Arturo Giner Fillol es el director económico-financiero de la Autoridad Portuaria de Valencia. Accedió a la institución hace treinta años, después de superar una oposición para cubrir una plaza. Al poco tiempo, y prácticamente por selección natural, asumió la responsabilidad que mantiene hasta el día de hoy. Forma parte de una generación de directivos (Manuel Guerra, Federico Torres, Francesc Sánchez, Ramón Gómez-Ferrer, etc.) que han sido protagonistas de excepción de la evolución del Puerto de Valencia en las últimas décadas y a los que, en justicia, hay que asignar buena parte de la “culpa” de los éxitos.
Posiblemente, el ámbito económico y financiero sea uno de los menos aparentes de cara al exterior, sin embargo, constituye una de las patas maestras de un banco que se tambalearía hasta caer sin una adecuada gestión en este ámbito. Arturo Giner ha consolidado su prestigio internacional a base de crecer junto a los puertos de la APV; no sólo ha conseguido articular soluciones para hacer factibles las más inverosímiles ensoñaciones del ámbito de la ingeniería portuaria, sino que además ha sido capaz de innovar y predicar su doctrina internacionalmente. El objetivo es claro: “Un puerto líder en tráfico debe serlo también en todos los ámbitos de gestión”.
El departamento que dirige Arturo Giner se encarga de toda la gestión económico-financiera (gestión contable, contabilidad financiera, costes, impuestos, gestión de activos fijos, pagos, cobros, etc.); desde 2011 también gestiona compras, almacenes y expedientes de contratación y desde 2015 se ocupa, asimismo, de la facturación de las diferentes tasas portuarias. “Es decir, que no me aburro en absoluto, la verdad”, asegura Giner.
¿Es consciente de lo que ha vivido durante los últimos 30 años con la evolución del Puerto de Valencia?
Pues sí, creo que he vivido toda la historia reciente. Desde la ampliación del Muelle de Levante donde se ubicó la antigua Marítima Valenciana, hasta el Dique del Este, la Ampliación Sur, la Dársena Sur, la Terminal de Contenedores del Muelle Príncipe Felipe o la más reciente Ampliación Norte. Se trata de las grandes ampliaciones que han llevado a este puerto a estar donde está.
Hablamos de grandes ampliaciones que, traducido en su lenguaje, son grandísimas inversiones...
Sí claro. La Ampliación Sur, realizada entre 1990 y 1997, nos costó alrededor de 90 millones de euros. En la Ampliación Norte y su nueva terminal ya llevamos invertidos 240 millones y faltan otros 400.
No hay que olvidar la conversión del puerto de Sagunto, cuya gestión desde los años 86/87 depende de la APV, así como el de Gandia. Y estas inversiones ha habido que gestionarlas, a través de préstamos, etc.
No todos los puertos del estado tienen semejante nivel de estrés.
Claro. Es normal porque hay pocos puertos con un nivel de inversión tan grande como Valencia.
También vivió usted la transformación del Puerto Autónomo en Autoridad Portuaria.
Efectivamente. Además, fue en la etapa de Puerto Autónomo cuando comenzamos con la gran ampliación del Puerto de Valencia y la cesión de la gestión de los puertos de Sagunto y Gandia. Fue en 1992 cuando nos convertimos en Autoridad Portuaria y cambió sustancialmente el régimen de autonomía de gestión.
¿Y cuál es el grado de autonomía ahora?
Hay que partir de una premisa básica y es que somos un puerto de interés general y, por lo tanto, dependemos de la Administración General del Estado. Evidentemente, existe una labor de control o de fiscalización que antes no existía, por lo menos al nivel de ahora.
Supuso un cambio importante porque, entre otras cosas, ahora el Plan de Empresa debe ser aprobado previamente por Puertos del Estado.
La expresidenta Ornella Chacón mantenía que dada la profesionalidad contrastada de los equipos de gestión de los puertos, quizás había que evitar duplicidades y fiscalizar con menos intensidad.
La realidad es que tenemos un sistema portuario muy variopinto. De las 28 autoridades portuarias, sólo cinco de ellas acaparan más del 80% de los ingresos y de los tráficos.
Aunque todas ellas tienen equipos muy formados y competentes, es verdad que en los puertos más grandes estos equipos están mejor dimensionados y, por lo tanto, hay otro tipo de fiscalización.
Y bajo este control, con un sistema tan establecido, ¿cómo se puede innovar?
La innovación es un área por la que hemos apostado desde un primer momento en el Puerto de Valencia. Ya a finales de los años 90 implantamos la transmisión telemática vía EDI (intercambio electrónico de datos) de las facturas.
En la actualidad apostamos ya por la digitación, la evolución de los sistemas de transmisión electrónica a clientes y proveedores de forma gratuita a través de las nuevas tecnologías y la implementación de la empresa 4.0 en el ámbito económico-financiero.
¿Hay que ir por delante de los clientes en estos asuntos?
Así es. Creo que no sólo tenemos que evolucionar al ritmo que nos marca la actualidad, sino que debemos adelantarnos ligeramente para poder responder a las exigencias y aportar un servicio de valor añadido a nuestros clientes y que nos destaquen en comparación con otras autoridades portuarias a nivel internacional.
Hoy en día nuestros proveedores pueden emitir sus facturas electrónicamente a través de una plataforma y en tiempo real es recibida por la Autoridad Portuaria. Internamente existen unos circuitos para que la persona que ha contratado estos servicios pueda firmar digitalmente y el proveedor, a través de esa plataforma gratuita, puede consultar en cualquier momento el estado de cada factura.
¿Dónde más pueden innovar?
En la Autoridad Portuaria de Valencia apostamos por herramientas informáticas de sistemas de información integrados (ERP) de última generación y vamos implementando las mejoras que realizan los fabricantes. También tenemos otra serie de herramientas auxiliares de Business Intelligence para el análisis y la extracción de información.
Parece que me está hablando el director económico-financiero de una empresa privada.
Claro, es que es lo que hemos hecho, implantar modelos de gestión eficientes, como haría cualquier empresa privada que quiere continuar en el tiempo y competir a nivel nacional e internacional.
Hay que aportar velocidad y dar servicios de valor añadido a los clientes. No podemos ser ajenos a la competencia y cómo se mueven en el ámbito de la innovación, por lo que aportamos los recursos necesarios para estar siempre por delante.
¿Y qué papel juega la seguridad en todo este proceso de innovación?
Muy importante. Tenemos un equipo en la Autoridad Portuaria dedicado a la ciberseguridad, porque entendemos que una parte fundamental en la gestión actual. Asimismo, el hecho de trabajar con ERPs que son punteros internacionalmente con permanentes actualizaciones y que son desarrollados por empresas de un gran prestigio y profesionalidad, garantizan unos estándares de seguridad de altísimo nivel.
¿Cómo ha exportado el modelo de Valenciaport?
Se canaliza a través del Máster en Gestión Portuaria y Transporte Intermodal. En la edición española de este programa formativo participan alumnos de todo el mundo, especialmente de habla hispana, que posteriormente trasladan estas enseñanzas a sus puertos de origen. Además, el Máster tiene ediciones propias, online y semipresenciales, en Panamá, Colombia, Argentina, México y Brasil (que comienza este año). El máster tiene un módulo de gestión económico-financiera y control de gestión en el que aportamos el modelo de éxito de la APV.
¿Alguna novedad de cara a los próximos meses?
Estamos centrados en mejorar el proceso de transmisión electrónica a nuestros clientes a través de la plataforma Notifica, que incorpora todo tipo de adelantos, y que en unos meses implantaremos como un nuevo servicio.
¿Cree que la Autoridad Portuaria de Valencia también es puntera en su modelo de gestión económico-financiera?
Un puerto líder en tráfico debe serlo también en todos los ámbitos de gestión. Nuestra aspiración es ser líderes y referentes a nivel nacional e internacional.
¿Hay algo que le quite el sueño a nivel profesional?
Actualmente no, la verdad. Hace años podría haberme preocupado si al lanzar una ampliación no se hubiera conseguido respuesta por parte del mercado. Pero tanto la Ampliación Sur en su día (con la apuesta de Marítima Valenciana), como la Terminal Norte actual, que va a suponer la mayor inversión privada jamás realizada en un puerto español, por parte de TIL, han salido adelante muy satisfactoriamente.
Ha coincidido con muchos presidentes ¿le han parado los pies o más bien ha sido al revés?
Yo creo que más bien he sido yo el que en alguna ocasión he parado los pies… En nuestro departamento la línea de acción principal es la prudencia, por lo que siempre he propuesto respaldar cualquier decisión en un estudio económico-financiero.
¿Cómo está financieramente la APV?
Estamos en un buen momento. En su día no pudimos recurrir al volumen de subvenciones que consiguieron otros puertos españoles a principios de esta década de los fondos de cohesión o de los fondos FEDER, por lo que la Ampliación Norte tuvimos que financiarla prácticamente con recursos propios. En 2011 llegamos a tener un endeudamiento de casi 600 millones de euros.
Como nuestro propósito es alcanzar los máximos niveles de eficiencia, hemos tomado medidas para reducir ese endeudamiento (que principalmente tenemos con el BEI y el ICO) y cerraremos este año por debajo de los 300 millones. También es cierto que el endeudamiento se hizo cuando los tipos de interés estaban bastante bajos, por lo que no ha supuesto un lastre para la evolución de la Autoridad Portuaria.
¿Cómo se plantea su futuro profesional?
Tengo 62 años y me encuentro bien de salud. En el medio plazo tenemos proyectos que me gustan, como es el caso de la Terminal Norte, que estará operativa en un plazo de 5 o 6 años y que me gustaría verla en marcha.
Tengo fuerza y me planteo como un reto personal participar de la puesta en marcha de esta terminal, como lo hice con la de la Ampliación Sur, que se ha conseguido gracias al trabajo de todo el equipo profesional de la APV.