Con miles de servicios realizados, arriesgando su propio físico en cada uno de ellos, ya que subir o bajar por la escala tendida en el costado del buque, especialmente en puertos con fuerte oleaje, es una acción de indudable riesgo,José Ramón Marín asume su trabajo con la naturalidad propia de quien tiene por costumbre no bajar nunca la guardia.
El Covid-19 ha colocado a estos profesionales, que en la Corporación de Prácticos del Puerto de Bilbao, suman un total de 17 efectivos, ante una nueva situación que exige determinadas medidas de prevención. “Nos hemos adherido al protocolo general establecido por la AP de Bilbao y en particular seguimos protocolos relativos al transporte y al trabajo”. En cumplimiento de las recomendaciones de EMPA (Asociación Europea de Prácticos Marítimos), y para no coincidir más de dos prácticos al mismo tiempo, se ha rebajado el número de servicios simultáneos de tres a dos. Equipado con guantes y mascarillas, cada práctico viaja en la lancha separado del patrón y el marinero, que van delante, y cada uno con su propia radio. Una vez a bordo del buque, como apunta Marín, “te encuentras de todo: capitanes con mascarilla, sin mascarilla, otros que se la ponen cuando te ven, pero en general son correctos”. La interacción de los prácticos con la tripulación del barco comienza en el embarque, por popa o por la escala al costado del buque, donde esperan uno o dos marineros, con los que se mantiene la distancia, al igual que en el puente con el capitán. “Procuro ir siempre al alerón”, dice. Asimismo, desde el estallido de la pandemia, el número de barcos que operan en el Puerto de Bilbao ha caído un 30%, ya que en cada guardia de 12 horas “hacemos entre 10 y 12 servicios”.
“Metí hace años en puerto un petrolero procedente de México del que después se dijo que tenía una fiebre rara, pero nadie me avisó de ello hasta que, ya en casa, me dijeron que Sanidad Exterior había ido después al barco” José Ramón Marín, que desea una pronta recuperación a un práctico que dio positivo en Covid-19 el 10 de marzo y que reposa en casa (sus dos compañeros de guardia ya han cumplido cuarentena) recuerda un caso vivido hace años para pedir a Sanidad Exterior “que haga bien su trabajo”. “Metí en puerto un petrolero procedente de México del que después se dijo que tenía una fiebre rara, pero nadie me avisó hasta que, ya en casa, me dijeron que Sanidad Exterior fue después al barco. Incluso se dijo que yo podía estar contaminado, lo que no era cierto. Sanidad Exterior se mereció un cero entonces”.
“No se puede decir al práctico que meta el barco y luego se vaya a comprobar si está contaminado. Vayan primero ustedes a ver si el barco está contaminado y luego veremos si el práctico puede meter el barco o no”, reclama a los responsables de Sanidad Exterior José Ramón Marín, quien subraya que ésta es una opinión que ha expresado numerosas veces en público. “Si es necesario, el médico debe hacer la inspección a bordo; no desde el despacho”, enfatiza el Práctico Mayor del Puerto de Bilbao.