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El Puerto de Bilbao no descarta estudiar propuestas para la nueva terminal de contenedores “en dos o tres años”

El concurso para la construcción y explotación de la nueva terminal de contenedores del Puerto de Bilbao ha quedado desierto, tal y como ha confirmado hoy el presidente de la Autoridad Portuaria de Bilbao, Ricardo Barkala.

BILBAO. A finales de enero, la Autoridad Portuaria sacó a concurso público la concesión de una segunda terminal de contenedores, con el objeto de captar nuevos tráficos y un desarrollo incremental del nodo logístico vinculado al Puerto de Bilbao, para mejorar y ampliar de manera sustancial la competitividad de su hinterland.

Este nuevo proyecto debía ser complementario a la actual terminal de contenedores, mediante la suma de nuevos tráficos y, en ningún caso, el trasvase de contenedores de una terminal a otra. A ello se sumaba el interés mostrado por varios operadores, representados por algunas de las navieras más importantes a nivel mundial.

Dicho de otra manera, la AP entendía y entiende que las exigencias mínimas incluidas en el Pliego de Condiciones garantizaban estos objetivos que pretendíamos alcanzar y eran buenos para nuestro Puerto; pero, a su vez, reconocía que las exigencias eran importantes.

Durante todo el proceso concursal, ha habido, de nuevo, interés de varias firmas, y han sido intensos los contactos y las reuniones mantenidas. Fruto de ese interés, se solicitó y concedió la ampliación de los plazos fijados para la presentación de ofertas. Pese a ello, el 29 de mayo finalizó el plazo para la presentación de ofertas y el concurso ha quedado desierto al no presentarse ninguna propuesta.

En su comparecencia, Barkala ha asegurado que “no vamos a bajar el nivel de las condiciones ni concesionar el suelo a cualquier precio”. En ese sentido, ha reconocido que “ha sido necesario sacar a concurso la terminal de contenedores”, un movimiento que ha catalogado como “importante en el tablero”. Asimismo, ha agradecido “la lealtad y sinceridad de las dos líneas que han estado hasta el final del proceso y a la actual terminal también”, a las cuales “no les salían los números”.

Condicionantes

Para la Autoridad Portuaria de Bilbao, ha habido varios condicionantes que han provocado que se llegue a esta situación. Por un lado, la exigencia de la propia AP para que todo proyecto debía necesariamente sumar, un proyecto que debía adaptarse a los objetivos de los pliegos y que debía ser riguroso en sus planteamientos y compromisos, dada la escasez de espacios portuarios.

Por otro lado, algunas partes interesadas han solicitado cambios en las condiciones establecidas en esos pliegos, “lo cual no se alineaba con la expuesta visión estratégica del organismo y, por tanto, no podían ser acogidos”, tal y como reconocen desde el propio ente portuario.

Y es que el Puerto mantiene la idea de oportunidad que este concurso tenía y considera que es un camino que “necesariamente debía recorrer al objeto de intentar conciliar la visión estratégica del Puerto de Bilbao con la posición de diversos operadores internacionales interesados en la implementación de sus proyectos en un sector tan competitivo como el del contenedor”.

La APB, igualmente, se ha mantenido firme a la idea de que “sólo se daría luz verde a aquellas implantaciones que aportaran nuevas cuotas de mercado y generaran valor añadido a la actividad logístico-portuaria”, todo ello “sin perjudicar al ecosistema actualmente existente”.

Ricardo Barkala ha concluido que, de momento, “la idea de una nueva terminal de contenedores queda aparcada aunque si hubiera interés por alguna línea en los próximos dos o tres años se estudiaría”. No obstante, afortunadamente existen otros muchos proyectos encima de la mesa que demandan su implantación y desarrollo en el Puerto. En ese sentido, “se estudiarán para decidir cuál o cuáles son de mayor interés para asentar en la actual superficie disponible”. Así y todo, “lo que es una realidad es que, en estos momentos, no se puede atender todas las demandas por falta de suelo”, lamentan desde la AP de Bilbao.

Tráficos al alza

En el primer cuatrimestre del año, el crecimiento acumulado, en comparativa al mismo cuatrimestre del año pasado, ha sido del 3,9%. En el tráfico de contenedores, el Puerto de Bilbao crece en el primer cuatrimestre un 8,8% en número de TEUs.

Por su parte, el dato de cierre provisional de mayo del Puerto de Bilbao prevé un cierre acumulado del +3,12%, situándose el tráfico total en 13,4 millones de toneladas. Crecen todos los envases salvo la mercancía convencional: graneles líquidos (3,7%), graneles sólidos (15%), mercancía convencional (-8,3%) y contenedor (0,3%). Asimismo, el tráfico de pasajeros se sitúa en 56.421 personas, con crecimientos tanto en los ferries como cruceros, y aumenta en total un 2,5%.

La evolución positiva del tráfico importado y exportado también se refleja en el tráfico ferroportuario. Entre enero y mayo el tráfico fue de 1.700 trenes, una media de 85 por semana. Desde el año pasado la Autoridad Portuaria ejercita sus competencias en cuanto a la gestión de la circulación ferroviaria dentro del puerto y asume la responsabilidad de las maniobras con el objetivo de disponer de un servicio universal, neutro y competitivo durante las 24 horas los 7 días de la semana.

Sin embargo, “esta mejora no ha venido acompañada por el impulso a nuevas infraestructuras ferroviarias”, advierten desde la AP. “Bilbao es el puerto con mayor cuota ferroviaria pero, sin embargo, este crecimiento puede tocar techo porque se ve obligado a utilizar unas vías que comparte con trenes de pasajeros, estando los surcos cerca de la saturación y, además, la infraestructura presenta limitaciones en cuanto a gálibos y longitud de los trenes”, afirma.

Por ello, la Autoridad Portuaria solicita que con carácter urgente “impulsemos el proyecto de la variante sur ferroviaria y también mejoremos la infraestructura ferroviaria desde Miranda de Ebro hasta el Puerto”.

La segunda fase del Espigón Central saldrá a concurso a finales de año

El Puerto de Bilbao es uno de los puertos del sistema cuya ocupación de espacios es de las más altas, por encima del 85% respecto de la superficie disponible. Por esta razón y por la intensa demanda de espacios portuarios por parte de diversos operadores, la Autoridad Portuaria ha incluido en el Plan de Empresa 2024 el inicio de los trámites y licitación de la segunda fase del Espigón Central.
Este nuevo muelle contará con una superficie operativa superior a las 30 hectáreas y el importe del proyecto es de 92 millones de euros, con un plazo de ejecución de tres años. La previsión es que el proyecto salga a concurso a finales de año y, para ello, la APB trabaja con Puertos del Estado para que, además, sea tramitada cuanto antes ante el Consejo de Ministros.
Esta tramitación puede llevar entre uno y tres meses en periodo no electoral, y es aplicable para las licitaciones de la Administración General del Estado, así como de los organismos dependientes, para obras de un importe superior a los 12 millones.
La Autoridad Portuaria puede afrontar esta importante inversión, clave para contar con más suelo dada la demanda de espacios portuarios para proyectos estratégicos, porque mantiene un perfil de endeudamiento adecuado, tras invertir más de 1.000 millones en los últimos 30 años. Además de este proyecto de generación de espacio portuario, ha iniciado un análisis de la situación, al objeto de reordenar el escaso espacio, así como de analizar la situación y las posibilidades de desarrollo de la superficie existente dentro del espacio portuario.

Tres fases para electrificar los muelles

La APB ha proyectado el desarrollo del sistema de OPS en tres fases. La primera, que ha salido a licitación el 5 de junio, es el OPS en el Muelle A5. Con un presupuesto de 5,4 millones, dotará a ese muelle de la posibilidad de que los barcos que ahí se amarren y operen se enchufen a tierra. El plazo de ejecución de los trabajos es de 20 meses. Esta actuación cuenta con una subvención de 4,3 millones a través del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia.
El conjunto del proyecto también cuenta con la financiación de la CE a través del programa CEF Transport 2021-2027.
El siguiente paso es el de dotar de potencia suficiente al Puerto para los posteriores desarrollos de OPS en otros muelles portuarios. Para ello, se establecerá una nueva posición eléctrica en la subestación situada junto a la Central de Ciclo Combinado de Santurtzi y trasladar esa energía (60 MW) al interior del Puerto para su uso en el OPS, además de otros usos de varias empresas portuarias, como son Petronor (para la central de combustible sintético) y Haizea Wind (para sus nuevas instalaciones de ampliación de las anteriores). El presupuesto de esta obra es de otros 9 millones y se licitará en breve.
El tercer y mayor paso es la extensión de las instalaciones OPS por el resto de muelles portuarios que tengan tráficos recurrentes, como el muelle de cruceros. Para ello se extenderá un cable submarino que cruce la Ría desde Santurtzi hasta Getxo. Esta última inversión ascenderá a más de 40 millones.
Hay que destacar, especialmente, que en este mismo proyecto está el despliegue de paneles fotovoltaicos en muelles, diques, cubiertas de edificios o marquesinas para vehículos a construir en la zona de Brittany Ferries. El objetivo es que más del 20% de la energía que consuma el sistema OPS provenga de fuentes renovables.

Palacio Olabarri

El 2 de junio finalizó el plazo para presentar ofertas a la subasta pública convocada en marzo para la enajenación de la parcela y conjunto edificatorio del palacio Olabarri de Bilbao, con un precio de salida de 10.470.798,82 euros, impuestos excluidos.
Pese a haber firmas interesadas en su adquisición que han realizado diversas consultas y visitas al edificio durante estos meses, el procedimiento de enajenación ha quedado finalmente desierto.
Pasado el periodo establecido, se van a analizar seguidamente las posibilidades y el contexto del mercado al objeto de adoptar las oportunas decisiones, sin perjuicio de que el edificio sigue en venta y puede ser adquirido si se aporta la cantidad de salida, sin necesidad de convocar un nuevo procedimiento de subasta, tal y como marca la ley en este tipo de procedimientos públicos.