El velero noruego "Christian Radich" abre sus puertas a la ciudad de Tarragona

Pocos, o ninguno, barcos tienen un porte tan majestuoso como un velero, que se mantiene en el imaginario colectivo como un símbolo de aventuras, de salitre y sal. Estos días, Marina Port Tarraco se ha convertido en la base del velero noruego "Christian Radich", que durante el invierno se utiliza como buque escuela y en verano hace las funciones de crucero.

28 septiembre 2018 18:08

DP Barcelona

Última actualización
28 septiembre 2018 17:08

El "Christian Radich" llegó en la mañana de ayer al Puerto de Tarragona, donde permanecerá atracado hasta el próximo domingo, día 15 de noviembre. Se trata de un velero de tres palos que entró en servicio en 1937. El "Christian Radich" ha servido durante muchos años como buque escuela de la marina mercante de Noruega y, desde el año 1999, durante los meses de estío se utiliza como un buque de crucero para pasajeros. Ahora, en el Puerto de Tarragona ejerce ya como buque escuela de la armada noruega al haber concluido su temporada estival. El "Christian Radich" ha llegado al Puerto de Tarragona procedente de A Coruña. La tripulación del buque, que tiene capacidad para 86 aprendices o pasajeros, está compuesta por un total de18 personas. La propiedad del velero y su gestión dependen de la Fundación Christian Radich y la empresa consignataria del buque en Tarragona es Caralb Marítima.Como hace en muchos otros lugares donde atraca, el velero "Christian Radich" va a abrir sus puertas a la ciudad de Tarragona, para dar la posibilidad a sus ciudadanos de visitarlo por dentro. Así, los próximos viernes y domingo, días 13 y 15 de noviembre, el velero estará abierto a todos aquellos que quieran visitar y conocer el barco. El viernes la apertura de puertas tendrá lugar a las 14 horas y el horario de visita concluirá a las 17 horas. El domingo, las visitas podrán realizarse entre las 13 y las 15 horas.El "Christian Radich" fue construido en los astilleros Framnaes de Sandefjord (Noruega). Un año después de su entrada en servicio, el velero cruzó por primera vez el Atlántico en una travesía que le llevó hasta Nueva York. Como curiosidad, el buque fue requisado por la Marina de guerra de Noruega cuando estalló la Segunda Guerra Mundial y con la ocupación alemana se convirtió en buque de apoyo de submarinos. Al acabar la guerra fue localizado en Flensburg, volcado y semihundido. Una vez reconstruido, este velero de tres palos de 62,5 metros de eslora y una longitud total de 73 metros, retomó sus singladuras como buque escuela.

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