El Puerto de Marín es todo un referente logístico para el sector del pescado congelado en el Arco Atlántico, tanto en importación como en exportación; uno de los tráficos que cuenta con certificación europea de calidad en este enclave.
Termarín, la terminal de contenedores de este puerto, es escala en las rutas internacionales para tráficos de mercancías con temperatura controlada. Así, el Puerto de Marín se ha afianzado como puerta de entrada para los contenedores reefer en Galicia, con un aumento de un 20% en 2018 con respecto al año anterior. Principalmente se ha incrementado el comercio del pescado congelado procedente de países como Namibia, Argentina o Seychelles. Lo mismo sucede en las operaciones de import-export desde y hacia Extremo Oriente.
Las plantas frigoríficas localizadas en este puerto, dedicadas fundamentalmente a la recepción, almacenamiento y procesado de pesca congelada, son uno de los principales motores económicos para toda la comarca. Gran parte de las empresas de frío implantadas en el puerto poseen salas de elaborado de pescado, una de las actividades que más empleos crean en la zona. El puerto marinense tiene una capacidad de almacenamiento frigorífico de unos 255.000 metros cúbicos aglutinados en un único espacio.