HUELVA · El presidente del Puerto de Huelva, Alberto Santana, ha asegurado que “esta actuación es muy importante para el Puerto y la ciudad, ya que con la puesta en marcha de este proyecto de unión del muelle, llevado a cabo en colaboración con el Ayuntamiento de Huelva y la Junta de Andalucía, vamos a recuperar un elemento emblemático de nuestra historia, declarado Bien de Interés Cultural (BIC), que contribuirá al acercamiento del Puerto a la ciudad y a poner en valor un recurso turístico que se ha convertido en un icono del patrimonio industrial y minero onubense”.
El proyecto de unión del antiguo cargadero de mineral consiste en la unión de los dos tramos actuales en su nivel superior, mediante la colocación de un tablero formado por dos vigas de celosía metálicas igual a las actuales, apoyadas sobre dos nuevos pórticos de pilares cimentados mediante micropilotes. El pavimento del nuevo tramo estará formado por lamas de PRFV (Poliéster Reforzado de Fibra de Vidrio), similares a las ya colocadas en el entorno del muelle. La barandilla del nuevo tramo estará formada por bastidores verticales similares a los actuales y redondos de unión, se complementará con un cristal de policarbonato para cumplir con las recomendaciones de seguridad y evitar la caída de objetos a la calzada.
El Puerto de Huelva llevará a cabo la unión del Muelle de la Compañía Río Tinto una vez que la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico, dependiente de la Delegación Territorial de Turismo, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía, le haya dado el visto bueno a la ejecución de este proyecto, que recuperará un elemento clave de la ingeniería industrial del siglo XIX, icono de los orígenes mineros del puerto y de la huella inglesa en la ciudad de Huelva.
La historia del muelle embarcadero de la Compañía Río Tinto se remonta a la venta de las minas de la localidad de Riotinto a un grupo de financieros británicos, con Hugh Matheson a la cabeza, según consta en el Archivo del Puerto de Huelva. El 29 de marzo de 1873 se firmó el acta de constitución de una nueva compañía extranjera, The Rio Tinto Company Limited, que se convirtió, en unos años, en la empresa minera más preponderante del momento a nivel mundial. La Compañía se instaló en la localidad de Minas de Riotinto y comenzó un ambicioso proyecto en el que destacó la explotación gradual y a cielo abierto de cinco cortas simultáneamente, la construcción de un importante muelle en el Puerto de Huelva y un ferrocarril para unir la mina con el puerto, que cubría más de ochenta kilómetros.
Para el diseño del ferrocarril, se contrató a un ingeniero inglés muy prestigioso, llamado George Barclay Bruce, y a Thomas Gibson, que materializó la propuesta. Una vez aprobado el proyecto, la compañía contrató para la construcción del muelle a una empresa dirigida por el ingeniero John Dixon. En su momento supuso un gran avance de la ingeniería en construcción de hierro, precedente de estructuras como la Torre Eiffel. La construcción comenzó en septiembre de 1874 aproximadamente. El muelle constaba de tres pisos, sostenidos por castilletes de columnas de hierro con roscas Mitchell, y se prolongaba por el lado de tierra por un viaducto de madera de 226 metros, unido a un terraplén de acceso.
La infraestructura se puso en marcha en marzo de 1876 y suspendió su actividad en mayo de 1975. Aproximadamente 130 millones de toneladas de mineral, sobre todo piritas, se embarcaron a través del muelle de la Compañía Río Tinto a lo largo de su trayectoria.
En los años sesenta del siglo pasado, se desmontó el tramo de 50 metros que enlazaba la parte de tierra con la que se introducía en la ría, provisto de dos grandes arcos que permitían el tránsito del ferrocarril con destino a la Punta del Sebo y la carretera hacia la misma dirección. El motivo, las necesidades del tráfico rodado ante la nueva expansión industrial de la zona.
Dada su importancia y trascendencia en la historia de Huelva y su Puerto, el 18 de marzo de 2003, el muelle o cargadero de mineral de la Compañía Rio Tinto fue declarado Bien de Interés Cultural, con la categoría de monumento.