El Frente Portuario Catalán fue impulsado hace algo más de diez años por el conseller de Política Territorial y Obras Públicas, Joaquim Nadal, durante el gobierno tripartito formado por PSC, ERC e ICV -aunque ya se había hablado de frente portuario en gobiernos anteriores de Convergència i Unió (CiU)- y se planteó como un ente de colaboración entre los dos puertos catalanes de interés general, Barcelona y Tarragona, y los puertos gestionados por la Generalitat para lograr una adecuada ordenación de los recursos portuarios de Catalunya, permitiendo a estos puertos ganar peso en el Mediterráneo.Catalunya cuenta con una de las ofertas portuarias más importantes del sur de Europa y con el desarrollo del Frente Portuario se apostaba por la complementariedad de los dos grandes puertos de Barcelona y Tarragona. Sin embargo, este frente no ha llegado nunca a funcionar plenamente.Ahora, tal y como dijo públicamente el conseller Rull el pasado viernes, "el esquema que la Generalitat tiene sobre la mesa" se basa en la gestión individual de cada puerto, "más que un frente portuario", con un poder de decisión real para poder fijar las políticas comerciales y de tarifas, algo que hasta el momento impide la Ley de Puertos española.Sin embargo, Josep Rull precisó que el Govern catalán confía en lograr "la ayuda de la Unión Europea" para lograr una mayor autonomía de gestión de los puertos de Barcelona y Tarragona, en clara referencia al Reglamento de Puertos, que crea un marco de transparencia financiera de éstos, cuya votación en primera lectura en el pleno del Parlamento Europeo está prevista para el próximo mes de junio. El Reglamento de Puertos europeo incorpora la definición de forma autónoma de las tasas y tarifas por parte de los puertos, lo que de aprobarse obligaría a cambiar la legislación española actual.
Acento en la gestiónDurante su intervención en el Cercle d'Infraestructures, el conseller Rull reiteró la intención del Govern de la Generalitat de gestionar el mayor número de infraestructuras posible asegurando que "queremos asumir nuestras responsabilidades" porque "cuando hemos podido tomar nuestras decisiones hemos acreditado que éstas tienen un impacto positivo en el territorio".En un momento como el actual, en el que las estrecheces presupuestarias todavía son la norma, el conseller Rull apostó por la gestión de las infraestructuras como medio para facilitar el desarrollo de la economía. Rull explicó que "hay que pensar en las infraestructuras como una estrategia" y puso como ejemplo el Corredor Mediterráneo, que debe ser todo un sistema logístico puesto al servicio de la economía.El desarrollo pleno de este Corredor volverá a ser uno de los ejes centrales de la política de infraestructuras de la actual legislatura en Catalunya, junto a la gestión sostenible del agua; el sistema de trenes de cercanías; las infraestructuras verdes; las ciudades inteligentes y las áreas sostenibles de desarrollo, enumeró el conseller de Territorio y Sostenibilidad. Josep Rull concluyó su intervención poniendo el acento en la necesidad de llevar a cabo una gestión inteligente de las infraestructuras, incorporando la innovación y las nuevas tecnologías, buscando siempre la máxima eficiencia y reduciendo los costes en lo posible.