Jaime Pinedo
El sector marítimo debe acelerar su transición energética ya que, según las previsiones, si no se adoptan medidas concertadas, las emisiones generadas por su actividad aumentarán considerablemente. Los Gobiernos y las empresas deben trabajar de forma coordinada para impulsar la digitalización y la automatización, promover una reconversión justa y fomentar las energías renovables y los combustibles alternativos.
Lograr que el transporte marítimo alcance un nivel de emisiones netas cero para 2050 dependerá del tipo de buques que se boten en esta década. Los buques inteligentes y ecológicos de emisiones cero deberían convertirse, por tanto, en la opción estándar y estar a disposición del mercado en 2030.
Sin embargo, la incertidumbre tecnológica y normativa está retrasando la renovación de la flota mercante mundial cuya edad, según la consultora Clarksons, ha aumentado 2,5 años en la última década, siendo probable que, a corto plazo, continúe esta tendencia por la incertidumbre sobre la tecnología y los combustibles para la descarbonización.
Actualmente, los armadores tienen tres opciones principales para reducir las emisiones: mejora de la eficiencia energética mediante recubrimientos avanzados de alto rendimiento, sustitución de hélices, sistemas de lubricación por aire y de recuperación de calor, paneles solares o velas, entre otros; combustibles alternativos de transición como los ecocombustibles o GNL; reducción de las emisiones mediante sistemas de captura de carbono.