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Transitando (de nuevo) en la incertidumbre

  • Última actualización
    09 febrero 2023 16:45

Jaime Pinedo

El sector hortofrutícola se enfrenta, por su propia naturaleza, a innumerables condicionantes, de cuyo mejor o peor comportamiento depende en gran medida su éxito. Los factores que intervienen en el desarrollo de esta actividad son múltiples y diversos. Desde los meteorológicos, tan ligados hoy al cambio climático, que pueden dar al traste con cosechas enteras, a los políticos, como ocurre en el marco de la Unión Europea con la Política Agrícola Común (PAC), pasando por los energéticos, con el actual escenario de carestía, o los logísticos, como se observa a través de la escasez y dificultad de abastecimiento de fertilizantes y otras materias primas para la agricultura debido a la guerra de Ucrania.

Por estas y otras circunstancias, el sector hortofrutícola está acostumbrado a transitar en la incertidumbre y, al comienzo de cada año, al tiempo que hace balance del ejercicio consumido, se enfrenta siempre a un panorama incierto. Cada vez más. Cada año, el negocio hortofrutícola es un melón por abrir, una incógnita.

El sector estrenó el año este 1 de enero de 2023 con la entrada en vigor de la nueva Política Agrícola Común (PAC) que regirá el campo entre 2023 y 2027 y que aporta cambios profundos que afectan a más de 650.000 agricultores y ganaderos en España, tercer país beneficiado, con una asignación superior a los 47.000 millones de euros.

La Unión Europea (UE) aplicó desde el 1 de enero la que se considera la reforma agraria más ambiciosa de su historia desde el punto de vista ambiental, y la segunda más profunda en cuanto a transformaciones en la gestión de los fondos que llegan de las arcas comunitarias. Esta nueva PAC llega tras un año de transición inédito por la crisis energética y alimentaria que desencadenó la guerra de Ucrania y en un contexto de inflación, especialmente en la cesta de la compra.

Los costes, la climatología adversa y la creciente competencia de países terceros marcaron la exportación hortofrutícola en 2022

Comercio con la UE

Las ventas de frutas y hortalizas españolas a los 27 Estados miembros de la Unión Europea ascendieron a 10.180 millones de euros, lo que supone el 80% del total, mientras que fuera de la UE totalizó 2.537 millones, según los datos actualizados hasta octubre de 2022 comparados con el mismo periodo de 2021, del departamento de Aduanas e Impuestos Especiales procesados por FEPEX, la Federación Española de Asociaciones de Productores Exportadores de Frutas y Hortalizas.

El valor de la exportación de frutas y hortalizas frescas a la UE creció un 3% en los diez primeros meses del año respecto a los mismos meses de 2021, totalizando 10.180 millones de euros y fuera de la UE creció un 1%, situándose en 2.537 millones de euros.

El primer mercado no comunitario del sector español es Reino Unido, donde las exportaciones españolas han caído un 2%, totalizando 1.672 millones de euros. En volumen las ventas en Reino Unido también cayeron, un 8%, situándose en 1,11 millones de toneladas.

En volumen, las exportaciones hortofrutícolas españolas al mercado comunitario ascendieron a 7,8 millones de toneladas, lo que supone un 9% menos que en el mismo periodo de 2021, mientras que fuera de la UE fueron 1,7 millones de toneladas (-5%).

Detrás de Reino Unido, los principales destinos no comunitarios del sector español son del ámbito europeo, Noruega y Suiza; mientras que fuera del continente, destacan Canadá y Brasil. Los envíos a Canadá hasta octubre de 2022 totalizaron 47.619 toneladas (+31%) por un valor de 55,2 millones de euros (+31%) y a Brasil ascendieron a 47.490 toneladas (+19%) y 53 millones de euros (+25%).

El valor de las exportaciones mejorará en 2022 en un 3% respecto al año anterior, aunque este crecimiento no permite compensar el incremento de los costes

La climatología marca la exportación

Los costes, la climatología adversa y la creciente competencia de países terceros marcaron la exportación hortofrutícola en 2022 que, según las estimaciones de FEPEX, cerrará con un descenso del volumen de entre el 8% y 10%, debido a la climatología adversa, mientras que el valor aumentará en torno al 3%, superando los 16.200 millones de euros, incremento que no compensa la inflación de costes que ha asumido el sector, en un año en el que las importaciones han seguido creciendo.

El volumen exportado de frutas y hortalizas frescas en 2022 superará ligeramente los 12 millones de toneladas, lo que supone un descenso de entre el 8% y 10% respecto a 2021, según las estimaciones realizadas por FEPEX, basadas en datos del departamento de Aduanas e Impuestos Especiales hasta el mes de octubre y una previsión de los meses de noviembre y diciembre.

Esta caída se ha debido a la climatología adversa que ha provocado en este año todo tipo de incidencias, como las heladas de la primavera que supusieron la fuerte reducción de la fruta de hueso especialmente en Aragón y Cataluña, o las incesantes lluvias durante los meses de abril y mayo en regiones eminentemente hortofrutícolas como Murcia y que convirtieron la primavera de 2022 en esta comunidad autónoma en la más húmeda en 62 años. A lo que se ha sumado también las olas de calor del verano que afectaron también a las producciones hortofrutícolas andaluzas. Por ello, FEPEX requiere medidas específicas para fomentar las inversiones que permitan hacer frente a esta climatología adversa cada vez más presente.

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Incremento de costes

El valor de las exportaciones mejorará en 2022 en un 3% respecto al año anterior, superando los 16.200 millones de euros, aunque este crecimiento no permite compensar el incremento de los costes que ha asumido el sector, y que ha sido uno de los factores que más han marcado el año, al igual que la creciente competencia de países terceros.

Hasta octubre del pasado año, las importaciones aumentaron un 7% en volumen y un 14% en valor impulsadas por las desventajas normativas, ya que no están sometidas a los mismos requisitos productivos y comerciales que las producciones comunitarias, haciendo el modelo de la UE cada vez menos competitivo frente al de países terceros. Además, la creciente globalización del mercado de la UE no va acompañada de una apertura real de nuevos mercados para los productores comunitarios.

Según FEPEX, dichos temas serán también los que marquen la evolución del sector en 2023, junto con otros como el descenso del consumo, que sigue cayendo incluso a niveles previos a la pandemia; la incertidumbre en torno a la disponibilidad de recursos hídricos en importantes regiones productoras o los futuros cambios derivados de la normativa comunitaria relacionada con la Estrategia de la Granja a la Mesa, como el proyecto de Reglamento de uso de fitosanitarios, cuya tramitación seguirá en 2023.

En el ámbito nacional, preocupa también el impacto en la competitividad que pueda tener la sobrerregulación de la actividad productiva y comercial provocada por un paquete normativo derivado principalmente de la nueva política agraria y del proceso de transición ecológica que entrará en vigor en 2023.

El impuesto al plástico preocupa al sector

El Gobierno rechazó la petición de aplazamiento de la entrada en vigor del impuesto especial de envases de plástico no reutilizable, que finalmente es de aplicación desde el pasado 1 de enero, realizada por las organizaciones de los principales sectores de consumo a las que se sumó FEPEX, y que, aseguran, afectará negativamente a la comercialización hortofrutícola.

“España será el único país europeo que incorporará el impuesto, que no es obligatorio para los estados miembros, y que supondrá añadir sobrecostes a las empresas en un contexto económico internacional tan complicado como el actual, en el que el sector hortofrutícola debe afrontar múltiples desafíos para mantener su sostenibilidad y competitividad, y en un escenario incierto por el incremento de los costes de producción y la fuerte competencia de países terceros”, defiende FEPEX.

Al igual que el resto de las organizaciones de los principales sectores del consumo que firmaron la carta dirigida al Gobierno para solicitar la moratoria del impuesto, FEPEX se ha declarado firmemente comprometida con la reducción de los plásticos de un solo uso, pero considera que el impuesto llega “en el peor momento”.

Las organizaciones firmantes de la petición han manifestado que las empresas españolas “van por delante de la legislación en su compromiso con el medio ambiente y en la gestión del plástico, y que la gran mayoría de empresas ya han adoptado medidas como el rediseño, la reducción de peso o la reutilización para tratar de minimizar la presencia de este material en el packaging”.

Desde FEPEX, preocupa especialmente la incertidumbre creada ante las dudas planteadas en relación con el ámbito de aplicación, las obligaciones formales, así como en la inscripción en el Registro Territorial y la llevanza de la contabilidad y registro de existencias que recoge el impuesto.

Libre tránsito de los productos perecederos

Los paros del transporte de mercancías por carretera del pasado año en España tuvieron un importante impacto en la distribución de productos hortofrutícolas. En todas las situaciones, FEPEX ha pedido que se garantice el libre tránsito y el acceso a los mercados ante los anuncios de paro, como el de noviembre, uno de los meses de mayor actividad hortofrutícola, comercializándose unas 600.000 toneladas semanales, por un valor de 700 millones de euros.

Ante estas cifras, el anuncio de paro indefinido de Plataforma generó una gran preocupación para todo el sector agrupado en FEPEX, ya que se trata de productos extremadamente perecederos, cuya recolección o comercialización no se puede postponer.

Por otro lado, el camión es el medio de transporte mayoritario para la comercialización de frutas y hortalizas tanto las destinadas al mercado nacional como las dirigidas a la exportación. En concreto, el 94,1% de las frutas y hortalizas exportadas por España se hace por carretera, con el camión como principal medio de transporte.

FEPEX considera que el sector productor y exportador de frutas y hortalizas, que es determinante en la sostenibilidad social y económica de las zonas productoras, se ve gravemente perjudicado y es uno de los más afectados por un posible paro del transporte, por tratarse de productos cuya recolección y comercialización no se puede aplazar, considerando imprescindible, por tanto, que se respete el libre tránsito de los productos perecederos.

El sector necesita repercutir el alza de los costes

FEPEX y otras asociaciones agroalimentarias de España advierten que la situación con la guerra de Ucrania se ha agravado porque las sanciones a Rusia y la depreciación del rublo han conducido a desviar la producción de Marruecos, Egipto o Turquía hasta saturar el mercado de la Unión Europea.

Los costes de todos los inputs de la industria de manipulado de frutas y hortalizas (luz, gasóleo, madera, cartón o plásticos para los envases e incluso salariales, por la reforma laboral y subidas del SMI) se han disparado en el último año. Su crecimiento se ha acelerado, de hecho, desde comienzos de 2022, meses antes de la guerra de Ucrania. El conflicto bélico, además, ha agravado esta dinámica de aumentos sucesivos en los costes, ha generado ya una situación de sobreoferta y terminado de hundir los precios en la UE.

FEPEX, el Comité de Gestión de Cítricos (CGC) y Cooperativas Agro-alimentarias de España, coinciden en el diagnóstico: el sector sufre un grave problema de competitividad porque no es capaz de trasladar mínimamente a sus precios, ni en España ni en la UE, esta escalada sin precedentes en sus costes.