El año 2022 se presenta como un ejercicio en el que la nota imperante será la incertidumbre. La sucesión de eventos extraordinarios en los últimos años-crisis sanitaria como consecuencia del Covid, crisis económica, invasión de Ucrania- han tensionado de tal manera el comercio internacional que cada vez es más difícil hacer predicciones mínimamente fiables a medio y largo plazo.
Lo que no cabe ninguna duda es que algunas cosas han cambiado, y han cambiado de una manera que probablemente se constituirá en una nueva realidad geopolítica y geoeconómica para los próximos años. Sin la menor duda, los puertos deberán hacer frente a los retos derivados de estos profundos cambios, y su capacidad de adaptación determinará su competitividad futura.
En el ámbito de las mercancías, la insuficiente oferta de equipos y espacios ha conducido a un incremento histórico en el precio de los fletes, lo que unido a la saturación de determinados puertos chinos y estadounidenses están provocando importantes retrasos al proceso de recuperación post-COVID.
Por su parte, el tráfico de pasajeros sigue afectado por las restricciones derivadas de la pandemia, por cuanto los buques de crucero siguen sufriendo limitaciones de aforo, así como otras medidas restrictivas, mientras sigue sin normalizarse plenamente el tráfico con las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.
Finalmente, este panorama de incertidumbre viene a completarse con una medida que, si bien en cuanto a sus fines no deja de ser acertada, despierta serias dudas en cuanto a su aplicación práctica y el enorme prejuicio que puede provocar en los puertos españoles, singularmente los del entorno de Gibraltar: me refiero a los “Emission Trade System” (ETS).
En todo caso, y por terminar con una nota de optimismo, los puertos andaluces llevamos más de tres años trabajando en estrecha coordinación para superar todas las incertidumbres planteadas, y esta coordinación ha tenido ya resultados visibles y tangibles, como la intensa actividad promocional desarrollada por Suncruise o los diversos foros organizados para avanzar en aspectos tan esenciales como el corredor mediterráneo (con su ramal central), participación conjunta en áreas logísticas o fomento de medidas encaminadas a la mejora de la sostenibilidad medioambiental de nuestros puertos.
Ése es sin duda el camino.