Con una inversión de más de 1.000 millones de euros, Moeve y su socio Apical refuerzan la transición energética europea con una planta que producirá SAF y HVO 100 en el Puerto de Huelva.
madrid. La transición energética ya no es una promesa: es una realidad en construcción en Huelva. Moeve, junto a su socio estratégico Apical, está desarrollando el mayor complejo de biocombustibles de segunda generación (2G) del sur de Europa, una infraestructura que cambiará para siempre el panorama energético y logístico del país. Así lo asegura José María Cuadro, CEO de CBSR (filial de Moeve), en una entrevista concedida a Diario del Puerto, en la que desgrana la dimensión estratégica, tecnológica y medioambiental del ambicioso proyecto.
“Esta nueva planta será clave para alcanzar el objetivo de producir 2,5 millones de toneladas anuales de biocombustibles en 2030, de las cuales 800.000 serán de SAF, suficiente para que un avión dé 2.000 vueltas al mundo”, asegura Cuadro. Pero más allá de las cifras, lo que se está construyendo en Huelva es una palanca real para descarbonizar el transporte terrestre, marítimo y aéreo, utilizando residuos como materia prima. Un modelo de economía circular, con efecto inmediato y sin necesidad de adaptar los motores actuales.
Energía a partir de residuos
La apuesta de Moeve se centra en los llamados biocombustibles 2G, elaborados a partir de residuos como aceites vegetales usados, grasas animales y desechos del consumo humano. A diferencia de los biocombustibles de primera generación, que compiten con la alimentación, estos aprovechan recursos residuales para generar energía limpia.
La instalación está concebida para ser flexible, capaz de alternar la producción de HVO 100 (diésel renovable) y SAF (Sustainable Aviation Fuel), en función de la demanda. “La planta incorpora tecnología de última generación que permite esa adaptabilidad”, destaca Cuadro.
El proyecto cuenta además con un sistema de aprovechamiento de gases residuales para producir hidrógeno renovable, lo que evitará el uso de gas natural fósil en el proceso. Moeve invertirá 100 millones de euros en esta iniciativa, sumando sostenibilidad a la eficiencia operativa.
Para garantizar que estos combustibles lleguen a su destino de forma eficiente, Moeve está desarrollando una solución logística integral en torno al Parque Energético de La Rábida, núcleo del ecosistema energético en Huelva. En colaboración con Exolum y el apoyo de las Administraciones Públicas, se están construyendo dos infraestructuras clave: el Muelle Sur y el Poliducto.
El Muelle Sur, con una nueva terminal de 511 metros en el Puerto Exterior de Huelva, permitirá operaciones combinadas de carga y descarga de buques, además de nuevas conexiones con las instalaciones logísticas del Parque Energético y Exolum.
Por su parte, el Poliducto, una red de tuberías de cinco kilómetros, conectará el Muelle Torre Arenillas con La Rábida, ampliando la capacidad actual y mejorando significativamente la seguridad de las operaciones.
Gracias a la colaboración, se están construyendo dos infraestructuras clave en el Puerto de Huelva: el Muelle Sur y el Poliducto
En total, estas infraestructuras suponen una inversión adicional de 300 millones de euros. “Estamos construyendo un ecosistema logístico que garantice la entrega marítima y por carretera, desde las estaciones de servicio hasta los grandes centros de distribución”, explica el CEO. Huelva es también una zona sometida a estrés hídrico, una realidad que Moeve ha asumido desde el diseño del proyecto. Toda el agua que se utilizará en la nueva planta será reciclada y procederá del Parque Energético de La Rábida. “Vamos a invertir 25 millones en una planta de tratamiento para darle una segunda vida a ese recurso tan escaso”, subraya el directivo.
La sostenibilidad atraviesa cada fase del proyecto: desde la selección de materias primas hasta la reducción de emisiones en el ciclo completo del combustible. “Nuestros productos pueden llegar a reducir hasta un 90% las emisiones de CO₂ frente a los combustibles fósiles”, recalca.
El proyecto de Moeve responde a un contexto regulatorio y de mercado donde los biocombustibles son cada vez más necesarios. Para 2026, el 12% del combustible en el transporte terrestre deberá proceder de biocarburantes o biogás. En el sector aéreo, el reglamento europeo exige que en 2035 el 20% del combustible utilizado en vuelos comunitarios sea SAF. “La nueva planta aporta 500.000 toneladas anuales adicionales de capacidad en Europa. Esta producción es esencial para ayudar a nuestros clientes a cumplir con los mandatos europeos”, sostiene Cuadro. Y añade: “La demanda será creciente y exponencial. Queremos estar preparados para liderar ese cambio”.
Se apuesta por un sistema de aprovechamiento de gases residuales para producir hidrógeno renovable
La dimensión del proyecto se mide también en empleo. Actualmente, en su fase de construcción, ya está generando puestos de trabajo directos e indirectos. Una vez operativa, la planta dinamizará la economía de la zona y reforzará el tejido industrial local. “Moeve está apostando de forma firme por una economía sostenible. Esta instalación es solo una parte del complejo que, con las mejoras en el puerto y la colaboración con Exolum y las Administraciones, supondrá un antes y un después para Huelva”.
En este contexto, el principal reto logístico ha sido asegurar un flujo continuo y a largo plazo de residuos que sirvan de materia prima para la producción: “Apical es un proveedor robusto, con una gran capacidad de generación y suministro de residuos agrícolas y aceites usados”.
El Valle Andaluz del Hidrógeno Verde
El proyecto de Huelva está previsto para una estrategia más amplia: el desarrollo del Valle Andaluz del Hidrógeno Verde, otro de los grandes ejes de transformación que Moeve impulsa.
Con una inversión estimada de 3.000 millones de euros y dos grandes centros de producción (en Palos de la Frontera y San Roque, Algeciras), se espera alcanzar una capacidad de electrólisis de 2 GW para producir 300.000 toneladas anuales de hidrógeno verde. Moeve ya ha obtenido 303 millones en fondos europeos del PERTE de Hidrógeno Renovable para la primera fase, que contempla una capacidad de 400 MW. Esto se alinea con la estrategia RePowerEU de la Comisión Europea, para reducir la dependencia energética de Europa y acelerar la adopción de tecnologías sostenibles.