Los eventos vividos en los últimos años han puesto en valor la logística en el mundo corriente. Éramos un sector silencioso del que poca gente hablaba o conocía, pero tras la pandemia vivida en el año 2020 todo esto cambió. De repente pasamos a ser un sector esencial y las personas de a pie empezaron a hablar de la logística y comprendieron la importancia de construir cadenas de suministro fuertes y bien estructuradas. A este suceso le siguieron otros como la guerra de Ucrania, el cierre del canal de Suez por los ataques hutíes y, el más reciente, la guerra de aranceles iniciada por Estados Unidos.
Una de las partes más sensibles e importantes de la logística internacional son las aduanas y todavía en ocasiones es el gran desconocido de este sector. Mientras muchas empresas buscan encontrar competitividad ajustando tarifas de transporte cada vez más ajustadas, desconocen el gran ahorro que puede brindar encontrar el régimen especial adecuado. Mientras algunos se preocupan únicamente por encontrar el tiempo de tránsito más corto, olvidan que si las mercancías llegan al país de destino y la documentación de despacho presenta discrepancias o no cumple con los requisitos legales establecidos para sus productos, pueden experimentar retrasos mayores. Por ello, es tan importante contar con un representante aduanero que conozca la cambiante normativa en materia aduanera y fiscal requerida para la correcta importación o exportación de las mercancías.
Un buen Representante Aduanero no debe olvidar que su labor es conocer la mencionada normativa para poder asesorar a sus clientes y tramitar sus importaciones y exportaciones de la manera más conveniente y siempre cumpliendo con la legislación vigente. No es tarea sencilla. Para ello es crucial estar al día y reciclarse. Además, no podemos contentarnos solo con la legislación aduanera, también somos responsables de la tramitación y gestión de los controles “paraduaneros” que muchas de las mercancías de nuestros clientes necesitan. En este caso, al igual que sucede con los asuntos puramente aduaneros, nos exponemos a normativas muy cambiantes y los retos a los que nos enfrentamos son cada vez más complicados.
No debemos olvidar que somos empresas de servicios y nuestra función es poner a disposición de nuestros clientes y colaboradores nuestra experiencia y conocimiento. Y para poder hacerlo de la mejor manera no podemos acomodarnos. Hay que ser inconformistas. Nuestra manera de crecer es aprender, para poder ofrecer soluciones ingeniosas y competitivas a nuestros clientes y la única manera es seguir estudiando y seguir apostando por nuestra formación continua.
Por suerte para nosotros en los últimos años, sobre todo desde que se empezaron a convocar las pruebas a Representante Aduanero, la oferta formativa ha crecido exponencialmente. Podemos encontrar cursos de todo tipo, desde másteres universitarios a seminarios, pasando por sesiones formativas de temas muy concretos y muy prácticos. En nuestro caso, desde el Colegio Oficial de Agentes de Aduanas y Representantes Aduaneros de Valencia, ofrecemos todos los meses formación constante con ponentes de primer nivel.
En mi opinión debemos intentar estar siempre al día de temas tan importantes para nuestro trabajo como: la clasificación arancelaria, el origen de las mercancías, el valor en aduana, impuestos especiales, deuda aduanera, regímenes especiales, garantías... asuntos relacionados con sanidad exterior, sanidad animal, sanidad vegetal, Soivre, farmacia, y un largo etc. Como he dicho anteriormente, no es tarea sencilla...
No obstante, animo a todos los profesionales aduaneros a que sigamos aprendiendo y disfrutando de nuestro trabajo, que en la mayoría de los casos es muy vocacional. Solo adquiriendo conocimientos sólidos y actualizados podremos poner en valor nuestro trabajo. Es complicado y muy exigente, pero desde luego, vale la pena.