Sí, ya sé que todos los años es lo mismo, pero ¿qué quieren que les felicite si no? Confieso que en esta ocasión he estado tentado de desear prudencia, tanta como nos falta para comprender que ni la COVID es un juego, ni estamos tan cerca como algunos pretenden de olvidarnos de una vez del bicho, que acaba de cumplir dos años, por cierto.
Y lanzo precisamente aquí esta preocupación porque esta es una publicación especial y diferente que centra todo su foco en las Personas, así con mayúsculas.
A lo largo del año hacemos publicaciones de todo tipo y directamente vinculadas con el sector logístico y la intensa actividad que desarrollan los diferentes colectivos que lo forman. En estas páginas no nos alejamos de nuestro sector, pero nos acercamos a él a través de sus verdaderas protagonistas, las personas que le dan vida.
Esas mismas personas que, además de su día a día, son capaces de acometer proyectos para estar cerca de los más necesitados, darles visibilidad y actuar de forma contundente.
Es por eso que la parte más periodística de esta publicación la dedicamos a analizar, precisamente, esas otras actividades que acaban por humanizar al sector. Sería interminable recoger en estas páginas todas las iniciativas que funcionan, y muy bien, por eso no nos queda otra que destacar una pequeña muestra de lo mucho que encontramos en nuestro día a día.
Con todo, la sección más relevante de esta publicación es la que recoge los deseos de la gran familia logística, de todas aquellas empresas que han querido dar visibilidad a sus personas a través de esas fotos que ya se han convertido en una gran tradición en nuestro sector.
Si el año pasado abrimos la puerta para que nos pudieran explicar cómo habían superado los difíciles primeros diez meses de pandemia, en esta ocasión hemos preferido volver al deseo puro y duro, porque pensamos que cuando se desea se piensa en futuro. Y esa es nuestra aspiración: que podamos disfrutar al máximo los tiempos que se nos vienen encima, pese a las dificultades.
No quisiera terminar esta pequeña columna sin pedirles que encuentren unos instantes para mirar a su alrededor y observen a las personas que tienen a su lado. Aunque piensen que lo saben todo de ellas, aunque crean que este o aquel no merecen más que un frío saludo matutino, o ni eso, siempre puede existir un resquicio para descubrir lo inesperado. ¿Saben cuánto bien puede hacer una única palabra en el momento justo? Les animo a que lo descubran, no se arrepentirán.
Quiero cerrar este texto deseándoles una feliz Navidad, por supuesto, pero por encima de todo les deseo que sean muy felices a lo largo de todo el año. Encontrar el punto de la felicidad supone haber alcanzado ese estado en el que cada uno se encuentra bien consigo mismo, con los demás y con su entorno personal, social y profesional ¿Qué más se puede pedir? Vamos a intentarlo, por lo menos.
Encuentren unos instantes para mirar a su alrededor y observen a las personas que tienen a su lado. Aunque piensen que lo saben todo de ellas, aunque crean que este o aquel no merecen más que un frío saludo matutino, o ni eso, siempre puede existir un resquicio para descubrir lo inesperado
