MADRID. El representante de la patronal española de logística ha participado esta mañana en la mesa redonda sobre las cadenas globales de valor en el sector agroalimentario, en la que ha manifestado que “las exportaciones del sector han supuesto el 19% del total de las ventas al exterior del total de la economía española, pero aún tenemos mucho margen de crecimiento. España es el cuarto exportador de la UE de este tipo de mercancías, abarcando una cuota de exportación de un 10,5%, ligeramente superior a la de 2020, que se situó en un 10,4%. Además del aumento del valor de las exportaciones en 2021, el número de empresas exportadoras se ha incrementado en un 11,8% con respecto a 2020”.
Las empresas de logística han tenido que abordar importantes transformaciones de valor añadido para acompañar y favorecer la salida al exterior de este sector económico, entre las que Aranda ha destacado: garantizar la máxima trazabilidad logística y control de inventario; contar con un exigente control de calidad para una correcta conservación de los productos; especial cuidado en el almacenamiento y transporte de productos para mantener la cadena de frío que requieren; plazos de entrega ajustados para lograr la máxima precisión en el transporte; información en tiempo real compartida entre todos los agentes que intervienen; y formación específica de quien manipula la carga.
Aranda ha hecho especial hincapié en la trazabilidad a través de herramientas novedosas como las etiquetas RFID, en las que se identifican cada artículo individualmente mediante radiofrecuencia. Para capturar estos datos se han incorporado instrumentos como lectores especiales, y, para procesarlos posteriormente, softwares específicos, como sistemas de gestión empresarial (ERP), sistemas de gestión de almacén (WMS) o sistemas de gestión de flotas (TMS). Además, a estos sistemas se añaden algunos aún más novedosos para conocer no sólo por dónde pasa y está la mercancía, sino también su estado, mediante la tecnología IoT (Internet Of Things).
“Es muy importante integrar la internacionalización en el ADN de nuestras empresas, dentro y fuera del sector agro, para que no sólo sea una alternativa desesperada cuando se produce una debilidad en la demanda interna”, ha señalado Aranda.
“El principal motivo de que las empresas se lancen al exterior no debería ser mayoritariamente el hecho de que restrinja el mercado local, sino que la internacionalización debe convertirse siempre en una opción a desarrollar también cuando las circunstancias locales son favorables para minimizar riesgos, y es importante que la agroalimentación sepa que cuenta con un sector logístico muy potente e innovador que le ayuda en la apertura de los mercados internacionales”, ha añadido Aranda.