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Transporte marítimo: a la búsqueda de las tecnologías más limpias

  • Última actualización
    21 noviembre 2023 17:26

Jaime Pinedo

El sector marítimo debe acelerar su transición energética ya que, según las previsiones, si no se adoptan medidas concertadas, las emisiones generadas por su actividad aumentarán considerablemente. Los Gobiernos y las empresas deben trabajar de forma coordinada para impulsar la digitalización y la automatización, promover una reconversión justa y fomentar las energías renovables y los combustibles alternativos.

Lograr que el transporte marítimo alcance un nivel de emisiones netas cero para 2050 dependerá del tipo de buques que se boten en esta década. Los buques inteligentes y ecológicos de emisiones cero deberían convertirse, por tanto, en la opción estándar y estar a disposición del mercado en 2030.

Sin embargo, la incertidumbre tecnológica y normativa está retrasando la renovación de la flota mercante mundial cuya edad, según la consultora Clarksons, ha aumentado 2,5 años en la última década, siendo probable que, a corto plazo, continúe esta tendencia por la incertidumbre sobre la tecnología y los combustibles para la descarbonización.

Actualmente, los armadores tienen tres opciones principales para reducir las emisiones: mejora de la eficiencia energética mediante recubrimientos avanzados de alto rendimiento, sustitución de hélices, sistemas de lubricación por aire y de recuperación de calor, paneles solares o velas, entre otros; combustibles alternativos de transición como los ecocombustibles o GNL; reducción de las emisiones mediante sistemas de captura de carbono.

Vicente Boluda Fos
Presidente de Boluda Corporación Marítima y de la Asociación de Navieros Españoles (ANAVE)

“Nos enfrentamos a cambios regulatorios importantes, ligados a inversiones enormes y sin una opción tecnológica clara para alcanzar los objetivos”

Sin opciones definitivas

Los armadores afrontan inversiones millonarias para adaptarse a los objetivos de descarbonización de la OMI y a la mayor ambición de la UE. Vicente Boluda Fos, presidente de Boluda Corporación Marítima y de la Asociación de Navieros Españoles (ANAVE), subrayaba en su última Asamblea General que la industria vive un momento “en el que nos enfrentamos a cambios regulatorios importantes, ligados a inversiones enormes y sin una opción tecnológica clara para alcanzar los objetivos”.

Al mismo tiempo, Boluda aplaudía la iniciativa de la Dirección General de la Marina Mercante (DGMM) de elaborar una Estrategia Marítima de España’ “que sirva de pilar para el desarrollo de un sistema de transporte marítimo español eficiente, seguro y respetuoso con el medio ambiente y que tenga en cuenta el impacto de la transición energética en la marina mercante”.

Asimismo, la DGMM apoya a los equipos de innovación que lideran la investigación en el ámbito tecnológico con iniciativas como el Grupo de Trabajo Nacional sobre Buques Autónomos, que aglutina a empresas y universidades españolas involucrados en el diseño y desarrollo de proyectos de buques y prototipos con diferentes grados de autonomía.

José Miguel Bermúdez
CEO de bound4blue

“De la misma forma que necesitamos soluciones sostenibles y testadas para descarbonizar el transporte marítimo, también debemos implementarlas lo más rápido y eficientemente posible”

Buques autónomos: a la espera de los reguladores

La carrera de la digitalización y la sostenibilidad en el transporte marítimo tiene un claro exponente en los buques autónomos, tecnología que respaldan organismos como la Organización Marítima Internacional (OMI), que ha definido ya cuatro niveles de autonomía, según si el buque dispone o no de tripulación a bordo, y ha realizado en los últimos años un estudio exploratorio de regulación para comprobar qué problemas normativos podría presentar el manejo remoto de los buques.

Las conclusiones apuntan a la necesidad de regular los buques autónomos mediante un código específico que permita establecer las normas a medida que se están desarrollando las tecnologías que permitirán su funcionamiento. Para ello, ha creado dos grupos de trabajo en los que participa España, que también está integrada en el grupo de trabajo que ha creado la Comisión Europea para abordar la innovación tecnológica y normativa que afecta a los buques autónomos.

En el ámbito nacional, la Dirección General de la Marina Mercante ha emitido una Instrucción de Servicio para buques autónomos, pionera en su ámbito, que hace referencia a aspectos como la matriculación, la titulación, la tripulación de los buques autónomos o la certificación. Además, los buques autónomos contarán con un artículo específico en la futura Ley de reforma del Texto Refundido de la Ley de Puertos del Estado y de la Marina Mercante y de la Ley de Navegación Marítima.

Cuando la respuesta está en el viento

La contribución de la tecnología a un transporte marítimo más eficiente y sostenible es evidente también en la aplicación de las velas de succión en mercantes, como lo muestra la empresa española bound4blue, que instaló con éxito el pasado verano en el Puerto de Bilbao dos eSAILs en el “Eems Traveller”, del armador holandés Amasus Shipping.

El sistema eSAIL, categorizado como vela de succión, se basa en el uso de un perfil aerodinámico de gran espesor dotado de un sistema de succión inteligente para aumentar su eficiencia aerodinámica. Con una altura de 17 metros, se trata de las velas de succión más grandes construidas e instaladas en un buque hasta la fecha.

bound4blue está monitorizando los datos de consumo del buque para obtener su perfil base, que será utilizado por un tercero para evaluar los resultados de ahorro de combustible y emisiones durante 12 meses desde su instalación, a finales de junio. Así, los datos validados científicamente se utilizarán para cuantificar los efectos reales del sistema a bordo y servirán para futuros desarrollos.

Como explica José Miguel Bermúdez, CEO de bound4blue, “de la misma forma que necesitamos soluciones sostenibles y testadas para descarbonizar el transporte marítimo, también debemos implementarlas lo más rápido y eficientemente posible”.

La instalación, aprobada por Bureau Veritas, se llevó a cabo en el marco del proyecto Sails for Cargo, co-financiado por el Fondo Puertos 4.0 de Puertos del Estado, y con el apoyo del Puerto de Bilbao, Bilbao PortLab, Haizea Wind Group y Toro y Betolaza.