Al tratarse de plantas vivas, tanto la recolección como la carga y transporte debían realizarse con sumo cuidado. Los olivos se transportaron en dos tráilers frigoríficos desde Tarragona hasta el Aeropuerto de Zaragoza, garantizando tanto el almacén de handling como el carguero han el mantenimiento de una temperatura de entre 2 y 8ºC.
“La necesidad de optimizar al máximo el escaso tiempo disponible en un producto que debía estar en su destino en un máximo de 72 horas requería una planificación exhaustiva y detallada, que contemplara los tiempos de tránsito, el periodo de almacenamiento en la cámara frigorífica del aeropuerto, los trámites de aduana y fitosanitarios, una máxima coordinación con la aerolínea, etcétera”, explican desde Tiba.
El responsable comercial encargado de la operación, Albert Sanz, explica que “con esta entrega just in time, la capacitación del personal y experiencia de Tiba para afrontar retos de esta envergadura han quedado demostradas una vez más. Hemos sido los responsables de gestionar hasta el último detalle este transporte excepcional, cuyos preparativos comenzaron con varias semanas de antelación. El cliente valoró desde un principio nuestra preparación y competencia, tanto operacional como técnica, nuestra capacidad de ofrecer soluciones logísticas a medida y nuestra obsesión por proporcionar garantía y seguridad no dejando nada al azar”.
Esta operación se añade a otras de gran complejidad llevadas a cabo por Tiba, como el transporte de la pieza de un aerogenerador japonés del tamaño de un campo de fútbol a través de carreteras de Navarra y el País Vasco, o el de un generador eléctrico de Argel a Rotterdam empleando, entre otros medios, un barco semi-sumergible.