Fernando Zubillaga : Tendencias de la innovación aplicada a la logística y movilidad
Hace unos días asistía a una mesa redonda sobre 5G y movilidad que moderaba el presidente de nuestro Clúster en el marco de BNEW, un evento sobre nueva economía. La mesa destacaba el papel del 5G, bajo el que desplegar todo el potencial de la movilidad conectada. Una periodista buscaba su titular: ¿para cuándo la movilidad autónoma será una realidad cotidiana?
Esto me servía para recordar que tras el 5G llegará el 6G, en el que ya se está trabajando, incluso, según las fuentes, en fase de validación. Quién sabe hasta qué número llegaremos. De igual modo, la creciente digitalización proporciona cada vez más información y entran en juego el llamado internet de las cosas, el big data, la inteligencia artificial o la ciberseguridad. En un principio, hablábamos de comunicaciones vehículo a vehículo (V2V) o vehículo a infraestructuras (V2I). Hoy ya hablamos de V2A, del vehículo con todo (all).
No sé si podemos hablar de tendencias de innovación o de una sola tendencia que lo agrupa todo. A efectos de tendencia, conectividad, comunicación y digitalización suponen una misma cosa. Añado a la coctelera el concepto “cooperativo”, valga la redundancia porque la comunicación requiere de un emisor y un receptor, a ser posible escuchándose, que es de lo que se trata. Si emisor y receptor no cooperan, no se escuchan, no podemos hablar de comunicación.
Le llamemos de un modo u otro, la tendencia en innovación es avanzar hacia la comunicación en tiempo real de todos los agentes que intervienen en la movilidad de mercancías y de personas. Sin olvidar que ello debe hacerse desde la visión del cumplimiento de los objetivos que animan el desarrollo global: eficiencia, sostenibilidad y seguridad.
Recuperando la mesa redonda, lo cierto es que los expertos concluían que la tecnología no supone un obstáculo para avanzar hacia una nueva movilidad. La tecnología está preparada. Pero se abrían dos debates diferentes, necesarios para que la innovación llegue al mercado: el apoyo de las administraciones y la necesidad de un marco regulatorio. Más allá de la evolución que tengan la digitalización y la conectividad, hoy mismo hay ámbitos de la innovación en los que no se puede avanzar al ritmo deseado por falta de un marco normativo adecuado. El ejemplo más visual son UAV, los vehículos aéreos no tripulados que sufren las dificultades de la actual regulación aérea.
En este sentido, cobran un especial valor los llamados livinglabs, los laboratorios tan demandados por nuestras empresas en los que probar sus soluciones “en vivo”. Afortunadamente, en Euskadi tenemos ya ejemplos en los tres territorios: tanto Álava, como Gipuzkoa y Bizkaia disponen ya de iniciativas lideradas por las correspondientes administraciones. El coche autónomo es hoy el paradigma de la movilidad conectada. Aún debe evolucionar y, no en vano, hay quien prefiere llamarlo todavía automatizado porque aún estamos en fases de vehículo conectado, en sus diferentes niveles. No obstante, para su implantación, tanto automatizado como autónomo y más allá de alcanzar los avances tecnológicos necesarios, es indispensable un marco normativo que regule su operativa.
Volviendo a la innovación, siempre apoyada en la tecnología, también hay que recordar el papel de la innovación llamada no tecnológica. Quizá habría que buscarle otro nombre porque la gestión eficiente de flotas, de mercancías, la gestión intralogística, los planes de movilidad... constituyen también innovación en los agentes que se sirven de ello. Subyacen detrás, de nuevo, el dato, la conectividad y la comunicación: la tecnología, ahora no ya en sí misma, sino por las prestaciones que proporciona. En el ámbito logístico, la trazabilidad de las mercancías no es una innovación menor, aunque ya forma parte de nuestro día a día. La gestión es esa otra innovación que es presente y también tendencia en el sector.
Tampoco debemos olvidar la innovación social. Esta deriva del cambio que se está produciendo en algunos conceptos que teníamos asumidos. Las nuevas generaciones han evolucionado en algunos comportamientos. Presentan un creciente interés por el uso, en detrimento de la propiedad. Esto ha dado lugar a nuevos modelos, especialmente en el ámbito del transporte de personas: bicicletas, patinetes y coches compartidos forman parte de nuestro día a día.
Está costando más que despeguen propuestas compartidas en el campo de la logística, pero también existen. Estamos viendo plataformas para compartir fletes, para aprovechar viajes en vacío... Tanto en movilidad de personas, como de mercancías, vemos surgir nuevas plataformas que renuevan el panorama del sector, no sin debate: ahí encontramos a los riders, por no mencionar marcas, no sólo en el segmento de la distribución de mercancías, sino también del transporte de personas individual o colectivo.
Llegados a este punto, no podemos olvidar un factor de actualidad que incide especialmente en nuestro sector: el energético. Indudablemente, la innovación en este segmento está ligada a la electromovilidad y el hidrógeno. Aunque se trabaja en otras fuentes como los biocombustibles o el gas, es en el entorno eléctrico en el que se está produciendo un cambio notorio. No en vano, en Euskadi tenemos algunos de los fabricantes de vehículos de transporte colectivo referentes en electromovilidad. Además, hace unos días se anunciaba que en Euskadi ya se compran más vehículos híbridos y eléctricos que de gasolina. La transición energética en movilidad coge su ritmo. También destacan las experiencias del tren de hidrógeno y la introducción paulatina de vehículos de carga limpios, estos últimos especialmente en el ámbito de la distribución urbana de mercancías.
Vuelvo al tema que me proponían para este artículo: “Tendencias de la innovación aplicadas a la logística y la movilidad”. Nuestro sector no es un sector diferente. La digitalización es la que ha cambiado el modo en el que vivimos. En todos los sectores. Incluso en todos los ámbitos, también en el personal. Movilidad y Logística es una industria más. Una Industria 4.0. Y una industria 4.0 es una industria digital, conectada, comunicada y cooperativa. La tendencia tecnológica reside en continuar desarrollando la captación y la gestión del dato con la mayor agilidad posible para que nos proporcione información valiosa para nuestros negocios. Esa es la tendencia.
¿Cómo se aplica a nuestro sector? La nueva movilidad, de personas y de mercancías, debe proporcionar seguridad, eficiencia y sostenibilidad, ese es el objetivo.
En esa tendencia y con ese objetivo estamos. En nuestro Clúster, los asociados destinan más de un 3% de su facturación a la inversión en I+D+i, por encima de los mejores objetivos de todas las instancias que promueven la innovación. Creo que este sector no sólo tiene claro hacia dónde va y para qué, sino con qué ritmo.