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Sara Hernández analiza los retos actuales de la movilidad y las claves para seguir transformándola

  • Última actualización
    26 noviembre 2025 15:06

Sara Hernández, secretaria general de Movilidad Sostenible, ha participado esta mañana en un desayuno informativo organizado por Executive Forum, con la colaboración de CONFEBUS y GMV. Durante este encuentro, Hernández ha presentado la nueva Ley de Movilidad Sostenible, detallando cuáles son los retos que aborda y los principales instrumentos que contempla para su ejecución.

MADRID. La secretaria general ha comenzado su intervención explicando que “la movilidad es el resultado de los hábitos y las dinámicas sociales fruto de las necesidades de acceso a servicios esenciales, como el empleo, la educación o la sanidad, en un marco determinado por el modelo de ciudad, territorio y económico”. Siguiendo esta línea, ha argumentado que la movilidad es un “fenómeno complejo y heterogéneo” que está sujeto a realidades muy diversas.

Diversos modelos de movilidad

Así, por ejemplo, en los ámbitos urbanos, en los que vive más del 80% de la población, se suele presentar una extensa oferta de transporte público, a la vez que son mayores también los problemas de congestión y densificación. Por el contrario, en entornos rurales en los que las distancias son mayores y el acceso a servicios básicos sanitarios puede requerir desplazamientos superiores a los 20 kilómetros, se da una clara necesidad de dimensionar y planificar una oferta de transporte público en función de la demanda. “En definitiva, estas realidades marcan distintas necesidades de movilidad” ha admitido Hernández, ya que no existe una única solución, sino que tantas opciones como realidades se den: transporte público colectivo, movilidad activa, servicios bajo demanda y movilidad compartida.

“Asimismo, la movilidad está íntimamente ligada a la evolución de los hábitos sociales, lo que ha transformado nuestro modelo de ciudad” ha añadido. Como ejemplo de esta transformación, se ha referido a la devolución del espacio público al ciudadano, un proceso que se está dando desde principios de este siglo XXI en contraposición a la tendencia que, especialmente, se vino dando desde los años 60, en los que el vehículo privado se consolidó como elemento central de la planificación urbana, con los consecuentes problemas de congestión y contaminación.

Los retos de la Ley de Movilidad Sostenible

En este contexto, la secretaria general ha indicado que “la Ley de Movilidad Sostenible nace con el objetivo de reconocer la movilidad como un derecho asociado al acceso a oportunidades y garantizar que todas las personas, con independencia de su lugar de residencia, dispongan de alternativas adecuadas para desplazarse”.

De este modo, ha explicado que esta norma establece un “marco jurídico, sólido, estable y coherente que permite planificar políticas públicas con visión de país, reforzando la cohesión territorial y la continuidad de las actuaciones en materia de movilidad”. Por tanto, esta ley presenta tres grandes retos, el primero de los cuales es garantizar el derecho a la movilidad como parte esencial de la igualdad de oportunidades y la inclusión social a través de la “movilidad justa, accesible, asequible y adecuada”.

Como segundo gran desafío, ha destacado el abordaje de la transformación tecnológica y digital, ya que “exigen una regulación coherente y sólida”. En este sentido, ha hecho hincapié en que “la tecnología está transformando tanto la gestión y operación del sistema de transporte, mejorando su eficiencia, fiabilidad y calidad, como el desarrollo de nuevos modelos de movilidad dentro del mismo ecosistema”. En este contexto más sostenible y conectado, según Hernández, se diluyen las barreras tradicionales y surgen nuevos actores tecnológicos, reforzando la necesidad de situar al ciudadano en el centro de las decisiones. En tercer lugar, se ha referido al objetivo de “incorporar la neutralidad climática como objetivo estratégico, promoviendo formas de desplazamiento más responsables y sostenibles”.

Principales instrumentos

Finalmente, la secretaria general ha expuesto los instrumentos concretos que despliega la Ley de Movilidad Sostenible y que permiten avanzar hacia “un modelo sostenible, inclusivo, eficiente y digital”. Entre ellos, ha mencionado el Fondo Estatal para la Movilidad Sostenible (FECMO), un “mecanismo de financiación estable para el transporte público urbano y metropolitano”; el Instrumento de Planificación Estratégica Estatal en Movilidad (IPEEM) como herramienta esencial para garantizar una movilidad más planificada y más eficiente; el Plan de Movilidad al Trabajo, “orientado a los desplazamientos laborales y con un gran impacto en la mejora de la movilidad recurrente”; y el Espacio de Datos Integrado de Movilidad (EDIM), una plataforma pública para la integración y el uso compartido de datos que “facilitará la planificación basada en evidencia, mejorará la interoperabilidad entre modos y optimizará la gestión de los servicios”.

También se ha referido al Sandbox de Movilidad como un “instrumento de innovación regulatoria que permitirá testar proyectos reales en entornos controlados, acelerando la adaptación normativa a la innovación tecnológica”. En definitiva, Hernández ha confirmado la voluntad de impulsar el transporte multimodal e interconectado mediante iniciativas como el billete único, el desarrollo de las autopistas ferroviarias, la digitalización del documento de control del transporte por carretera, o el despliegue de aparcamientos seguros para vehículos pesados, con la idea de que “un sistema más sostenible sea también más competitivo”.

$!Miguel Ángel Martínez Olagüe, director general de Sistemas Inteligentes de Transporte de GMV; Sara Hernández, secretaria general de Movilidad Sostenible; Rafael Barbadillo, presidente de CONFEBUS; y César Chiva, director de Executive Forum. Foto M.C.