actual en necesaria una mejora de la eficiencia, de la mano de la digitalización y de la colaboración entre compañías cargadoras para concentrar volúmenes de envíos. También los cargadores están trabajando para conseguir una mayor visibilidad de la cadena de suministro que les permita tomar decisiones y modificar procesos de manera más ágil.
¿Y a largo plazo?
Un cambio en los patrones de consumo que todavía está por definir pero que principalmente afectará a la manera de gestionar la logística y el transporte para dar respuesta a una nueva distribución de la omnicanalidad, con un mayor peso del e-commerce.
¿Cómo fue el cierre de 2019 de las empresas cargadoras y qué previsiones hay para este 2020?
Todavía no tenemos los datos consolidados de mercancía cargada en 2019 por los asociados, pero según el seguimiento que estamos realizando tanto de la carga como del transporte, 2020 reflejará un descenso de aproximadamente el 10% en movimiento de mercancías a nivel nacional, y del 15% en internacional.
¿La recuperación será lenta y gradual?
Sí, la tan ansiada recuperación en V no se está produciendo. Mientras el sector del turismo no se reactive, y el del ocio no alcance los niveles pre-Covid, no habrá demanda del canal Horeca y todos sus proveedores, tanto cargadores como transportistas, verán retrasada su recuperación.
Por otra parte, la plena actividad de otras industrias como la química, el textil, la siderometalurgia, la automoción o la construcción, va a depender de cómo evolucione el consumo, y aunque éste se ha acelerado mucho en los meses de julio a octubre, parece más bien un nivel de demanda “burbuja” que se frenará más pronto que tarde.
La incertidumbre que existe sobre el futuro inmediato y la precariedad laboral que se ha implantado en la sociedad, frenan el consumo, y no se puede salir de esta crisis si no se reactiva el consumo.
“Los cargadores están trabajando para conseguir una mayor visibilidad de la cadena de suministro”
Índice de la evolución de kilos de mercancía cargada durante el Covid-19. Elaboración: Aeutransmer. Descenso en los niveles de carga desde el estado de alarmaLa evolución de los kilos de mercancía cargada, según datos ofrecidos por Aeutransmer, fue de descenso desde la declaración del estado de alarma. En base a la muestra seleccionada de sus asociados, en la gráfica se puede apreciar cómo el volumen de mercancía cargada cayó en picado tras el cierre de toda actividad no esencial.El índice no volvió a tomar una tendencia positiva hasta principios de abril, si bien desde entonces el volumen de mercancía cargada ha ido variando a lo largo de las semanas.Por otro lado, se observan dos grandes picos en la caída del volumen de mercancía cargada. Uno correspondiente al viernes 3 de abril y otro correspondiente al lunes 27 de abril. En este último caso, el volumen de mercancía cargada ese día fue de un 60% menos en comparación al nivel de 2019.