¿En qué medida se han visto afectadas las empresas cargadoras por la pandemia del Covid-19?
El Covid-19 ha afectado de forma desigual a las distintas cadenas de suministro. Teniendo un impacto mayor por su paralización durante las semanas del confinamiento en sectores como la automoción, el retail o el canal HORECA. Por otro lado, hay que destacar el incremento en el comercio electrónico, que ya venía creciendo más del 10% interanual y en el que se espera un crecimiento estructural que lo duplique a partir de este año.
Además, no tenemos que olvidar, que la salud de los profesionales fue un reto prioritario que abordaron las compañías y que impactó la productividad. Para ello se adaptaron instalaciones, se rediseñaron procesos, se crearon burbujas de los equipos de trabajo, se revisaron horarios de las plantillas y se utilizó el teletrabajo como recurso para los profesionales de oficina. Por citar algunas de las medidas más inmediatas.
¿Cómo ha sido la situación de estas empresas durante el estado de alarma?
Podemos definir esta etapa como el comienzo de la Era de la Incertidumbre. Más que nunca, las organizaciones han tenido que emplear todos sus recursos en adaptarse a una demanda muy cambiante. Las cadenas de suministro han demostrado en general una gran agilidad para garantizar el abastecimiento. Hemos percibido que la tecnología ha sido el recurso clave para manejar esta nueva situación. Algunas marcas nos comentaban que descubrir las nuevas formas de trabajo en remoto o la aplicación a pasos acelerados en el uso de sus herramientas de gestión, ha sido todo un avance y que esperan continuar en esta línea, ya que ha demostrado una mejora de la productividad y eficiencia.
¿Cuál ha sido el nivel de actividad durante este periodo?
Tenemos que destacar en este periodo la gran notoriedad del comercio electrónico, incluso en segmentos como la gran distribución donde tradicionalmente ha tenido una presencia modesta. Esto ha propiciado el salto de las plataformas online de la gran distribución, adaptando tiendas físicas para la preparación de pedidos (dark stores), y potenciando fórmulas de recogida de producto del tipo click&car o click&collect.
Por otro lado, la actividad ha sido desigual tanto a nivel sectorial como en el conjunto de las cifras de demanda, pero, en cualquier caso, muy exigente para compañías y trabajadores. Tras el pico durante el confinamiento y el “efecto pánico”, por ejemplo, en alimentación e higiene, el consumo se ha estabilizado, o disminuido en algunos casos.
Desde el punto de vista del abastecimiento, ha primado la garantía del suministro frente a la eficiencia en costes, por ejemplo, en la suboptimización de las cargas, los retornos en vacío, etc. Sin embargo, en esta coyuntura también ha habido casos a destacar en cuanto a la colaboración entre cargadores, cesiones de espacio… Sinergias que serán el germen de buenas prácticas desde el punto de vista de la sostenibilidad de las operaciones y la logística colaborativa.
¿Qué medidas han tomado las empresas para afrontar la pérdida o el incremento de su actividad?
Aquellos sectores paralizados o que vieron reducida su operación, utilizaron en su mayor parte la fórmula de los ERTE, aunque también hubo un trasvase de actividad. Por ejemplo, en el caso de los grandes fabricantes de colonias, dedicaron su esfuerzo a la producción de geles hidroalcohólicos; el textil, a mascarillas y EPIs; e incluso la automoción llegó a prestar ayuda para la fabricación de respiradores. Esta adaptación y agilidad en el cambio de operativa de empresa y trabajadores es, sin duda, un factor que ha distinguido el valor humano y profesional de este sector.
Futuro
¿Cómo fue el cierre de 2019 de las empresas cargadoras y qué previsiones hay para este 2020?
Los efectos de la pandemia no se percibieron hasta este año 2020, experimentándose un doble fenómeno: por un lado, la caída de la demanda y, por otro, la escasez del suministro desde China. Fue ya en el segundo trimestre de 2020 cuando se apreció un descenso en picado de la economía, repercutiendo directamente en todos los ámbitos. Recordemos que, a pesar del incremento en la demanda de algunos productos y servicios, otros han experimentado una gran caída. Además, los problemas para abastecer a la ciudadanía, la aplicación de las medidas anti-covid, las bajas por enfermedad en las plantillas… Todo ha repercutido en una reducción de ingresos que no comenzará a recuperarse hasta que no se active la economía.
En su opinión, ¿cómo será la recuperación?
Analizando los efectos de la pandemia en el sector hace seis meses, desde CEL pronosticábamos una caída de hasta el 15% del volumen de negocio y creo que no íbamos desencaminados. La caída del consumo y la paralización de algunos sectores condicionará la economía y por ende la actividad logística. También influirá mucho la reactivación económica en los países de nuestro entorno.
Todo apunta a que la recuperación será lenta. En este sentido, la demanda será fundamental, pero también el control de la pandemia en el ámbito sanitario. Mientras no disminuya la difusión de la enfermedad, seguiremos trabajando en un entorno incierto.
“El acortamiento de las cadenas de suministro y la búsqueda de una mayor capacidad de respuesta requerirá de la creación de stocks de seguridad dinámicos y controlados”
La salud de los profesionales fue un reto prioritario que abordaron las compañías y que impactó en la productividad. “Se tomaron decisiones de efecto inmediato que impactaron directamente en la actividad logística”¿Las medidas adoptadas por el Estado para frenar la crisis del Covid-19 y la paralización de la actividad de las empresas han sido las adecuadas?Todavía es pronto para saberlo, ya que seguimos inmersos en un escenario de mucha incertidumbre, con sectores todavía paralizados o muy afectados por la caída del consumo. Los grandes cargadores están también haciendo enormes esfuerzos en algunos casos manteniendo a sus plantillas sin recurrir a las ayudas; apoyando a sus clientes para salir del bache como es el caso del HORECA o del sector del transporte…¿Qué se ha echado en falta por parte del Estado?En las primeras fases de la pandemia se tomaron decisiones de efecto inmediato sin valorar las implicaciones y que impactaron directamente en la actividad logística, como, por ejemplo, el cierre de los restaurantes de carretera, dificultando así la labor esencial de los transportistas. También adolecimos de la ausencia de medidas y ayudas para garantizar la seguridad de los profesionales. En general, se ha echado en falta la existencia de planes de contingencia o incluso normativas de actuación ante pandemias, como ya existe en otros países del ámbito europeo. Por otra parte, desde la logística, creemos que habría sido necesaria la creación de grupos de trabajo específicos formados por expertos, que permitan asesorar a las administraciones y empresas desde el conocimiento y la experiencia.
Acortar las cadenas de suministro y reducir la dependencia del mercado asiático¿Cuáles son los retos a los que se enfrentan las empresas cargadoras a corto y largo plazo?A corto plazo, estamos observando un debate constante sobre la conveniencia de acortar las cadenas de suministro y reducir así la dependencia del mercado asiático, y con ello adquirir una mayor agilidad y resiliencia en las cadenas de suministro, aunque estas ventajas pudieran suponer un incremento de costes.Tampoco tenemos que olvidar como más inmediata la transformación digital de la supply chain. Los cargadores se enfrentan al reto de la digitalización de toda la cadena. Y, por otro lado, a la gran irrupción del e-commerce y lo que esto conlleva en cuanto al impacto en la ciudad, siendo la distribución urbana de mercancías otro de los grandes retos.Por otro lado, a largo plazo, el acortamiento de las cadenas de suministro y la búsqueda de una mayor capacidad de respuesta probablemente requerirá la creación de stocks de seguridad dinámicos y controlados, lo cual tendrá un impacto en costes.De forma análoga se plantea esta capacidad de respuesta en productos críticos. Por ejemplo, desde nuestro Comité de Logística Sanitaria y en el ámbito de la ELA, se ha debatido sobre la conveniencia de stocks estratégicos europeos de material sanitario, pero eso conlleva un consenso por parte de la Unión Europea, la creación o adaptación de infraestructuras estratégicas…Estos frentes están vinculados al gran reto medioambiental de convertir la logística y el transporte en una actividad sostenible. Toda la cadena de suministro tiene que afrontar un cambio en su estrategia y operativa que esté dirigida a contener el impacto en el entorno.
“Desde CEL pronosticábamos una caída de hasta el 15% del volumen de negocio y creo que no íbamos desencaminados”